Había una vez, dos chicos que eran mejores amigos.
Siempre juntos, hasta el final, prometieron estar.
Lástima que las promesas, son sólo tristes palabras vacías.
Y de a poco, se terminaron destruyendo.
Ambos crecieron, y sin saberlo, murieron.
Simples fantasmas, que en el mundo vivieron.
Aprendieron a falsear sonrisas, mientras caminaban en un cornisa.
Sólo un soplo, un suave soplo, los haría saltar al vacío.
Los dos estaban rotos, uno más que el otro.
Siempre juntos, hasta el final, prometieron estar.
Y eso Yoongi, quiso marcar.
Si él estaba muerto, ¿Por qué Jimin sonreía?
No podía.
Jimin no debía ser feliz si Yoongi no lo era.
Y con sus bordes filosos, manejó a Jimin a su antojo.
Ambos murieron,
eran un recuerdo de lo que existió en algún momento.
Vagas ilusiones de sueños abandonados.
Sonrisas rotas de cuentos frustrados.
Porque Jimin era un suicida que quería morir,
Y Yoongi era un asesino que quería que dejara de sonreír.
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La poesía no es lo mío, pero quise probar 😂 tal vez en algún momento lo borre, no sé.
Esto fue todo, espero que les haya gustado.
Bye ~
