- Capitulo 9

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Los ojos de Matt se agrandaron cuando escucho que Aria soltó un gemido desesperado mientras que Mark tenía su rostro clavado en el cuello de ella. Bueno eso contesto su pregunta. Se tenía que ir. Así que se dio la vuelta y se fue por donde llego. Aunque iba atener una charla muy seria con ellos después.

-Mark- murmuro ella entre sus labios mientras ella agarraba su rostro delicadamente para separar el beso - Mark.
-Que pasa Aria?-dijo mirandola con ansiedad- ocurre algo malo?
-No...yo..-pero fue callada porque Mark habia apresado sus labios.

Todas las dudas de Aria se fueron ella sabía que lo quería mas alla que a un amigo cualquiera, entonces porque no?, pero seria amor?, no le importaba, las caricias de Mark no la dejaban pensar. Sus besos empezaban a descender por su cuello, mientras que con su mano acariciaba lenta y tortuosamente sus piernas. Aria estaba sometida a él y él lo sabía.

-Mmmm- Aria había soltado un débil gemido que fue callado por ella misma mientras apretaba sus labios con sus dientes, sus mejillas se habían tornado rosas, mientras que Mark, que la miraba fijamente con una sonrisa, ella lo imito y le regalo también una calida sonrisa, para luego volver a sentir los labios, de su Mark, únicamente suyo, solo en ese momento, pero suyo...
Sentía las manos de Mark entrar dentro de su blusa, tocando su piel, haciéndola estremecer, sus manos estaban heladas, podía sentirlas tocar su abdomen, ningún chico la había tocado como lo estaba haciendo el, ningún chico la había besado de aquella manera, solo el, siempre el...

Aria volvía gemir entre besos, sentía como aquella traviesa mano subía hasta toparse con la barrilla de su brasier y volvía a bajar por su abdomen, no sabia porque, pero simplemente se había cansado de sentir los labios de Mark sobre los suyos, cosa que al parecer el capto, pues había dejado de besarla en los labios, para besarla en las mejillas e ir directamente sobre su cuello, besándola de una forma tan apasionada que la volvía loca, mas al sentir como la lengua de Mark pasaba de su cuello hasta el lóbulo de su oreja izquierda, haciéndola soltar pequeños gemidos reprimidos....

Poco a poco, las caricias se hacían mas atrevidas, mas llenas de infinita pasión que los llenaba y los hacia perder la "conciencia" sobre sus actos, dejándose llevar por el deseo, sin importarles el ¿Qué pasara?, el ¿Por qué?, simplemente poder demostrar lo que en sus locos corazones sentían hacia la otra persona, pero el fantasma de la amistad lo tenia cubierto tras esa fachada de mejores amigos que eran, no eran concientes si estaban destinados a estar el uno con el otro, si lo que sentían era amor, pero no podían parar, era algo tan adictivo que los hacia seguir y seguir...

-Mmmm si- Aria volvía a soltar varios gemidos involuntarios, mas al sentir como el subía su mano derecha hasta posarla en uno de sus pechos y la otra mano bajaba hasta posarla sobre en su pierna e ir subiendo lenta y pacientemente sobre la misma, hasta terminar subiendo consigo mismo la falda de Aria
Mark en un arrebato, le saco la blusa que ella traía de un solo tirón y ella hizo lo mismo con la camisa de él, dejando al descubierto su torso bien formado.

-Aaahhh mm - Dijo Aria entre gemidos, mientras sentía como su "amigo" besaba el valle de sus senos y acariciaba con una tortuosa lentitud que la volvería loca. Aria no era conciente de si misma, no podía controlar sus impulsos, era tanto el placer que se acumulaba, minuto a minuto, caricia tras caricia, hasta que se vio tentada a sucumbirse en ese infinito placer....

Ella comenzó a acariciar la musculosa espalda del castaño, subiendo y bajando lentamente como recordando cada centímetro de la piel de su AMIGO mientras el volvía a besarla en los labios, y ella fue descendiendo hasta posar sus manos en el trasero de Mark, pellizcándolo con ambas manos .
Mientras las caricias se tornaban mas atrevidas y aquellos besos estaban cada vez mas llenos de pasión, las ropas que ambos traian caían al suelo una por una, era como si traerlas les quemara la piel, era mas que una necesidad, el deseo aumentaba segundo a segundo, era algo que estaba fuera de su control y ya no había marcha atrás...

FingiendoWhere stories live. Discover now