Atrapasueños "El Comienzo de una Pesadilla"

Capítulo V

-Perdieron... ¡¿contra los Titanes?! ¿Es enserio?-dice Marlene

-Sí, escuche que el entrenador culpó a Reil y Marcos por la derrota, fue una verdadera paliza. ¿No lo sabían?-dice Larry, pero más que pregunta suena a sorpresa.

-¿Por qué me miras así?-le dice Mía a Marlene con voz tierna.

-No, no lo sabíamos, ¿porque será Mía?

-Me acabo de enterar, se los juro, el fin de semana tuve un incidente y no pude asistir al partido-se disculpa Mía.

-¿Que no se supone que los Titanes fueron descalificados en el partido pasado?-pregunto.

-Arbitro vendido-responde Larry encogiéndose de hombros.

Caminamos con dirección a la salida.

-Me preguntaba si les gustaría ir al cine ¿vienen?

-Claro-dice Marlene

-Yo también voy-dice Mía

-¿y tu...?

-No, yo no puedo, tengo... algunas cosas que hacer-respondo.

-¡¿No me digas que vas a leer el libro?! -pregunta Marlene, no le respondo, es obvio que conoce mi repuesta.

Marlene comienza a reír sin parar.

-En ese caso ¿quieres que te dejemos cerca de tu casa?-me pregunta Larry amablemente, me alegra que aun existan caballeros como el en este mundo.

-Preferiría que me dejaran en la biblioteca central de Trébol y Luna si no es mucha molestia, creo que eh visto algunos libros en el acervo.

-Claro-dice Larry

Al llegar a la biblioteca la hora en mi reloj marca 1:15 pm.

-Segura que no vienes-insistente Larry antes de que empuje la puerta para salir.

-No, en verdad tengo cosas que hacer, además quiero descansar un rato-me bajo del coche-Que se diviertan-me despido.

-Con cuidado-dice Larry

La biblioteca central de Trébol y Luna pertenece a una pequeña cadena de bibliotecas en el estado, le pertenecen a uno de los millonarios de la ciudad, David Luna Smith. la construcción del edificio tiene un estilo victoriano, con una antigüedad de 200 años.

Los ricos y sus aficiones por las antigüedades.

Las bibliotecas de Trébol y Luna son mis favoritas, en especial la que está cerca de mi casa. Eh venido a esta biblioteca desde que aprendí a cruzar las calles, es por ello que no necesito ayuda para saber en qué lugar están los libros de biología, porque me sé la biblioteca al derecho y al revés.

Subo directo a la segunda planta en la sala D y busco el libro, encuentro varias ediciones y tomo uno de los libros, observo todos los lugares disponibles de la sala para que me pueda sentarme a leer y veo que uno de los sillones de las esquina está desocupado, me siento en el y saco unas hojas blancas de mi mochila y un bolígrafo para comenzar a leer.

Todo me parece tan interesante, la madre naturaleza no tiene limites, mientras leo mis parpados poco a poco se van cerrando, mi noche había sido fatal por culpa de ese sueño y no tarde en quedarme dormida, arrullada por el silencio de la sala.

-¿Señorita?

Alguien toca mi hombro y me mueve

Abro los ojos y frente a mi está el viejo velador de la biblioteca, con su uniforme gris, en la mano lleva un trapeador y una cubeta.