EPÍLOGO

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Nieve y más nieve caía alrededor del edificio que se imponía ante los demás. Los trabajadores de ese lugar, algunos felices y otros irritados, seguían pegados en sus asientos revisando el manuscrito que tenían que entregar en un plazo de cinco horas, estaban exhaustos.

En la última planta se encontraba el dueño de ese edificio, que se encontró de manera forzosa aceptar el puesto debido a la inesperada muerte de su padre. Ya iba más de siete años en el puesto, con sus treinta y tantos años de edad aún seguía conservando su rostro de joven de veinte a pesar de las ojeras muy marcadas. Suspiró irritado ante la gran montaña de papeles que acaba de terminar de revisar, firmar y aprobar para alguno de sus actuales y futuros proyectos. Se levantó del asiento y fue directo a la ventana, tenía una vista completa de su alrededor, entre más edificios y un parque que parecía estar solo a unos pasos, revisó su celular contestando el último mensaje que le había enviado su esposo, chequeó la hora, aún el día comenzaba. El fondo que tenía de pantalla era una foto tomada cuando sus hijas tenían seis años, ambas sonrientes junto con él y su esposo. La puerta fue tocada y él respondió de mala gana un "pase". La puerta no se abrió y pensó que estaría alucinando o le habían hecho una broma hasta que la puerta se abrió por completo dejando a la vista absolutamente nada.

ㅡ¡PAPÁ!ㅡ un par de niñas entraron gritando y sonrientes, ambas vestidas con unos pantalones sueltos y chaquetas celestes que tenían aún rastro de la nieve.

ㅡLes dije que no corrieran de esa manera, se pueden tropezarㅡ la voz ronca de un hombre se escuchó a penas debido a los contantes llamados de las niñas.

ㅡDeberían al menos escucharme, terminaran amargadas igual que su padreㅡ comentó divertido mientras se quitaba la chaqueta y cerraba las puertas. Se acercó hasta donde estaba su esposo

ㅡRitsu, perdón por eso. Estábamos llendo al parque pero ellas le dijeron al chófer que se desviará

Acarició la mejilla de la persona de cabellos castaños y después le dió un delicado beso, lo abrazó y suspiró sobre su hombro.

ㅡ¡Iugh! Se dieron un beso ㅡ la niña que se parecía a Masamune hizo una mueca de asco, aunque la verdad ocultaba su vergüenza cubriendo su rostro con sus manos.

ㅡ¡Silencio Natsu! No ves que papá no ve hace días a pá. Necesitan mostrarse amorㅡ la que se parecía a Ritsu sonrió emocionada mientras sacaba su celular y tomaba fotos, su galería estaba llena de fotos de sus padres besándose.

A pesar de ambas tener diez años, tenían una forma muy contradictoria de actuar.

ㅡNo Futaba....ㅡ Natsu se pegó a su hermana y comenzó a mirarla de forma burlonaㅡ Papá vamos al parque, ¡por favor!

ㅡRitsu tienes que salir y de paso tomar una ducha

ㅡ Aghhhh, ya cállate Takano-sanㅡ aunque ahora rara vez lo llamaba de esa forma ya que se había acostumbrado a llamarlo por su nombre, solo lo hacía por molestarlo y cuando estaba irritado.

"Lo mataré, lo mataré. Definitivamente lo mataré y lo enterrare en lo más profundo de la tierra."

_______

Ya era alrededor de la hora del almuerzo y las niñas aún no se cansaban de estar jugando por todo el parque, Ritsu y Masamune estaban sentados en la banca conversando con sus dedos entrelazados. 

  ㅡCreo que lo mejor sería que contratarás a otra asistente. A las justas de puedes mantener de pie 

ㅡTambién lo he pensado, pero alguien se encarga de espantar a los que contratoㅡ  Ritsu comentó de mala manera. Masamune solo sonrió, la verdad es que lo celoso y posesivo no se le iba a salir nunca, y eso que solo había pasado tres días desde que el nuevo asistente había renunciado con tan solo dos meses de trabajo. 

¿QUE ESTAMOS QUE? TERMINADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora