Capítulo 5. Un recuerdo diferente.

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—Presiento que me vas a olvidar... —bromeó.

—¡Eso jamás! —repuso con rapidez. Se acercó y lo abrazó de inmediato, fundiéndose en sus brazos.

—Lo sé, es broma —rio él. Trató de revolverle el cabello a la niña para molestarla; ella lo detuvo como siempre y él volvió a sonreír—. Disfruta mucho esta nueva etapa de tu vida, Min. Y recuerda; no debes olvidar quien eres, no dejes de seguir lo que más te apasiona y procura concentrarte en ello. ¿De acuerdo?

La niña asintió decidida Sus ojos verdes, iguales a los de su padre, brillaron intensamente y no pudo contener su sonrisa. Se separó de él y éste le dio un beso en la frente como señal de despedida.

—Cuídate mucho, pequeña. —susurró.

—¡Robert! ¡se hace tarde! —bufó Isobel, quien esperaba a Minerva impaciente.

—¡Adiós, papá! —la niña le sonrió y corrió hacia a su madre. La sujetó fuertemente del brazo y talló los ojos. Un par de minutos más tarde ya se encontraban en Kings Cross. Casi corriendo en dirección a la plataforma 9 3/4.

Al llegar, las dos tomaron impulso y lograron atravesar la pared de ladrillos, para, finalmente, aparecer frente al gran expreso de Hogwarts. El cual partiría en unos minutos.

Minerva se encontraba aferrada al brazo de su madre mientras observaba su alrededor maravillada. El rojo escarlata profundo y brillante del tren la cautivó en instantes, sus ojos no tardaron en agrandarse y no pudo evitar sonreír ampliamente.

Caminaron un poco más hasta que Isobel se detuvo. Despertó a Minerva del trance y le sonrió. Estaba muy orgullosa de la pequeña y además no podía evitar sentirse conmovida al ver toda esa euforia y emoción a través de aquellos verdes ojos brillosos. La abrazó y le entregó su lechuza.

—Buen viaje, Min. Disfrútalo mucho. Espero grandes cosas de ti —sentenció.

Minerva se limitó a asentir contenta. Se despidió de su madre una vez más y sin más se adentró en el medio de transporte. Jamás había estado tan feliz en toda su vida; toda la magia que contenía después de todo iba a ser liberada y puesta en práctica. Lo que más la emocionaba era la institución en si, no podía esperar para ver todo lo que tendría que estudiar, moría por ver todas las cosas que tendría que aprenderse y los nuevos hechizos que comenzaría a realizar. Estaba rebosante de alegría. Y nada ni nadie podría quitarle aquella esperanzadora sonrisa del rostro.

Después de acomodar sus cosas logró llegar a un compartimento vacío. Se sentó en la ventana y se perdió observando como todo lentamente comenzaba a moverse a su alrededor. Era oficial; estaba completamente lista, sentada en uno de los lugares del expreso de Hogwarts, rumbo a la experiencia má mágica de toda su vida, pues era allí en donde se desenvolvería su historia. 

—Hola... —una niña de cabello marrón se dejó ver por la puerta—. ¿Podría sentarme aquí? la verdad es que no encuentro otro lugar... no conozco a nadie.

Minerva sonrió y asintió, la niña entró y rápidamente se acomodó.

—Soy Minerva —dijo suavemente mientras observaba la ventana. El tren comenzaba a ponerse en marcha y la emoción de la niña aumentaba al paso de los segundos.

—Pomona... —sonrió—. Pomona Sprout —dijo animada mientras le brindaba una sonrisa.

Se quedaron un minuto en silencio contemplando su alrededor cuando Pomona volvió a hablar:

—Me parece muy lindo tu nombre. Creo que tengo algunos apodos que podrían irte bien —se quedó pensando y volvió a hablar luego de unos instantes—. Tal vez Min, o Minnie... —la miró bien—. También servirían Nerva, Nerv o incluso Nevie... ¡hay muchos!

Inmemorables Recuerdos {Harry Potter/MMAD}Where stories live. Discover now