Los chicos se acercaron con una sonrisa socarrona en su rostro y una actitud arrogante y temeraria. El mayor no hizo más que levantar ligeramente las cejas y juntar ligeramente los labios.

—Ichimatsu vienes con nosotros, ¿Verdad?

Osomatsu dejó de observar a los sujetos, ignorándolos completamente para mirar fijamente a su hermano que yacía entumido y congelado a su lado. Le tomó con cuidado del brazo despertándolo de aquel transe. El menor parpadeó y levantó la cabeza al fin correspondiendo la mirada del mayor.

—¿Qué están diciendo estos sujetos, Ichimatsu? ¡Tú saldrás con tu hermanito mayor, cierto! Hasta gastaré un poco de mi preciada, preciaaaaaada mesada en ti, ¿Qué te parece? —sonrió animado Osomatsu jalándolo suavemente a su lado.

Sin embargo, el menor no se movió, pero tampoco apartó su intensa y sentimental mirada.

—No podrá ser hoy, Osomatsu. Tengo planes, un trabajo de nuestra clase, es importante que vaya.

—Si vienes conmigo, te prometo hacerte sonreír Ichimachu... —intentó Osomatsu nuevamente, sujetando con más fuerza la muñeca del menor que tembló ligeramente.

El cuarto de la familia miró al suelo con los ojos casi apretados seguramente aguantando aquello que tanto luchaba por retener.

—Quiero ir con ellos, así la paso mejor. Ya no somos los sextillizos que tienen que hacerlo todo junto, ¿Sabes?

—Ichimatsu... —insistió con fuerza.

—Maldito mayor, solo déjame ir. Ya no eres mi líder ni el de nadie, déjame hacer lo que quiera con mi maldita vida. Ya no soy tu sombra, y nunca volveré a serlo.

Osomatsu le sonrió sutilmente a Ichimatsu incluso ante esas frías y agrías palabras mientras le daba un pequeño vistazo más a los sujetos que se empeñaban en llevárselo aquella tarde.

—Entonces, el siguiente jueves te juro que será diferente... el siguiente jueves vendrás conmigo y te haré el chico más feliz del mundo Ichimachu.

—E-Estaré ocupado... ya no molestes... —se zafó con fuerza del agarre insistente de Osomatsu dándole la espalda yendo hasta donde aquellos tipos le extendían los brazos.

El de rojo pestañeó, sin ninguna expresión visible en el rostro, observando su mano con detenimiento, aquella misma que su pequeño hermanito había apartado segundos antes. Levantó la mirada una vez más, abriendo un poco más los ojos.

—Será para el próximo jueves... —repitió Osomatsu, sin nadie que lo escuchara mientras veía a su hermanito marchándose tras la silueta de aquellos sujetos.

Algo se quebró totalmente aquel día al igual que la bella sonrisa del cuarto de los Matsuno.

Algo se quebró totalmente aquel día al igual que la bella sonrisa del cuarto de los Matsuno

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Osomatsu miró con detenimiento la hora. Había otro día que aquella rutina no era precisamente puntual. Todos los jueves Ichimatsu llegaba tarde, y solo un lunes en dos semanas también parecía llegar a una hora inapropiada.

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⏰ Last updated: Oct 01, 2020 ⏰

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Rescatando su sonrisaWhere stories live. Discover now