Capitulo 26

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Narra Julieta

1, 2, 3, 4. ¿Sí o no? Estas pensando cosas estúpidas Julieta, de nuevo 1, 2, 3, 4. Nada — ¡Maldita sea no me sale nada!—Grite de frustración. Posicione mi cabello detrás de mí oreja para que no me molestara, ya ni si quiera puedo hacer un simple hechizo. Esta situación me está volviendo loca.

Me deje caer sobre mi cama, solté un suspiro desesperado ¿Cómo esta ella? Dios esto me está enloqueciendo. No recibe mis llamados ni me deja visitarla, debí decirle que ese estúpido estaba comprometido desde un principio. Rodé por la cama hasta quedar boca abajo, tal vez las cosas serían un poco diferentes.

—Julieta—Levante la cabeza de inmediato, se encontraba mi madre frente a la puerta cruzada de brazos. Eran las 7:00 AM y ella aun así podía lucir completamente perfecta, su ropa, maquillaje y peinado eran perfectos. Mientras yo estaba totalmente desorientada como para pensar en cepillar mi cabello. — Tienes que estar lista, cámbiate, péinate un poco niña. Recuerda que veras a tu prometido y la primera impresión siempre importa. —Rodé los ojos y deje caer mi cabeza—Nada de pataletas, esta vez tienes que hacerlo.

—Aja—Dije muy bajo, maldito destino.

—Quiero ver que te levantes ahora, o quieres que haga aparecer un balde de agua fría justo arriba de ti—Su rostro era totalmente serio, ella siempre habla enserio. Me levante perezosamente y asentí.

—No te preocupes madre, veremos a mi maravilloso prometido—Dije sarcástica.

—Y nada de malas actitudes en la cena. O ya verás lo que te sucederá—Amenazo.

Regrese mi mirada a ella— ¿Qué podría pasar? ¿Dejarme encerrada en esa maldita torre de nuevo? ¿A que estamos jugando? No soy rapunzel mamá, bueno por lo menos ella tuvo un final feliz. —Sentí la palma de su mano pegar contra mi mejilla, coloque mi mano de inmediato en esta, estaba caliente y de seguro roja. — ¿Crees que con eso me harás cambiar de actitud? —Reí —No, no lo lograras. Madre. — Corrí a mi cuarto de baño y cerré de inmediato.

— ¡Julieta! —Grito tras la puerta—Más vale que te arregles. —Escuche los pasos de ella yéndose. Dios, estoy en problemas quien sabe que estúpido príncipe me va tocar.

Me cambie por un vestido algo sutil y unos tacones no muy altos, no pensaba maquillarme y solo cepille un poco mi cabello. No iba a hacer un gran esfuerzo.

—Ya están llegando—Mi madre me recorrió con la mirada, parece que no le agrado para nada, aun así estoy segura de que no querría comenzar una pelea ahora mismo. —Oh aquí están—Coloco su enorme sonrisa falsa— Pude ver los padres, eran como una réplica de mis padres. Posturas rectas, cabeza en alto, peinados elaborados y maquillaje sutil. Sin mencionar su elegante ropa, se toman la realeza muy enserio. A lo lejos puedo ver a mi prometido a los lejos. Cabello lacio y negro perfectamente cortado, piel demasiado blanca, con unos ojos violetas muy fuertes. Al igual que sus padres en una postura rígida. — Que gusto verlos de nuevo, Oh ¡Ricardo! —Y para acabar el sujeto se llama Ricardo, un completo ñoño. Que suerte la mía, ya me imagino diciendo ¡Oh querido Ricardo! ¿Quieres una taza de té? Se me salió una risa reprimida que atrajo las miradas de los presentes, mire a mi madre, oh si su mirada matadora estaba sobre mí.

—Un gusto verlos de nuevo—Dijo mi padre—estoy muy entusiasmado—Rodé los ojos.

—Para nosotros es un honor que nuestro Ricardo pueda tomar la mano de su hija—La mirada de la madre paso sobre mí, no le agradaba lo que veía, lo podía notar.

—Un gusto—Aquel sujeto agarro mi mano y la beso—Ricardo clan violeta— ¡Oh no me digas! no lo había notado, dije internamente.

—Lo mismo—dije seca.

Violeta. |H.S| TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora