Azul [Azul#1]

Ella es Azul

Han pasado dos semanas y cuatro días, casi cinco pues es de noche. Me siento asustado, no de ella, de cómo brincar hasta su techo sin matarme en el intento o al menos sin tener que  tocar un hospital. (el techo de su casa era de fácil acceso desde el nuestro). 
La veo a ella en el suyo, solamente la veo ahí; sentada, sola,tranquila, con su hermoso cabello rojizo moviéndose al soplo del viento.  Y no es que quiera ir a molestarla, pero si no intento hablarle ahora, no sé hasta cuando podré.

Llevo quince minutos pensando si es buena idea saltar. Ella ya había visto que estaba aquí parado como un idiota asustado.

— No pasa nada. —Dijo sin siquiera mirarme.

Pude. Pude brincar

— Hola ¿Azul? —sabia que era Azul, que preguntas más tontas.

— Hola Gus, acércate, aunque digan que muerdo no lo hago. —dudé de hacerlo o no, pero insistió—.  Ven, acércate tonto.

— ¿Y qué tanto haces aquí?

— ¿Ves aquella luna? Pues le canto.

— ¿Le cantas? —Sí que era rara—. ¿Alguna razón?

— No, solamente creo que es hermosa y nadie, absolutamente nadie le da la atención que necesita. Sólo mírala, mira su resplandor... —Respondió con un tono tan apacible, tan suave, tenía dulce voz.

Guardamos gran silencio. Quiero conocerla así que sólo dejaré que ella me cuente, pero quisiera saber algunas cosas.

— Azul... ¿Por qué te dicen la "falla"?

— Lo que he escuchado, porque dicen que soy rara, que hablo sola, pero no hablo sola, pienso en voz alta. Que por cantarle a la luna. Porque lo que hago o intento hacer lo estropeo, arruino, rompo, destruyo. Porque prefiero estar sola que estar con esas personas tontas y "populares", se creen más y hasta son menos humanos que tú o yo. Porque prefiero estar en casa leyendo o escuchando buena música. Siempre me han tratado como un bicho raro.

— ¿Puedo preguntar algo?

— Sí

— ¿Eres feliz? 

— Pretendo serlo Gus. — Habló siempre con esa voz suave que tal vez la caracterizaba—. Obsérvala, es hermosa.

— Lo es.

No entiendo el por qué de la confianza que nos tuvimos o lo que sea que haya sido eso. Tal vez porqué no la traté como todos lo hacen por costumbre. Si tan sólo la conocieran.

Nos mantuvimos en silencio hasta que ella bajó a su cuarto y yo regrese al mío.

Han pasado aproximadamente dos meses. Dos meses de llantos, de risas, de sueños e ilusiones que podrían haberse convertido en realidades hermosas. Dos meses de desesperación, de amor, de estupideces, de atenciones y un poco de café. Dos meses de ver la luna, de silencio.
Dos meses de señales, de sonrisas y sollozos. 
Dos meses en los que aprendí (o tal vez comprendí) que ella sólo quería que le escuchasen. Que alguien entre los muchos que le rodeaban le oyeran y escucharan lo que tenía que decir. Aprendí que sólo necesitaba un abrazo y un "Todo estará bien", acompañado de dulces y una sonrisa sincera.
Pero sobretodo, dos meses de lucha y mucha comprensión.

Y justamente ayer, todo se acabó. Al menos para ella, que así lo decidió. 

"Querido Gus.
Simplemente gracias 
Azul."

Y eso fue todo. Un gracias, punto y final. Literal.

Ella era azul.
Sí, azul como el cielo. Pero azul del nombre, no azul del color.

Rara, de tez clara y cuerpo esbelto e irónicamente con cabellera roja; era hermosa.

En el vecindario, los muchachos le decían la "falla", en la escuela también y por mucho tiempo no entendía la razón de ese apodo tan tonto.

Niña albina pelirroja, Azul, tercera de tres hermanos. La rara.

Después de tres semanas me acerqué para conocerla realmente y es que vivía al lado de la casa de mis padres.
Sabía que se llamaba Azul, conocida como "la falla" y listo. Nada más.

Tardé poco en comprender que todo le salía mal y pasaba horas sin dormir, varias horas para ser sincero; sólo llorando hasta que su alma se inundara.
Comprendí que ella sólo necesitaba un abrazo y un "todo está bien", pero era demasiado tarde. Se cansó del sinsabor de su vida, se cansó de burlas e insultos por parte de todos. Se cansó y se fue.

Ella era Azul
Sí, azul como el cielo. Pero azul del nombre... azul del color.