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Nuevo día, mismo comienzo...

"Hola soy Cian Morrin tengo 22 años, tú eres Anais McCall y tienes 19; llevamos 1 año 10 meses de noviazgo y antes de que quieras golpearme o algo no te asustes, lo último que quiero es hacerte daño"  

No les describiré que ocurrió, se lo pueden imaginar. Llorando y así, y no solo ella, si no que Maribel y yo también. No era nada fácil de aceptar nuestra nueva realidad, al rato ella salió charlamos un poco y quiso salir. Esta vez la llevamos a comprar ropa, es una maldita derrochadora de dinero jaja. Eso no importa, tiene ese gusto que me encanta como se viste, si se lo preguntan sigue llevándose más de una docena de bolsas de ropa y zapatos para ella y yo solo con mi bolsita jaja. Entré a buscar un par de camisas para mí mientras ellas estaban en la tienda de al lado pero por alguna razón llegó Anais a aconsejarme sobre qué estaba eligiendo y sí ella me eligió unas cuantas que eran bastantes bonitas y no me quedó otra que comprarlas.

- Cian, encontré estas playeras y blusas, ¿te gustan?

- ¿La verdad o te miento?

- Nunca me mientas por favor

- No lo he hecho, no lo estoy haciendo y  no lo haré - entregando una sonrisa sutil-. 

- Entonces, ¿qué me dices?

- Me gustan estas dos, pero esta es muy similar al tono de tu piel, según yo no te luce... Y si te la pruebas en un color, déjame ver -buscando entre los colgadores- mira encontré esta turquesa, ¿por qué no te la pruebas?

- La miró con disgusto - dámela, espérame afuera del probador y dime que te parece...

Cuando salió, lo hizo con una cara de agrado, me sonrió, cosa que nunca había hecho y sí me sorprendió bastante. 

- Bien hecho Cian Morrin, vas progresando con tus gustos - soltando una leve carcajada -.

- No puedo decir lo contrario. Vamos, quítatela para pagarla.

Salimos de esa tienda y sumamos unas cuantas bolsas más al montón. Quiso ir a casa y pues como andábamos al ritmo de ella, para allá fuimos. Quería prepara la cena y la dejamos inventar algún plato. Mientras, dejé a Maribel a cargo de la casa y fui a retirar los resultados de los últimos exámenes de Anais, cuando los leí sentí que la alegría corría por mis venas. 'Se corrige el último diagnóstico que fue errado; existe la posibilidad de que la paciente Anais McCall recupere poco a poco la memoria, se procura no agitarla mentalmente dándole sus momentos de privacidad necesarios pero no descuidarla para no poner en riesgo su salud. Solicitar hora para control médico en una semana.'

No perdí un minuto más en la clínica y fui de inmediato a casa. Anais estaba sirviendo la cena y no me contuve. Les leí en voz alta el nuevo diagnóstico y Maribel tenía un mar de lágrimas a su alrededor, en cambio Anais saltaba de alegría por lo sillones y corrió a abrazar a Maribel; gritaba eufórica '¿oíste mamá? ¡¡Oh por, gracias Señor!!

- De acuerdo familia, es hora de celebrar, pasen a sentarme y disfruten la rica cena que preparé.

- Cuando vi los platos pensé -¿qué rayos?, había preparado caracoquesos. No si ahora también, pero antes con probarlos nos daban arcadas-.

- Anais - un poco sorprendida dijo Maribel- que lindo plato, espero que el sabor sea igual jaja.

- Demos las gracias... ¡Y a comer!

Con Maribel esperamos a que ella empezara a comer y si ella seguía comeríamos por cortesía porque todos odiábamos ese plato jaja. Anais comenzó a comer y dio unas cuantas arcadas, con Maribel reímos y ella solo corrió al baño a escupir todo gritando que por favor pidieran una pizza a lo que obviamente accedimos o quedaríamos sin cena.

- ¡Qué rayos cociné! ¿Por qué no me dijeron que eso era malo? Iuugh, tengo el sabor asqueroso en mi bocaa. ¿Alguien tiene goma de mascar?

- Anais creo que en mi casaca tengo, ve a revisar si quieres - la seguí mirando mientras buscaba, es preciosa, no deja de enamorarme-. 

- Te sacaré dos! Gracias! ¿Cuánto tardará la pizza?

- Anais ni siquiera he llamado aún jaja, recién estoy buscando el número-. 

- ¿Por qué mejor no vamos por ella? Podría ser divertido - y no se si soy yo pero sentí que me miraba de forma coqueta-. 

- Si tú quieres, vamos. Abrígate, hace frío... Maribel, ¿vas con nosotros?

- No chicos, vayan ustedes, me quedaré viendo mi serie jaja.

- Nos vemos!

Habíamos llegado a la pizzería y ella pidió una a su gusto y por mi parte llevé dos napolitanas, una para Maribel y otra para mí. Se veía tan feliz. 

- Cian, ¿podríamos ir a comernos las pizzas a un parque? - me miró casi con súplicas y no podía decirle que no-.

- Anais, obviamente que podemos, son las 22 y a esta hora no circula gente así que el parque será todo nuestro jaja.

- Mejor aún, hay algo que quiero decirte...

No podía dejar de pensar en que me diría cuando iba manejando, independiente de que fuera, el día de mañana ya no iba a recordarlo y quizás nunca más lo volvería a repetir. Llegamos al parque, le abrí la puerta, y ella hizo algo que nunca lo esperé. Me dio la mano y no sé si lo hizo porque le habrá dado miedo ir al parque de noche o por algún otro motivo. 

- ¿Estás bien? - miré nuestras manos entrelazadas y luego la miré a ella por si quería hablar-.

- Sí, ¿te puedo dar la mano o te molesta? Me siento extraña, me gustó este lugar pero no hay siquiera una luz...

- Descuida, estás conmigo, no va a pasar nada, te lo prometo. 

Nos sentamos en una de las mantas para picnic que tiene el parque y comimos. Charlamos un buen rato, nos acostamos de espaldas al pasto y observamos las estrellas. Le enseñé la única constelación que conozco y nos divertimos un rato compitiendo buscando satélites. Me ganó por uno debía una penitencia, es cruel. En serio lo digo, tuve que lanzarme a la laguna y estaba helada, el frío me quemaba los huesos y Anais ahí sacándome fotos muerta de la risa. Corrí para mojarla y así sintiera lo mismo que yo y comenzó a correr, la perseguí hasta que la alcancé y la abracé por la espalda, perdimos el equilibrio y caímos. 

- ¡Cian no no no no! ¡Basta! ¡Por Dios que estás helado! JAJAJA bastaa, deténte 

- ¡Noo, me las vas a pagar! ¡Fuiste muy cru- me interrumpió besándome tiernamente en los labios-... Hey, ¿qué sucede? 

- Cian, somos pareja, me lo dijiste denante. Mañana te voy a olvidar, intentaras que te recuerde nuevamente y así estaremos todos los días al parecer. 

- Sí pero...

- ¿Pero qué Cian? Sé que tú también mueres de ganas por besarme, esta no debe ser una relación normal para ti y me da lástima verte mal. 

- Anais, yo, te voy a acompañar en todo tu proceso de recuperación y si algún día llegas a recordarme, prometo nunca dejarte nena.

- ¿Nena? 

- Así te llamaba usualmente, si te molesta no lo digo más, por hoy...

- Cian, quiero recordar todo lo que en algún momento fuimos y se me hace horrible la idea de pensar que mañana al despertar no sabré quién soy, quién eres y mil cosas más - dijo cabizbaja-.

La besé lentamente y esperé a ver si ella respondía y lo hizo... Nos quedamos ahí hasta que ella quisiera. Alrededor de las 03 volvimos a casa, Maribel tenía la televisión prendida y estaba durmiendo. Anais se quedó viendo una película y calló dormida motivo por el cuál tuve que cargarla hasta su cama. 

No me sentía bien después de lo que pasó en el parque, no puedes enamorar a una chica en un día, es imposible. No digo que sea falso, de mi parte nunca lo será, pero ella ¿sentirá algo por mi? ¿me recordará algún día sin que le mencione mi nombre? Me quedé un buen rato sentado pensando que pasaría mañana y los días que seguían en nuestras vidas... 


50 first dates [Cian Morrin]Where stories live. Discover now