Una pesadilla

4.3K 252 31
                                    

Harry estaba tirado en su cama viendo el techo, ya habían pasado dos días de que hablo con Abigail y seriamente estaba considerando hacer magia para salir de aquí y lo llevaran al cuartel de la orden del Fénix, aunque tuviera problemas con el ministerio por uso de magia enfrente de un Muggle. Le habia escrito a Hermione y dándole la orden a Hedwing que exigiera cartas de una extensión considerable, al parecer la habían encerrado porque habia llegado una lechuza de color negro a entregar las mismas cartas que ya habia leído, solo agregándole "Hedwing está bien, se enfermó un poco", cosa que no se creyó Harry conocía a su lechuza a la perfección y sabía que no estaba enferma, además que no se pudo haber enfermado en dos días, todo por no querer enviarle una respuesta sólida. También estaba el problema de que era casi imposible salir de la casa de los Dursley actualmente, su habitación volvía a tener esos barrotes que su tío habia puesto en segundo grado, la puerta tenía un sensor de movimiento para cada vez que se abría y su tío al parecer habia conseguido un genial ventilador que le diera aire helado, además de una cerveza que podía tomar, le debieron haber pagado una gran cantidad de dinero por mantenerlo encerrado en casa.

Poco a poco sus ojos empezaron a cerrarse lentamente, dejando de ver el techo blanco de su habitación. Apareció en un cementerio, muy diferente en el cual se habia enfrentado a Voldemort, parecía que estaba detrás de una iglesia, parecía que estaba lleno de tumbas, muchas de ellas parecían antiguas y poco a poco como se veían cientos de tumbas nuevas. El cementerio parecía que creaba tumbas nuevas a cada paso que estaba dando en el mismo, haciendo que los arboles empezaran a marchitarse a cada paso que daba, el cementerio empezara a llenarse de dementores. Los primeros nombres de las tumbas que leyó fueron de sus padres, después apareció el nombre de Sirius Black, Remus Lupin, Minerva Mcgonnagall, los Weasley, algunos de sus compañeros de Hogwarts que ni siquiera recordaba sus nombres, algunos de sus profesores de Hogwarts, cientos de nombres que no conocía, hasta que vio la tumba con el nombre de Hermione Granger y los dementores empezaron a atacarlo, apenas tuvo tiempo para sacar su varita, cuando una luz blanca salió a toda velocidad...

Apareció en un pasillo con luces verdosas y la pared era de ladrillos negros con uniones color esmeralda, podía ver una pared que aparecía un letrero, que no podía ver con precisión, pero la puerta se abrió, siguió caminando por el pasillo, sin detenerse a cada paso que daba, hasta que llego a una nueva puerta...

Un estrepitoso sonido metálico chocando contra el suelo y un temblor hizo que Harry se cayera de la cama y viera el suelo de su habitación. Vio que estaba completamente sudado por completo y con la respiración agitada, sentía sus músculos adoloridos, tomo su varita, para asomarse por la ventana y ver vacía la calle de Private Drive. Harry tomo el aparato que habia creado para sobrevivir a la maldición asesina y se lo puso en su pecho lo más rápido que pudo.

-¡¡¡Una tonelada en peso muerto!!!-dijo Veron Dursley en un tono orgulloso, mientras Harry se volvía a acostar en su cama, el culpable del temblor habia sido su primo.

-"Eso puede pasar muy pronto Harry Potter". -Dijo la voz de Voldemort dentro de la mente de Harry haciendo que le doliera la cicatriz.

Harry se paró rapidamente de su cama, para ir a su baúl que estaba abierto. Sabía que Voldemort podría aparecer algún día y queria estar listo para enfrentarlo. Tomo un par de pistolas cargándolas totalmente de balas por si necesitaba dispararlas, tomo una pistola que lanzaba rayos que habia ideado en este mes, tomo varios hechizos encapsulados que tenía guardados para meterlos en la mochila, también un par de campos electromagnéticos, una laptop que reparo que Dudley la habia destrozado con todo y su cargador, metió varios prototipos de cosas de electrónica a su mochila. Harry traía las cosas más importantes para el en la mochila y esta la traía todo el tiempo por si tenía que salir corriendo. El pequeño dragón tomo una mochila que encontró en la habitación, que tenía decorado de Spider-man por toda la mochila y un pequeño Spider-man de peluche que colgaba de ella. Empezó a meter algunas de sus corbatas, su osito de peluche favorito, varias grajeas de todos los sabores, algunas cosas que le habían gustado y empezado también a guardar cosas en el baúl.

No se en quien confiarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora