Capítulo 22 -Visitas no muy gratas pero necesarias -A ojos de Jacob

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La mañana al fin había llegado, Edward y yo pasamos toda la noche conversando o eso intentamos pues era bastante difícil contenerse, ya que ninguno de los dos podíamos dejar de tocarnos y de desearnos como lo hacíamos, aunque el saber que Alice estaba en casa era el freno que lograba calmar la tensión sexual que había entre nosotros.

Nos habíamos ido de casería después de que el niño se durmiera, remplazando la mesa de cristal por otra que se encontraba en el ático, aunque Esme sin duda alguna se daría cuenta de lo sucedido pero no teníamos de otra, pensando que después nos encargaríamos de comprar el cristal de la que habíamos estropeado.

Nos encontrábamos sentados en las escaleras de la entrada principal, esperando la llegada de los demás integrantes de la familia junto a los respectivos huéspedes.

—Aun no puedo creer que esa mujer fuese mi imprima, ¿cuánto puede tener?... ¿treinta, cuarenta años? —Le pregunté a Edward, el cual contemplaba el horizonte.

—Creo que tiene treinta y ocho, pero según tengo entendido los Quileutes se conservan muy bien y más los que poseen buenos genes para procrear metamorfos.

Bufe por la nariz, sintiéndome como un simple animal y no como un ser humano o vampiro, comenzando a odiar toda esta basura del ADN y sobre todo lo de quien poseía buenos y malos genes, pensando que aquello de la imprimación no tenía nada que ver con los sentimientos, sintiendo verdadero pesar por aquella mujer y su soledad.

Comenzamos a escuchar un auto que se aproximaba en la distancia, poniéndonos de pie, tratando de reconocer el sonido de aquel motor.

—Son Rosalie y Emmett. —Notificó Edward, mientras que yo trataba de enfocar la vista entre los árboles, escuchando a Alice bajar las escaleras, saliendo de la casa para hacernos compañía, informándonos que el niño aun dormía.

El convertible de Rosalie se hizo visible y antes de que la rubia pudiese estacionarse ya Emmett había saltado del auto en movimiento, acercándose a nosotros, saludando con su característica efusividad, mientras el auto al fin se detuvo, percatándonos de la presencia de un vampiro con un look bastante descuidado, el cual salió del vehículo, enfocándose en nosotros.

—Buenos días. —Saludó el vampiro en cuestión, siendo Edward quien se acercara para estrechar su mano, escuchando como el hombre se presentaba como Garrett.

Rosalie salió al fin del auto, saludándome con un beso en la mejilla, preguntando por su principito, informándole que aun dormía, enrumbándose rápidamente hacía la casa, mientras que el nómada extendió la mano hacia mi persona.

—Mucho gusto. —Saludé al recién llegado, el cual comenzó a olfatearme.

—Mmm... asombroso, no eres humano, no eres vampiro... aunque pareces uno de nosotros.

—Es un hibrido. —Le respondió Edward, justo cuando el hombre soltó mi mano, sin dejar de examinarme con la mirada, aunque todos sus sentidos se encontraban alertas, mientras mi pareja le comenzó a explicar cómo era que yo había llegado a esto.

Al culminar Rosalie salió con EdwJake entre sus brazos, observando cómo Garrett le tocó el rostro al pequeño, para percatarse de que nuestro hijo era muy parecido a mí y no un niño inmortal.

Otro auto se dejó escuchar en la distancia, percatándonos de que se trataba de los Denali, aunque tan solo eran dos de ellos, Kate y Tanya, las cuales saludaron al bajar del vehículo, observando escrutadoramente al recién llegado, informándonos que Eleazar, Carmen y Bree estaban por regresar de Europa.

Parecíamos una jauría de fieras salvajes examinándonos entre todos, deseando conocer más de cada uno de ellos, imaginando que entre más fuéramos, la cosa seria aun peor en Forks.

Eclipse al AmanecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora