La vi por la calle cuando fui a hacer la compra. Estaba parada en la puerta de un establecimiento, parece que esperaba a alguien. Me acerqué a saludarla, pero lo único que conseguí de su parte fue una mueca de asco y una falsa sonrisa con desagrado. Oh, querida May, eso dolió.
-Jesús Oviedo.