Titanomaquia.

-01-

Cronos y Rea, reinaban sin imponer regla alguna, pues a su parecer todos obraban bien.

Los Titanes estaban en la cima de todo.
A esta etapa se le llamó "La edad Dorada".

Había alimento en abundancia y también extensa vegetación que lo cubría y adornaba todo.
Los animales y demás criaturas vivían equilibradamente en armonía.

Todo marchaba a pedir de boca para los Titanes.
O casi para todos...

-Cronos, hijo mío, cuando liberarás a tus hermanos del Tártaro?

Gea llevaba algunas semanas preguntándose eso.
Toda esta guerra contra Urano, el primer rey, fue a causa de la insistencia de Gea para que liberara a los Cíclopes y Ecatonquiros de su destierro.
Su único primer aliado fue su hijo menor, Cronos, él le prometio ayudar a sus hermanos a salir de la prisión a la que los confinara Urano.

-Madre, debes tener paciencia. Para liberarlos, antes debemos encontrar a mi padre. No tenemos idea de donde puede estar.

Urano estaba desaparecido, desde la batalla final contra Cronos, sus restos habían caído al mar, eso fue lo ultimo que se supo de él.
Ahora nadie tenía idea de su paradero o de su estado, pero al ser inmortal y el primer rey, seguramente se encontraba bien.
Lo que los preocupaba, pues con él sano, podría crear y reunir un gran ejército para contraatacarlos. No podían cantar victoria aún, de eso se habían dado cuenta esos días.

-Entiendo...pero por favor, recuerda tu promesa de liberar a tus hermanos una vez aparezca Urano y lo atrapes.

Cronos asintió y su madre se retiro de ahí, de nuevo fue a las afueras del Tártaro para visitar a sus monstruosos hijos, que si bien, a muchos les causaban miedo y desconfianza, para ella era muy diferente. Ellos seguían siendo hijos suyos, no los iba a despreciar sólo por su terrible apariencia.

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Cronos tenía otros planes en mente.

No iba a liberar a los monstruos de sus hermanos, como podría él desatar a semejantes aberraciones?

Si bien esa fue la causa por la cual se supone peleo contra su padre y lo derrocó, sólo era un pretexto para ocupar el trono.

A él no le era grata la idea de tener en el mundo corriendo libremente a gigantes de un solo ojo o a terribles figuras de cien brazos y cincuenta cabezas.

No permitiría que salieran nunca de ahí, al contrario, reforzaría la seguridad y una vez Urano apareciera, también los acompañaría en aquella terrible prisión por la eternidad.

Si su madre se oponía, aún siendo ella, la encerraría junto a sus amados hijos.

Nadie  iba a quitarle el trono ni el poder que ahora ejercía sobre los demás.
Él era el rey.

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Rea junto con las demás Titanides, planeaban otra celebración.

Iba a casarse con Cronos y lo debían festejar por todo lo alto.

Siempre había amado a su hermano Cronos.
Y ahora que al fin se unirían oficialmente ante todos, deseaba expandir aún más la felicidad que sentía. Como si quisiera contagiar a los demás de alegría.

Tea: Entonces que colores usarás?

Tetis: Te parecería bien el azul?

Rea: Eso sólo lo dices porque a ti te gusta el azul.

Tea: Muy cierto. Y que tal el rojo?

Rea: Pues me gusta, y creo que resaltaría mucho.

Tetis: Siquiera piensen en mi idea del azul.