Capítulo Uno.

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Mis hermanos, molestos y ruidosos siempre tienden a levantarse muy temprano y gritar sus ejercicios en el jardín trasero. Pusé una almohada en mi cara y grité frustrada.

— ¡Doce! Baja más Josh, no seas tan niña. — Gritó Ethan, para mi mala suerte mi ventana daba al jardín trasero, y tengo que escuchar todo esos gritos por la mañana.

— ¡Noah mueve tu jodido trasero aquí y ven a correr las vueltas que te tocan! — Esa era la voz de mi padre. El entrenador Manson.

Me moví para quedar boca abajo e ignorar sus gritos.

— ¡Noah!  — Ese era el grito de toda mi familia.

Suspiré y me levante de la cama, fui hasta mi armario y me coloqué pantalones deportivos, una pequeña blusa, y uno de mis enormes abrigos, até los cordones de mis tenis y baje hasta el jardín trasero.

Josh, Joan y Ethan, eran mis hermanos mayores, estaban corriendo por todo el jardín mientras mi padre les gritaba, Mamá estaba sentada con uno de sus jugos frutales y una revista de modas.

Me senté en la hierba y entrecerré los ojos, aún podía ver la luna como se ocultaba dándole paso al sol, un lindo amanecer.

— Noah a correr. — Dijo mi padre sentándose en la silla al lado de mi madre y tomando un vaso de los jugos frutales.

Me paré con vagancia y troté alrededor del Jardín, estaba segura que lo hacía con lo ojos cerrados, y en cualquier momento iba a caer dormida en la hierba.

— Despiértate. — Joan golpeó mi cabeza cuando pasó corriendo a mi lado.

— ¡Idiota! — Gruñí.

Ya estaba sudando y aún tenía sueño, el sol daba justamente en mi cara, pero al parecer mi padre no tenía piedad de nosotros.

— Ya, que se les hace tarde para el instituto. — Dijo mi madre, Wendy Lee, mejor amiga de Estefanie Lee, y madre de mi mejor amiga Sarah Lee, Si, lo sé es una completa histería.

Subí como pude hasta mi habitación, entré en la ducha rápidamente y desprendí todo el sudor de mi cuerpo.

La mitad de mi armario era ropa de chicos, es mas cómodo para mi, y la otra mitad era de ropa que compraba mi madre, para que sea más "chica".

Saqué una camisa y pantalones, mis converses, hice mi cabello una coleta y me puse uno de mis abrigos.

Bajé hasta la cocina, y me senté en el taburete, tomé el cereal y lo eché en mi plato con leche.

— Sarah Lee esta aquí. — Escuché la voz de mi mejor amiga, era de cabello negro y largo, era pequeña igual que yo, tenía razgos hindú gracias a su padre.

Ella entró en la cocina y se sentó al lado de su amor platónico eterno, Joan manson, mi hermano del medio y el más idiota de todos.

— ¿Como estas Sarah? - Saludó Ethan.

Ella encogió los hombros y tomó una de las manzanas que estaban en el plato. — Normal.

— ¿Ya volvió tu madre? — Pregunté.

— No, está decidida a no volver, apuesto a que el lunes está en casa de nuevo pidiendo disculpas.

Estefanie la mamá de Sarah descubrió sobre el hijo perdido de su padre, y el hermanastro de Sarah, y se terminó yendo de la casa.

Me comí rápidamente lo que quedaba de mi cereal, tomé mi mochila y tomé a Sarah del brazo llevándola fuera de la casa y gritando un "Adiós".

Mi padre había recibido un nuevo empleo en uno de esos muy riquitos colegios, y a mí por ser su hija me habían dado Beca, igual que a Sarah.

Eramos solo nosotras contra el mundo de ellos.

Ella es el ChicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora