Capítulo 21

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Las cosas con West estaban más o menos normal. Ya cada uno había dejado sus puntos en claro, algo muy importante, pero aún así nuestra relación no había pasado de dirigirnos las palabras necesarias acerca del cuidado de Mia. Aunque no negaría que siempre se daban esos momentos incómodos en los que no sabía cómo comportarme.

Quiero decir, ¿como tratas normal a la persona que amas? Y que sabes que esa persona te corresponde el sentimiento. Que difícil es esta situación. Habían momentos en los que quería olvidar mi orgullo, mis logros, quería olvidar todo el sufrimiento, y lanzarme a sus brazos, y apoderarme de sus labios hasta cansarme. Pero aunque a mí también se me hiciera difícil quería que él sufriera, y que luchará por mí, así sabré si sus sentimientos e intenciones son verdaderas y es persistente como dice que será. Aunque hasta ahora no hay ningún cambio. Por un lado eso me parece bien, aunque por el otro anhelo que se de prisa a convencerme, y deseo con todas mis fuerzas que sus intenciones sean verdaderas. Por qué he ampliado mis expectativas, y tengo grandes esperanzas de que algo lindo se de entre nosotros. Quiero decir tenemos una hija, yo lo amo, el dice amarme ¿por qué no estar juntos? Aún así quería darme mi lugar, y hacerlo luchar por mi. El juego a cambiado, tuvimos una hija es un punto a su favor.

Terminé de darle el biberón a Mia, y le saqué los gases.

Escuché la puerta de entrada abrirse, entonces supuse que West y había llegado.

—¡Hola princesa!—se acercó y tomó a Mia de mis brazos.

Mia comenzó a hacer ruidos con la boca mientras extendía sus bracitos intentando alcanzar el cabello de su padre.

Reí ante su expresión de no poder lograr su objetivo de alar el cabello de West. Hizo pucheros, y se veía extremadamente adorable. Daban unas inmensas ganas de comérsela a besos, tenía unos cachetes regordetes que la hacían lucir sumamente adorable, sin mencionar la inocencia que expresaba su rostro. Y no quise que ese momento pasara jamás.

—Sky.—me llamó West.

—Dime.—enfoqué mi mirada en él.

—Ya es viernes, y pues he llamado a mis padres para que cuiden a Camila. Saldremos, tú y yo.—me sonrió coqueto.

El anuncio me tomó por sorpresa, y no supe que decir. No quería demostrarlo mucho, pero me encantaba la idea. Quería salir, y tener una noche de una joven normal. Quiero decir, no me arrepentía de Camila, por nada en el mundo, pero extrañaba salir, y divertirme, pasarla bien con mis amistades, extrañaba ser libre de salir cuando quisiera, como lo era antes. Y me alegraba que fuera con West. Me alegraba que estuviera dando un paso, eso me hacía sentir sumamente feliz, y estaba emocionada.

—¿En plan cita?—pregunté con curiosidad.

Quería saber si me estaba sacando solo por diversión, si me estaba sacando como a una amiga, o si me estaba sacando en plan quiero algo contigo, quiero que seas mi novia o algo así. Por qué si era así no podía parar de sonreír internamente, me llené de esperanzas. Tal vez esta sea la noche en la que West me convenza. Tampoco era que ya me invitaba a salir, pues ya se lo ganó todo, no, no era así. Pero no podía negar, que estaba emocionada de que West estuviera haciendo el esfuerzo. De que me quisiera de verdad, y que estuviera luchando por mi.

Yo siempre estuve enamorada de West, pero para él yo sólo era su diversión, la chica con la cual tenía placer, el jamás me considero como algo serio. Para él yo no era nadie relevante, y cuando se hartó de mi, y quiso experimentar con otras chicas pues me sacó de su vida, y hasta me menospreció, y me hizo sentir irrelevante, me humilló.

Cada vez que me recordaba de eso me daba fuerzas para seguir adelante con mi coraza, ya que no quería que él, no nadie se aprovechara de mi nuevamente. Yo no era el juguete de nadie, yo era una persona de carne y hueso, que siente, y sufre. Nadie tenía que aprovecharse de mi nuevamente. Ya había aprendido mi lección, y no iba a permitirme cometer el error dos veces. Si alguien me quería lo suficiente tendría que luchar para ganarse mi confianza, y tendría que tener la paciencia suficiente como para esperar a que yo estuviera lista de abrir mi corazón a ellos, y de permitirme estar vulnerable ante otra persona.

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