Lo que nunca pude decirte.

Capitulo 5: Traición

Sonó mi alarma, eran las 7:00 am. Desde que conocí a Bruno solo me arreglaba lo necesario para ir a la escuela. No buscaba interesarle a nadie mas, mi mundo giraba entorno a el. Pero habían chicos que seguían buscándome, no supe como alejarlos y esto me trajo mas problemas de los esperados.
Caminé hacia el baño. Tomé una ducha rápida- Me puse mi uniforme. Lavé mis dientes y me preparé un café y puse a tostar 1 rebanada de pan integral. Rapidamente me puse un poco de rímel y le avisé a mi papá que me estaba lista para que me acompañara a la escuela.
Caminamos en silencio; la escuela a donde asistia solo quedaba a unas cuadras de mi casa asi que resultaba mas comodo el no tener que levantarme temprano.
—Pon atención a tus clases, tu mamá viene por ti en la salida.—Dijo mi padre con tono autoritario.
—Claro, con cuidado. —Nos despedimos y camine hacia el interior del colegio. Tiene un patio demasiado grande considerando que somos muy pocos en toda la escuela. Tiene una casa antigua, adentro de esta se encuentran las oficinas, un auditorio y el salón de Informatica. Fui a la cafetería y compré un café. Como lo notaron me encanta el café. Subi las esclaeras hasta mi salón. Me gusta sentarme junto a la pared en el segundo o primer asiento de enfrente hacia atrás. Me resultaba tranquilizante ver el clima de afuera, el dia de hoy estaba nublado y parecía que iba a llover. Amo este tipo de dias, me hacen sentir comoda y tranquila. Soy muy friolenta pero prefiero el frio al calor. El calor solo te hace sudar y deshidratarte.
Le había mandado varios mensajes a Bruno pero no había contestado ni uno, pensé que podría ser porque estaba ocupado en la escuela asi que le resté importancia. A la hora del receso bajé con mis amigas para comprar el desayuno.
Una niña con la que me juntaba, la misma que me acompaño a conocer a Bruno la notaba indiferente y distante.
—¿Estás bien, Lucia?—le pregunté con preocupación.
—Este... Amm si.... —Bajó la mirada y jugaba con sus manos por debajo de la mesa. Ella siempre habia tenido muchos problemas, al grado de llegar a lastimarse su cuerpo. Andaba con uno y con otro, probablemente para asi tratar de cubrir el vacio que cargaba dentro de su alma y corazón. Pero a pesar de que los problemas deberían haberla hecho más madura ella seguia con una mentalidad de niña pequeña, tratando de solo juntarse con chicas de grados menores al nuestro. Y tampoco la ayudo mucho que en nuestro salón se "filtraran" fotos de ella desnuda, Aunque todos sabiamos que la responsable de haberlas difundido había sido Michelle. Desde ese dia nadie quería juntarse con ella y sufria bullying por parte de todos por lo que prefería quedarme con ella en el salón y jamas dejarla sola. Tenía que encontrar el modo de ayudarla pero admito que tampoco quería que me dejaran de hablar a mi.
—Sabes que puedes contar conmigo.—Agarré con fuerza una de sus manos y sonreí debilmente.
—Gracias, Beth.—En su tono de voz se encontraba la melancolía de su vida. Debía protegerla. Ella podría llegar a ser mi mejor amiga.

La salida llegó antes de lo esperado. Las últimas horas se me fueron volando. Bajé a toda velocidad las escaleras hasta llegar al patio, quería llegar a casa y preguntarle a Bruno si todo estaba bien ó porque no habia contestado mis mensajes.
Mi mamá me estaba esperando en la entrada de la escuela
—Hola, mamá—Le di un beso en el cachete y salimos a la calle.
—¿Como te fue en la escuela, Beth?—dijo animada pensando que tal vez hoy seria el día en que me animaría a hablar. Lamentablemente para ella esta no fue la ocasión.
—Nada importante.— Dije pensando en Lucia.
—Ummm...—Se quedó pensando y caminamos en silencio hasta llegar a casa. Entré a mi cuarto y revisé mi celular, tenia 8 llamadas perdidas de Bruno. No me habia percatado que tenia el telefono en modo silencioso. Rapido le llamé, esperaba que no le haya pasado nada malo. Ansiosa esperaba escuchar su voz y saber que todo estaba bien.
—Hola.—Dijo cortante. Sonaba enojado y triste.
—Hola, amor...¿Qué pasó?—Me sentía preocupada no sabia que estaba pasando.
—¿Dónde estabas?
—En la escuela, cielo
—Si, claro.—Dijo sarcastico
—¿Que tienes, Bruno?
—No se, preguntale a tu novio Ethan.—la furia recorría su cuerpo, podía notarlo con solo su respiración y el sonido de sus movimientos.
—¿Ethan?—Pregunté confundida. Ethan Wells es un compañero de mi salón, es beisbolista y desde hace tiempo ha querido andar conmigo. Pero el no es mi tipo. Al único que mis ojos pueden ver es a Bruno.
—¡Deja de mentir, Beth!— gritó entre sollozos.
—En verdad no se ni de que me hables, Bruno—empezaba a molestarme pero traté de calmarme
—Tenemos que vernos ahorita mismo, esto es grave.
—No me dejarán, ellos aún no saben de ti.
—Pues si me amas haz todo lo posible.
—Arreglemos esto por aqui, esta a punto de llover y tu te tardarías demasiado en llegar, para entonces la lluvia estaría aún mas fuerte.— Todavía no podía decirles a mis padres que salía con un chico mayor de edad, no podría volver a verlo jamás.
—Esta bien, da igual.
—¿Qué tiene que ver Ethan en esto?
—Una de tus amigas me dijo que estás besandote y saliendo con el.
—¿Qué diablos?¿Quien te dijo esa tonteria?—a mi cabeza lo unico que podía llegar era la cara de Michelle, era una chismosa y a leguas se notaba que está enamorada de Ethan.
—Solo dime la verdad—dijo triste
—Amor, tienes que confiar en mi.
—¿Y por qué dijo eso ella?
—Probablemente porque quiere andar con el y sabe que yo le gusto. Michelle es una maldita.—Sentía el coraje inundar mis venas, jamás le había hecho algo malo a esa tonta.
—Júramelo
—Bruno, tu eres el dueño de mi corazón debes confiar en mi. Es más, este viernes va a haber una fiesta en mi escuela, ve conmigo y asi todos sabrán que estamos juntos y pasaremos enfrente de Ethan para que vea cuanto te amo. ¿Eso te hace sentir tranquilo?
—Un poco.
—No te fallaré.
—Pero, Beth....
—Dime, cielo...
—Nena, Michelle no fue quien me lo dijo.... Fue Lucía.