𝑷𝒓𝒐́𝒍𝒐𝒈𝒐

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Y por último el bebé de la familia, Tristan, con quince años, es el tragón, pacman, él que nunca tiene llene, un barril sin fondo. Come todo el día a todas horas y el desgraciado no sube ningún maldito kilo, sigo sin entender como lo hace. Es el más calmado de todos, aunque a veces si se suelta un poco y hace estupideces como el resto, es el que se porta mejor conmigo, un niño bueno. Pero caras vemos, bromas no sabemos.

Faltaría mi padre en esta lista, él también cuenta como adolescente, se comporta como nosotros sin que le importe lo que la gente piense, y por eso lo amamos.

Y ésta es mi bella y grande familia. Falta mi madre, pero ella falleció cuando tenía cinco años, así que casi no tengo recuerdos de ella.

—¡Muevan sus traseros o el avión se va!—grita mi padre, Paul y yo nos detenemos y hacemos tweark.—¡Hablo enserio desgraciados!

Paul y yo comenzamos a reír mientras corremos.

La gente nos mira raro. Corremos con las maletas en mano como si nuestra vida depende de ello, aunque es un poco literal, hasta que de repente se escucha un azote en la parte de atrás seguido de un grito afeminado de horror.

—¡Mi copia se cayó!—grita Bruce. El afeminado.

—¡Kelvin idiota levantate!—exclama mi padre.

—¡Me veo horrible!—exclama Bruce con horror.

—¡Tu no te caíste!—se queja el Miller caído.

—¡Eres mi puto espejo!

Ruedo los ojos. No llegaremos con estos idiotas.

—¡Pediré a phineas y ferb en el avión si se apuran par de miércoles!—grita de nuevo mi padre comienzo a reír.

—¡Sí!—festejan y comienzan a correr de nuevo.

Estaban a punto de cerrar las puertas pero llegamos a tiempo para hacer un baile de victoria con las miradas de todos encima y algunas risas de las trabajadoras, alcanzamos a subir al avión de puro milagro se merecía un baile de victoria.

—¡Siempre uno de los gemelos se tiene que caer!—se queja mi padre, todas las personas nos miran.

—Son demasiado torpes—dice William riendo.

Entramos al área VIP, que era solo para nosotros ya que había sólo unos diez u once asientos.

—Deberías comprar un avión, así no batallamos tanto—dice Evan.

—¡Tienes cerebro!—digo fingiendo sorpresa, Evan me mira mal.

—¡Oh no!—grita mi mellizo, todos lo miramos.—¡Se me olvido el espejo!—ruedo los ojos.

—Paul...—dice mi padre cansado.—usa a tu hermana, allá te compras uno después

—Pero Alissa no es tan guapa como yo—dice pasando una mano por su cabello.

—La única diferencia que hay entre nosotros, es que tu tienes pepino y yo papaya, idiota

—Sigo siendo más guapo

—No jodas...—ruedo los ojos.

«Atención pasajeros del vuelo 605 con destino a Miami. Por favor, abrochar sus cinturones el avión está por despegar, gracias.»

—¡No quiero morir!—grita Aidan.

—¡Soy muy joven y popular!—grita Evan.

—¡Tengo hambre!—grita Tristan.

Mis Hermanos y Yo [MISHYY #1] Where stories live. Discover now