Capítulo 3- Taeyong

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Quería dejar ir el cuchillo, sin embargo Doyoung lo sujetaba con fuerza, podía ser insistente cuando quería.

Recordó una de sus primeras misiones, aquella en donde Doyoung vio por primera vez lo que era en realidad:

Le había dicho, casi obligado a irse, sin embargo el chico se había negado en todas las ocasiones, y lo había acompañado de todos modos.

Nunca se había sentido avergonzado de las decisiones que había tomado, hasta que sintió que un ángel lo miraba de forma juzgadora, aquellos ojos grandes y saltones, que parecían siempre asustados, mirándolo a él, con miedo real.

El tener a Doyoung a su lado, lo hizo sentir sucio, miserable... lo hizo dudar por una vez en su vida, si estaba bien seguir así, y esto lo hacía vulnerable.

Sin embargo, el chico, a pesar de haberse quejado tanto, se había puesto a su lado y le había asentido, lo miraba a los ojos, y había puesto su mano en el mango del cuchillo, presionando, haciendo que matara a ese hombre.

No sabía si Doyoung era un ángel del cielo, de la guarda, caído, o cualquier otro, sin embargo estaba seguro de que era tan puro y perfecto con uno.

En este momento, mientras Doyoung le pedía por su muerte, se dio cuenta de que realmente era un ángel, uno que le había sido enviado de forma de salvación.

Soltó el cuchillo, y el impacto del metal fue todo lo que se oyó en la silenciosa habitación.

Su mano fue hasta la parte posterior de la cabeza de Doyoung, y tiró de ella, haciendo que el rostro de Doyoung se enterrara en su pecho.

Doyoung había aceptado cada una de aquellas muertes y se había mantenido a su lado, y de todas formas, aquellos hombres que había matado, lo merecían, eran peor que él. Si bien estaba jugando de dios al decidir quién moría, no lo hacía deliberadamente, se tomaba su tiempo.

Él estaba tan corrupto como aquellos, sin embargo, esta era una muerte que no podía realizar... Doyoung no había hecho nada malo, y aunque lo hiciera no tenía el valor para acabar con la vida del chico frente a él.

-No te mataré, no puedo.

Doyoung levantó la mirada, parecía más asustado por esta declaración que por el hecho de que la persona frente a él fuera un asesino de sangre fría.

Taeyong se separó de Doyoung, para dirigirse hasta la puerta, acabaría con los guardas. Podía incluso engañarlos, esconder a Doyoung, nadie sabría que estaba vivo.

No sería tan difícil, el chico era extranjero, solo debía conseguirle un nuevo nombre.

-Espera!- Doyoung gritó, lo que lo dejó algo atónito. Sintió las manos del chico jalar de su camisa, evitando que avanzara un poco más.

-Yo te puedo proteger, no tengas miedo- dijo Taeyong, intentando mostrarle una sonrisa tranquilizadora.

Doyoung negó, parecía pensar muy bien sus palabras.

Tienes que matarme, acaso no lo entiendes, para eso me trajiste aquí, o sino, quien será asesinado serás tu – Hablaba tan rápido, tan desesperado que le costaba un poco comprender las palabras del menor.

Lo había juzgado tanto... por parecer débil, cuando incluso en este momento, Doyoung parecía ser más valiente que él, parecía aún más determinado en la misión que el mismo.

-No voy a matarte- reiteró de nuevo, casi ignorando la advertencia de Doyoung.

Sintió a Doyoung jalar de nuevo, esta vez con tanta fuerza que lo hizo retroceder, todo pasó tan rápido... la manera en que tomo su brazo, en que los pies de Doyoung de enredaron con los suyos para hacer que cayera de rodillas.

Para cuando se dio cuenta estaba en el suelo, sus brazos inmóviles, su cuello extendido hacia atrás y su espalda encorvada... y el cuchillo en la mano de Doyoung presionando su cuello.

Los roles se habían invertido, y fue entonces cuando se dio cuenta de lo que Doyoung le decía.

"Quien será asesinado serás tú".

ONE LAST TIME [ADAPTACIÓN  TaeDo]Where stories live. Discover now