Capítulo 1

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Tres meses, una semana y dos días.

Ese era el tiempo exacto que había pasado desde la última vez en que había sonreído verdaderamente. El regreso de London a mi vida aun me era engañoso, como si no pudiese ser verdad. Verla, tocarla, escucharla y saber que no era una fantasía de mi imaginación, estaba nublándome la mente.

En mí interior alguna vez había deseado que London estuviera viva, pero ahora que era toda una realidad al mismo tiempo era una pesadilla de la que quería despertar, porque si de algo estaba segur era que, la London que había conocido no se parecía en absoluto a la chica que actualmente era. La London presente lucia engañosa, demandante, manipuladora e hipócrita.

Por otro lado, la mansión Black se había convertido en un museo los primeros días hasta que de repente, solo fue el perfecto lugar para una depresión, para recordar que nunca sería lo suficientemente fuerte para poder escapar. Incluso si lo lograba, mi cabeza visualizaría imágenes a futuro del plantel siendo destruido, de mis seres queridos muriendo al igual que personas inocentes. No quería eso. Por ello había pasado los anteriores meses encerrada en un lugar que solo me hacía pensar que estaba perdiendo mi tiempo, que jamás saldría de aquí hasta que terminara siendo una verdadera Black. Y el estar cada día en el mismo lugar que mi hermana y su prometido, estaba logrando un efecto. Pero no era el que mi hermana esperaba.

Oh, no.

Conforme los días pasaban, una amargura combinada de odio se formaba en la boca de mi estómago. Ya nada me importaba y me era indiferente, o eso fingía para hacerme sentir mejor. La mentira tras la verdad era como un velo, y quería que permaneciera de ese modo ya que no podía soportar la verdad.

Y la verdad era que..., Fletcher se había ido, y no volvería. Estaba vacia.

Lastimosamente, esta noche en particular, una pequeña sensación comenzó a formarme en mi pecho cuando lo recordé, así mismo todo lo que había pasado en los últimos meses. Era tiempo de dejarlo ir porque había estado ahogando mis penas entre sentimientos desastrosos que no me habían hecho ningún bien.

Incluso cuando London envió mis papeles a la nueva escuela de enfermería para la continuación de mis estudios, yo me había negado y me había encerrado en mi habitación por meses. Mi hermana solo se limitó a decirme que en el momento en que estuviera lista, podría pedirle regresar a la escuela.

Pero no estaba lista, y nunca lo estaría.

Con un nivel de aburrimiento muy alto y sin saber qué hacer, salí de mi nueva habitación. Al principio el lujo había incendiado mi vista, pero al pasar los días, había dejado de importarme cuánto dinero podía haber invertido incluso hasta en la paredes. Era un lugar inmenso, con paredes de cristal y algunas con mármol negro al igual que el suelo. En algunas partes de la mansión Black se encontraban algunas estatuas talladas; muchas eran griegas y otras simplemente no tenían un origen y forma en sí. Era simplemente el tipo de lugar más asombroso incluso para las personas que cargaban más de mil dólares en sus carteras.

Y yo necesitaba un respiro fuera de todo eso, porque incluso la belleza en las cosas, fastidiaba.

Tracé mi camino por el pasillo alfombrado pasando las escaleras y llegando al otro extremo de la casa donde se encontraba la única persona que podía tener un poco de misericordia por mí. Cuando abrí la puerta, la vista que obtuve no fue la mejor. Ya sabes, encontrar a tu hermana comiéndose a su prometido no era exactamente la vista más linda que podías obtener en una noche de total aburrimiento.

En cuanto la puerta azotó contra la pared, ambos se separaron de su ardiente beso y me miraron. Al mirarme, las mejillas London inmediatamente obtuvieron un color rojizo y no supe definir si era vergüenza o molestia por interrumpir su momento de romance.

Lazos de Sangre #2 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora