Prólogo: Eventos Pasados

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Cuando uno sueña, muchas veces se intenta encontrar algún sentido hacia los elementos que aparecen en estos, ya sea: personas, objetos, situaciones, palabras o lugares.

Y según estudios, serían considerados como paralelismos conectados con algún momento de nuestro pasado.

Sin embargo, para ella, aquel sueño no tuvo ningún impacto en relación con su pasado. Pero aún así, tuvo que admitir que la belleza de esta, era simplemente para ser apreciada.

Una belleza etérea hecha por los caprichos del cielo.

E involuntariamente había pronunciado sus pensamientos sin filtro cuando vislumbró por primera vez su figura.

Haru suspiró con decepción.

Tal era la proporción entre belleza y masculinidad que, aunque las facciones de esta persona eran aun más suaves que las de una dama o un joven delicado aún mantenía rasgos fuertes. No era esbelto tampoco musculoso. Era una perfección hecha de un varón.

Pero, solo era un sueño. Y como era un sueño muy concurrido dentro de su dominio, decidió sin reserva alguna apreciar esta belleza.

La belleza estaba sentada nuevamente, con sus largas piernas en posición de loto, frente a ella esbozando una sonrisa. Como una perfecta pintura.

Y Haru... Ella quiso hacer exactamente lo mismo, sentarse, pero retrocedió con nerviosismo.

¡Y era un sueño! ¿No debería ser ella quien maneje su dominio?

Como un cordero apunto de ser degollado temblaba y sentía una urgencia por respirar, retrocedió y todo pareció regresar a la normalidad junto a la oscuridad y la sofocante belleza siendo el foco brillante.

Un sueño muy raro. Eso pensó.

Entonces, ella se sintió perdida porque lo único que hacían, era simplemente observarse sin pronunciar ninguna palabra o linea aparte del cumplido hecho por si misma.

Pero, siempre hubo un final para todo.

La ultima vez, aquella belleza fue quien inició una conversación con ella.

—Ven aquí. —La primera oración nacida de las cuerdas vocales de esta persona habían sido inexplicablemente, una suplica.

Y ella se sintió un poco avergonzada. Como no podía soportar la presión cercana a esta belleza, se había alejado unos pocos metros.

Y cuando hubo de acercarse, entendió cuán equivocada decisión había sido esta.

Pocos metros lejos o pocos metros cerca, habían marcado su seguridad. Porque cuando se acortó esta distancia, perdió completamente la capacidad de movilizar alguna extremidad de su ser. Él la sostuvo en sus brazos fuertemente.

—¡Ah! —Se había sobresaltado, entonces él puso un dedo sobre sus labios.

—Shhh... —Los ojos de la gran belleza rebosaron de afecto, un afecto ajeno a ella.

—No hagas daño a Haru... —dijo Haru, inconsciente que sus palabras causaron una sonrisa del varón, asintiendo.

Y Haru tuvo por primera vez, un deja , de haber visto en algún lugar esta sonrisa.

Sin esperar más, había bajado rápidamente la cabeza, ocultando así, su mirada confundida.

Una belleza, seguirá siendo una belleza. Obviamente Haru lo recordaría... Fueron sus pensamientos, cuando lo analizó seriamente.

Haru recordaría sus esponjosos y brillantes cabellos dorados, similares a los de alguien especial para ella, pues ambas cabelleras desafiaban la gravedad, y sorprendentemente, eran únicas en sus peinados.

Pero, la diferencia más abismal entre ellos fueron: sus ojos.

Los de ese alguien especial eran caobas. De esta gran belleza, fueron celestinos electrizantes, como un cielo límpido.

¿Haru? ¿asi es nombre? —Fue su pregunta. Ella asintió de manera natural, como si esta no fuera la primera vez que la oía.

¿Recuerdas a la persona frente a tus ojos? —Formulando una pregunta extraña. Haru solo pudo negar.

—Es bueno.

—¿Eres de algún lugar lejano? ¿por qué ves a Haru, así? —Fueron sus preguntas.

Haru rió bajito recordando estas preguntas.

La gran belleza pertenecía a la imaginación materializada en sus sueños, y si la veía de aquella manera. Era simplemente la creación de sus anhelos comparados hacia su persona especial.

Y aunque no había oído su respuesta. Haru estaba completamente segura de que, la belleza sufría. No quiso volver a reformular el porqué, tan sólo tenía un entendimiento tácito que, el varón sufría.

Pero no supo la razón.

La ternura de esta persona era contradictoria, irradiaba anhelo y sufrimiento. Entonces, él pareció haber recordado algo.

La había mirado tan intensamente que ella solo supo como desviar su mirada.

—¿Algo que decir desu? —En aquel sueño, sus ojos se habían abiertos gradualmente reprochándose.

Claro, ella estaba practicando dejar de hablar con sus muletillas, pero algunas veces no podía evitarlo.

Haru se enterró en sus brazos avergonzada. Sin embargo al recordar las siguientes oraciones de la gran belleza, tuvo una ominosa sensación de un mal presagio.

Cuando él había bajado la cabeza, sus rostros quedando a una corta distancia. La gran belleza dijo entonces.

Haru. Perdóname yo... lo siento.

Y permaneció en silencio poco después.

Haru ignoró estas palabras, pero encontró extraño la familiaridad con la que había sido pronunciada su nombre. Y la gran belleza debió ser consciente de su confusión, y entonces, el par brazos que la habian rodeado, se tensaron y ansiosamente la estrecharon con fuerza.

Haru no pudo evitar pensar que esta gran belleza temía su perdida.

Ella esta sana y salva, ah.

Aunque, sentía la soledad por fin concluida de esta persona, era porque había encontrado lo que buscaba ¿no?

—¿Podrías hacer algo por mi? —Él dijo, hablando suavemente.

Ella asintió.

No te rindas. —Sus palabras concluyeron, pero el aliento suave de la gran belleza había inundado de calor su rostro.

Encontrandose recostada en el abrazo de esta gran belleza, Haru se sintió aún más confundida. Podía oír claramente los latidos constantes de esta persona y aun así, su rostro no mostraba ningún indicio de rubor.

Una persona tan extraña.

Y entonces, ella fue lentamente cerrando sus párpados hasta quedarse adormecida.

En aquel sueño, ¿cuál fue el significado del porqué no debía rendirse?

CLESSIDRA - Lazos Rotos I  [KHR!]Where stories live. Discover now