63: Solo habrá un asesinato esta noche

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Harry está violeta. Agarro el brazo de Black y tiro para que suelte, pero es demasiado fuerte. Él me mira un segundo a los ojos, pero no dejo que me intimide y sigo haciendo fuerza para que suelte. Hermione se une y patea a Black, y Ron aplasta la mano que tiene las varitas. Black lanza un alarido de dolor y trata de soltarse de nosotros, dejando a Harry libre. Las varitas lanzan chispas y una cae sobre mi brazo y siento que me quema. Cuando vuelvo a entender qué sucede, Crookshanks se une a la pelea y todos caemos en una bola de cuerpos humanos y un gato.

—¡SALGAN! —dice Harry y todos retrocedemos.

Me lanzo tras las varitas y les doy a Ron y a Hermione las suyas. Ron parece que se desmayará en cualquier momento y lo ayudo a subirse a la cama, mientras que Hermione se seca la sangre del labio. Yo me toco la cara y no me sorprende ver sangre otra vez.

Harry también tiene su varita y pone la punta en el pecho de Black.

—No me matarías, ¿o sí, Harry?

Harry traga saliva.

—Usted mató a mis padres. —Su pecho sube y baja con cada respiración—. Usted...

—No lo niego. Pero si supieras toda la historia...

—No tengo que saber nada más que eso —lo interrumpe Harry—. Usted los entregó a Voldemort.

—No, no, escúchame, Harry, debes comprender... Lo lamentarás luego si no me haces caso.

Harry clava la varita en el pecho de Black y ambos se mantienen tensos, pero no dejan de mirarse a los ojos.

—Entiendo muy bien —dice Harry—. Usted dice eso porque no la oye, ¿o sí? A mi madre, muriendo, cada vez que los Dementores están cerca revivo su muerte. ¿Cree que lo dejaría con vida después de lo que me hizo?

Crookshanks se mete entre los dos y se acomoda en el pecho de Black, que intenta sacárselo de encima sin éxito. Hay un largo silencio y luego se oyen pasos abajo. Yo tomo mi varita más firmemente y Hermione grita:

—¡AYUDA! ¡ESTAMOS ARRIBA! ¡SIRIUS BLACK! ¡AYUDA!

Harry empuña la varita con más y más fuerza y pareciera que va a matarlo solamente con clavársela, pero luego se abre la puerta de un golpe y entra el profesor Lupin. Nos echa una mirada rápida, a Hermione con las manos sobre la boca, a mí cerca de Harry y Black, a estos dos tan cerca, a Ron en la cama...

¡Expelliarmus!

Todas las varitas de la habitación saltan a su mano y él las atrapa. ¿Pero qué le pasó a este tipo? ¿No quería ayudarnos? ¿Él también cree que es parte de su prueba final y que hicimos trampa?

—Sirius —dice Lupin—, ¿dónde está?

Black está casi desvanecido, pero logra levantar un brazo y señala a Ron.

—¿Pero entonces...? ¿Por qué no se ha manifestado antes? A menos que —dice con los ojos dilatados y como si no hubiera nadie más que ellos dos en la habitación—, a menos que fuera él quien... pero de todos modos...

—Profesor Lupin, ¿puede explicarnos qué pasa? —se enfada Harry.

Lupin no contesta, sino que baja las varitas y le da una mano a Black para levantarse y luego se abrazan como hermanos. Como hermanos Weasley. Abrazar a Black así... Empiezo a sentir cómo me sube la temperatura en el cabello.

—¿QUÉ HACE? —le grito a Lupin—. ¿QUÉ CREE QUE ESTÁ HACIENDO?

—Leyla —dice Lupin, repentinamente alarmado, y al ver sus ojos siento que hay algo que no nos está diciendo. Estoy acostumbrada a que la gente tenga secretos, no siempre las cosas son lo que parecen. Hay que presionarlo para hablar.

Leyla y el prisionero de Azkaban | (LEH #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora