Julian sonrió sin ganas y apartó la mirada. No quería recordar esos días. De alguna manera aunque tenían todos un recuerdo amargo, ahora le parecían unos momentos increíblemente buenos y hasta hubiera dado cualquier cosa por retroceder en el tiempo y hacer que jamás llegara ese día, el día que había comenzado todo aquello por su culpa. Sí, hubiera sido más fácil si le hubieran matado a él y a Kevin aquel día... pero ni siquiera hubiera sido necesario eso si no hubiera cometido el capricho de decidir marcharse justo en aquel momento...

—Soy un asesino —soltó con amargura—. Es normal que algo haya cambiado después de que haya muerto tanta gente por mi culpa.

Intentó incorporarse y alejarse pero la mano de Sakuya se lo impidió.

—Lo siento, Julian —La disculpa de Sakuya hizo que Julian girara bruscamente la cabeza para mirarla. La japonesa sonreía a modo de disculpa pero endureció rápidamente la mirada y desvió la cabeza—. Se que no es exactamente tu culpa. Hablé con Kei, ¿sabes? Él no te culpa realmente.

Julian escuchó el sonido estrangulado de su propia garganta cuando contuvo la respiración y apoyó una mano en la pared, mareado.

—¿Qué...?

—Era imposible que dejarás matar a Kevin sin más. No es tu forma de ser. No hubieras sido capaz. Es lo que él dice.

—Eso... —Julian sintió un sudor frio recorriendo toda su espalda, cada vez más mareado. ¿Kei no lo culpaba? ¿De verdad? ¿Entonces qué era lo que estaba sucediendo?

—Kei —continuó Sakuya sin escucharlo—, se culpa a sí mismo por lo que ocurrió.

—No es culpa suya, es culpa mía —intervino Julian rápidamente—. Yo...

Sakuya rió sin ninguna emoción, aunque más que una risa fue como un sonido desde el fondo de su garganta, un ruido quedo, vacío.

—Piensa que si él jamás te hubiera tenido a su lado, si nunca te hubiera llevado con él, jamás hubiera ocurrido eso.

Julian se movió bruscamente hacia la mujer. Necesitaba explicar a alguien que no era verdad, que no fue el error de Kei, que había sido su culpa, que necesitaba estar a su lado y que prefería morir a que Kei decidiera cargar con esa culpa y alejarlo de él, pero no tuvo ocasión de hablar. El ruido del ascensor en movimiento hizo que los dos hombres que estaban en la puerta se movieran alertas, pendientes de la puerta con las pistolas en la mano, pero todo fue demasiado rápido. Las puertas se abrieron ya disparando y los dos rusos cayeron al suelo antes de que incluso pudieran abrir fuego. Sakuya se puso en medio, desafiante, delante de Julian y de las dos puertas del final del hospital, pero posiblemente el primer hombre que salió del ascensor no hubiera dudado en disparar como lo había hecho con los dos guardias si uno de ellos, aún vivo, no hubiera conseguido alcanzarlo y disparar antes de que sus dedos hubieran apretado el gatillo y la bala hubiera atravesado directamente el menudo cuerpo de la joven.

Varios gritos se escucharon al otro lado del ascensor y un chico ruso salió de él, sacudiendo una pistola en la mano mientras apuntaba con otra al hombre del suelo sin dejar de hablar en su idioma. Julain se apresuró a reaccionar y levantó su arma, poniéndose al lado de Sakuya que no dejaba de mirar con ansiedad la puerta cerrada frente a ellos.

—No sé lo que estás diciendo —murmuró Julian tratando de razonar con el chico que dio un pisotón al guardia que estaba aún vivo y alejó el arma con el pie—. Baja el arma, por favor.

Unos nuevos gritos de su parte hicieron que Julian se tensara y casi dio un golpe a la chica para que retrocediera con él.

—¡No te entiendo! —gritó Julian—. ¡Baja el arma!

Para su sorpresa, Sakuya respondió algo en ruso y de una manera tan grotesca que hizo que el otro chico se callara bruscamente, un segundo antes de que la apuntara con el arma que había estado sacudiendo hasta ahora y Julian, sin pensarlo, bajó su propia pistola, apuntando en menos de dos décimas de segundo su pierna y disparó sin dudar, haciendo que el hombre errara su disparo y fuera a dar contra la pared, justo entre los dos. Julian se quedó completamente inmóvil, impactado y sólo volvió a reaccionar cuando Sakuya lo empujó hacia la habitación de Oshi antes de que el chico que había caído al suelo por el impacto de la bala de Julian volviera a dispararlos.

—Quédate ahí —ordenó Sakuya desde la otra habitación.

Julian no se movió. Notaba la respiración entrecortada, como si le faltara el aire y casi soltó un grito cuando el hombre que había dentro de la habitación lo tocó y le ayudó a levantarse, echándolo hacia atrás y se puso al lado de la puerta, haciendo señas a Sakuya y a varios hombres más que había en la otra habitación con su arma.

—¿Cuántos son?

Julian tardó en comprender el acento del ruso.

—Sólo he visto uno. Y lo he disparado pero creo que había más en el ascensor... Creo...

El hombre asintió y tras dar unas señas más, dos de ellos salieron fuera y tras unos instantes de un silencio cortante, volvieron a escucharse más gritos y disparos. Julian deseó taparse las orejas con las manos pero tras mirar al enfermero que seguía atendiendo a Oshi como si pasara lo que pasara su prioridad era su trabajo, se acercó tímidamente a la puerta. En la otra habitación no se veía a nadie, ni siquiera a Sakuya y tras respirar hondo varias veces y buscar el valor que no tenía, salió al pasillo con el arma levantada, dispuesto a disparar, pero una mano agarró con fuerza la pistola, desviándola de su cuerpo.

—¿Qué? —escuchó con alivio la mofa en la voz de Kei—. ¿Al final has decidido matarme?

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Pero que sueño tengo... T_T Gracias por leer, votos y comentarios!!!! Cualquier cosa en facebook ^^

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y ahora a dormir :)

Cuando habla el Corazón 2 (chico x chico)Where stories live. Discover now