Cuando nadie mira- Segunda parte. (Elycia) Alycia Debnam-Carey y Eliza Taylor

Capítulo 2 "Segundo hombre" (Alycia)

Capítulo 2 "Segundo hombre" (Alycia)

En cuanto pisé el cuarto del hotel, me dejé caer en la cama y jadeé. Me dolía el cuerpo entero y no tenía fuerzas ni para desvestirme. Llevaba tres meses a un ritmo frenético de trabajo, había aceptado más trabajo del que estaba acostumbrada y todo para no pensar en otras cosas, en Eliza.

El teléfono sonó y gimoteé alargando el brazo para tirar del bolso y rebuscarlo sin moverme demasiado. Era mi mánager para recordarme que en dos horas tenía una cena importante con un pez gordo que tenía en mente una nueva serie y para la que buscaba protagonista. Quise echarme a llorar solo de pensar en que no podía quedarme tumbada durmiendo.

Cuando colgué, rebusqué en el bolso nuevamente y saqué mi pequeño neceser donde llevaba lo único que me estaba ayudando a mantener aquel ritmo frenético de trabajo. Unas pastillas que me había recomendado un conocido del mundillo hacía cosa de mes y medio. Y la verdad, tomarlas me hacía sentir mejor, con menos cansancio, con mucha más energía y con un estado de ánimo bastante bueno. Todo eran ventajas... Sabía que no era algo que un médico aconsejaría, sabía que no era realmente lo que se debía hacer, pero... Lo tenía controlado, solo sería durante un tiempo y vigilaba no excederme de pastillas.

Me metí una en la boca y fui al baño a tomar agua directamente del grifo para tragarla. Me miré al espejo, tenía un aspecto horroroso y me sentía realmente exhausta, así que observé mi mano y sopesé si tomarme otra pastilla... Con dos estaría mejor. ¿No? Y por una vez no pasaría nada.

Me mordí el labio, pero al final la guardé de nuevo en el neceser y me desnudé para darme una ducha. Después de ella me sentía mejor y me vestí y arreglé para la ocasión.

Durante la cena me lo pasé muy bien. Al final el pez gordo en cuestión no había venido, pero sí su mano derecha, un hombre muy simpático y al que parecía caerle muy bien.

Cuando se excusó para ir al servicio, mi manager sonrió contento.

-Lo tienes enamorado Alycia, me lo ha dicho cuando has ido al baño antes. Le encantas para el papel, así que es casi tuyo. -chocó su copa con la mía.

-¿Seguro? ¿Te ha dicho eso?

-Yo creo que solo le falta un último empujoncito y será tuyo. Mañana por la noche estaremos celebrando que vas a ser la protagonista de la que va a ser la serie del año.

Los nervios me recorrieron el estómago. No quería hacerme ilusiones, no todavía. Y cuando la cena terminó y llegó la hora de marcharnos, Gale, que era como se llamaba el hombre, se ofreció a llevarme a mi hotel. Según él, le caía de paso hacia su casa, así que acepté. Y todo iba bien la verdad, era un hombre muy divertido y no paró de hablarme de mi futuro personaje en todo el trayecto.

-Muchas gracias por la noche y por haberme traído. -dije educada cuando estacionó frente a mi hotel.

-¿Te has divertido?-inquirió.

-Mucho. -asentí- ¿Tú?

-Muchísimo también. Me gustabas antes de conocerte, pero ahora mucho más. Eres una chica dulce y al tiempo divertida. Y obviamente una gran actriz con un gran futuro por delante. -sonrió ampliamente.

-Gracias...

-Debes seguir el camino correcto, con los papeles correctos Alycia. Y nadie te alcanzará. -continuó.

Pero de pronto sus palabras empezaron a tener otra connotación distinta para mí cuando su mano se posó en mi rodilla.

Contuve el aliento y clavé mi mirada en ella, deseando que fuera un gesto sin pensar y que la retirase.