열 → kiss and tears.

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☽a c t u a l i d a d.

Dio dos pasos apresurados hacia la oscura habitación pero aún así su traicionero cuerpo no le permitió avanzar más allá del umbral. Su mente le creaba mil escenarios distintos y ninguno de ellos era favorable.

La puerta estaba abierta, pudo escuchar el ronroneo de la gata de Jin acostada sobre la cama desordenada pero no los sollozos frecuentes del nombrado.
Otro paso más, el perfume de manzana inundaba todo el lugar y sus fosas nasales captaron gustosa aquel olor tan agradable que se les habría privado por bastante tiempo.

Lentamente avanzó hacia el ropero y, oh, no pudo ni siquiera abrirlo porque la puerta de la entrada se cerró por completo a causa del viento, ¿verdad? la había dejado abierta para no perder tiempo en llegar.

Retrocedió un poco y dio una vuelta sobre su eje, admirando cada pared del aposento que meses atrás le pertenecía.

¿Jin se marchó?
¿Deberia tomar eso como el final?

No supo en que momento se derrumbo tanto, como fue que empezó a disfrutar más de hacer reír a Jin que de meterse entre sus piernas.
Era cierto que fueron años de amistad fingida, más de una vez se tocaron indebidamente pero hasta su cumpleaños todo avanzó muy rápido. Besos, gemidos, sudor y lágrimas de placer era todo lo que conformaba su relación secreta, de la que sus amigos solo se enteraron cuando empezó la abstinencia por parte de Namjoon.
Suavemente avanzó hasta la cama y se recostó en ella, con la vista en el techo pero cuidando de no aplastar al animal que descansaba allí ya que conocía su carácter, no quería más arañazos.

— Jin... —Susurró, sus ojos hicieron picor, obligándole a pestañear mientras un silencioso pero doloroso nudo se instaló en su garganta, quedandose allí a hacer su característico efecto, ese que apenas te permite hablar.— ¿Por que? ¿Por que te cuesta tanto acceder a mi cariño? ¿Por que no podemos ser una pareja normal? ¿Por que... por que no aclaraste desde un principio que no me querías de verdad?

— Porque eso es mentira. —Se escuchó otra voz entrando a la habitación, sacándolo de su retorcida idea de desquitarse con el único recuerdo que le quedaba de su mayor, pues estuvo encerrado entre esas cuatro paredes blancas por demasiado tiempo.

Iba a hablarle a la nada sobre alguien, pero ese alguien estaba allí.

— No lo parece, te encargaste de hacerlo una realidad. —Contestó con naturalidad, debía mantener la calma y no explotar.

— Tengo mis motivos.

— ¿Son más fuertes que mi amor por ti?

— Nammie...

— ¿Podiamos ser solo una pareja en casa, Jin? ¿Si no me querías podrías haberte ido, sabes? —Lentamente se sentó en el borde de la cama, dandose animos al tragar saliva para alzar la mirada con un profundo enojo marcado en las facciones hasta que sus iris hicieron contacto con los del mayor, sabia disimular muy bien sus ganas de correr y abrazarlo, ahora habían demasiados asuntos que arreglar.

Probablemente esa fuera la única oportunidad. Jin podía estar en casa para sacar sus cosas o encerrarse otra vez, ¿No?

En ese momento algo dolió, su corazón dio un vuelco al tener otra vez en frente a si al mismísimo Seokjin; más delgado, ojeroso y somnoliento pero a sus ojos mantenía la misma belleza de antes intacta.

El chico que le había ocasionado tanto dolor, tantos desvelos, desesperanzas, por fin se mostraba ante él por su propia voluntad.
Y aquello fue lo que le molesto.

— ¿Vienes a excusarte o que?

— Namjoon, yo...

— ¡No!

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