Capítulo 7: Despedida

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Ha pasado un mes desde esa aventura. El día estaba nublado. Casi mojada la tarde gris. Un agradable clima reinaba, no había sol, evidentemente la llovizna estaba próxima. Sin duda era el clima perfecto para estar en casa escribiendo, dibujando o pasando el tiempo de alguna forma como solo yo lo sé hacer. Mi madre tejía en el sofá mientras mi padre, el hombre de la casa, se encontraba en un día más de labores. Luego de concluir la escuela me aburría mucho. Sabía muy bien que mi próxima meta era ir a la universidad y mi sueño era Stanford. Sabía que el solo desearlo no me ayudaría, pero mis buenas calificaciones me respaldaron haciéndome poseedor de la tan anhelada beca. Mi madre siempre me apoyó en todo lo que tuviera que ver con mi superación profesional. Aunque no aceptaba mucho la idea de que yo me tuviera que ir al otro lado del país. La universidad se encuentra ubicada en Stanford, California, a unos 56 kilómetros al sureste de San Francisco.

Al llegar mi padre a casa sostuvimos una pequeña conversación los tres respecto al tema ya mencionado. Con las mismas palabras ambos me alentaron a seguir mi sueño, ya que si ese era, tenía que luchar por hacerlo realidad. Además, mi padre tiene un hermano en San Francisco, mi tío Charlie. Según mi padre él no dudaría en ayudarme en la estadía allá mientras acomodo todo para ingresar. Definitivamente eso me ayudaría, ya que de esa forma no estaría solo allá porque tendría cerca a alguien de confianza. De una forma u otra todo se estaba concretando para mi partida. Pero... ¿En verdad es lo que yo quiero?

Esa pregunta me da mil vueltas en la cabeza. Dejaría todo, a mis padres, a mis amigos y a mi amor imposible. Pero, por otra parte, la distancia me serviría para tratar de olvidarla y conocer nuevas personas. En el fondo eso es lo que me conforta.

*********

Emily acompañaba a su madre a hacer las compras de la semana. Pensaba mientras caminaba y con sus sentimientos más definidos que nunca. Su relación con Michael ya era un hecho, no podía ser más feliz. Durante el tiempo transcurrido desde ese viaje a Northapton no la vi más. Supe guardar distancia siempre estando bajo el radar, como siempre, pasando desapercibido.

Pero ¿Qué creen? Relato esto porque justamente yo la vi junto a su madre. Yo me encontraba sentado en una banca del parque. Me encontraba de lo más cómodo con mis pies cruzados y sosteniendo un par de hojas de papel cuando las vi cruzar la calle. Desde lejos pude notar en su expresión que quizá le dio gusto verme porque se dirigía hacia mí con prisa. Sonriendo y mostrándose sociable como siempre me saludó. Yo no pude esconder mi expresión de sorpresa.

— ¿Zack? ¡Qué sorpresa verte aquí!— Exclamó y de inmediato me rodeó con sus brazos blancos, tan blancos como las hojas de papel que sostenía.

Tras unos segundos de silencio ante tal circunstancia yo respondí:

—¡Emily! La sorpresa es para mí ¿Qué haces por aquí?— Correspondí a su abrazo y al hacerlo pude oler su cabello por unos segundos. Fue la mejor sensación que experimenté, lo juro.

—Acompaño a mi madre a hacer las compras, pero dime ¿Cómo te ha tratado la vida?

—Pues muy bien, he estado viendo acerca de lo de mi universidad y pensando en lo que me depara la vida...

—¡Me alegra escuchar eso! ¿A qué universidad tienes planeado ir?

—Si todo sale bien iré a Stanford.

—¿En California? ¿Te irás de aquí entonces?

—¡Así es! De hecho viajaré allá dentro de unos días para consolidar mi proceso y entrar.

—No me agrada la idea de que te vayas, pero si es tu sueño no hay objeción alguna. Pero ¿En serio quieres irte?

Al escuchar esto, yo quedé inmutado ya que la chica que significaba el amor imposible para mí, al parecer no quería que me fuera. Sin embargo, no me ilusionaron esas palabras.

Imposible OlvidarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora