La gema

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La razón por la que Artenisa Karrigan estaba encerrada allí, no era otra sino porque se encontraba dotaba de una gema muy poderosa y mágica en su interior. Una gema capaz de otorgarle el poder eterno de lo que realmente ansiara el corazón de cualquiera que tuviera el privilegio de portarla. Una gema, única en su especie.

Así pues, el plan del Unihipo consistía en que se asegurara de que aquella gema cayera solamente en las manos del joven Crowley, pues contaba también la leyenda que si el majestuoso poder de la gema y Peter se unían de tal manera que fueran uno solo, las posibilidades de derrotar a Mathonwy y a sus aliados, aumentarían impotentemente. Desafortunadamente, esta gema solo podía ser liberada de su guardiana, la jefe de las sirfos, con la muerte de la misma. Y ella lo sabía.

-Está bien-habló desde su cúpula de cristal fijando su vista en la bola de plumas gigantesca que vagamente recordaba a un ave-Os dejaré que me liberéis de mi gema. Pero con una condición-Pausa. el "ave" esperó a que siguiera-Quiero que me contéis quién os ha enviado y cómo sabéis lo de la gema-. Y una vez más, silencio. No obstante, el Unihipo no tardó mucho en pensar la respuesta:

-Vengo de un grupo gregario donde fui criado y protegido por mis progenitores junto a mi hermana pequeña Kiara. Somos una especie que nos ayudamos los unos a los otros y necesitamos de nuestros semejantes para poder subsistir, así como la raza humana. Desgraciadamente, nuestra paz fue perturbada por el dios celta de la brujería, quien arrasó y se llevó con él junto a todos sus discípulos, nuestras cosechas y crías más jóvenes-Se detuvo. La sirfo sabía que no había terminado, así que respetó el silencio que Kilgara había creado-Kiara fue una de esas crías. Desde entonces, no la he vuelto a ver. Con el tiempo fui creciendo hasta que decidí independizarme, jurando venganza por mi pueblo y por mi hermana. En mi camino, un golpe de suerte en forma de humanoide me ayudó a conseguir esta voz y me dio los poderes suficientes como para poder adquirir los conocimientos básicos de todo lo que habita en el planeta. Por ende, ni la existencia de la gema ni la profecía, fueron una excepción-.

-Ahora lo entiendo-La voz de Karrigan sonó comprensiva, compasiva-Queréis que Peter y mi gema se unan para que la derrota contra Mathonwy sea menos complicada y así podáis llevar a cabo vuestra ansiada venganza-.  

El Unihipo afirmó con la cabeza, dándole la razón.

-Solo tengo una última pregunta-La mirada de la sirfo se unificó con  la de este monstruoso ser, provocando que con tan solo la mirada, Kilgara pudiera descifrar la pregunta que le iba a formular-¿Quién es el humanoide que os ayudó?-.



   {...} 



-Jajaja, ¿de verdad le dijiste eso?-.

-Sí, lo hice-. Peter y Katherine empezaron a reír ante una anécdota que éste había contado sobre una de sus típicas tardes con sus amigos. Ambos habían salido del refugio para ir en busca de comida antes de que anocheciera.

-¿Y qué ocurrió luego?-.

-Me fui con mi colega Kevin subiendo al Skate mientras reíamos y los dejábamos allí colgados-. Katherine volvió a reír. Parecía que la cacería se había convertido en un show de comedia. 

-Espera, ¿has dicho Skate?-Preguntó al volver en sí-. Peter la miró, interesado.

-¿Lo has visto?-.

-Puede ser...-acabó con una sonrisa traviesa y con un aire de intriga-. El joven Crowley se acercó a ella, mirándola con compasión.

-Por favor. Es importante para mí-.

Un viaje inolvidable. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora