Capítulo 1

17 2 4
                                    

De que me sirve amar si solo siento que cada vez me derrumbo más... Sus palabras ya no me alivian, ahora solo lastiman. Poco a poco me ha apuñalado el corazón, dejándolo roto, sin vida. Cada cachito me recuerda que no debo de confiar en los hombre, ellos solo quieren tu cuerpo y tener a alguien para no estar solos, para nada más.

Mis lágrimas salían sin cesar, como si eso hiciera que me aliviara más. La oscuridad era lo único que realmente me aliviaba en esa habitación. No quería que nadie me viera llorar, ni siquiera María.

El silencio inundaba la atmósfera, ya ni siquiera hacía ruido al llorar, era un lloro silencioso y perturbador. Mis ojos estaban muy cansados, pero no dejaban de caer lágrimas por ellos.

"No te quiero" "¿Pensabas que si?" "Estúpida"

Las frases pasaban por mi mente haciendo que mi corazón se rompiera más. Dicen que el dolor es pasajero, pero mi sufrimiento seguía intacto día tras día, doliendo como en el primer momento.

El tono de mi móvil sonó, pero yo no podía ni moverme de la cama. Mi cuerpo no tenía fuerzas ni para secarme las lágrimas de mi rostro, solo estaba tendido en la cama como si de un cadáver se tratase.

No sé cuánto tiempo había pasado encerrada, pero tampoco le daba importancia.

Estaba tan sumergida en mis pensamientos que ni siquiera escuche el sonido de la puerta.

-Sandra, soy yo, María-su tono era dulce-abreme por favor.

Yo en cambio no podía hablar, no tenía fuerzas ni para eso.

-Sandra... vamos, ábreme, realmente no quiero tirar esta puerta.

No hubo respuesta de mi parte.

De un momento a otro se escuchaban sonidos secos. Uno, dos, tres, cuatro... hasta que otro sonido más fuerte inundó mis oídos.

La luz hizo que mis ojos se cegaran por un momento. Al volver a abrirlos encuentro a una María preocupada. Se acerca a mí con cuidado y al llegar a mi cama, se pone de rodillas frente a ella y pasa su mano por mi cara.

-Pequeña... vamos... tienes que salir de aquí, no puedes estar así por un hombre.

Noto frío en mi cuerpo, pero no me molesta. Una de sus manos pasa por mi hombro, la otra por mi cintura y con sumo cuidado, me fue levantando hasta quedar de pie.

María me acompaña en todo momento; me ducha, me viste, me peina... como si fuera mi mamá.

Un plato de pollo estaba frente a mi. Realmente no tenía fuerzas ni para comer.

-Come...

Yo solo lo miraba, ni siquiera podía coger un cubierto. María coge el tenedor, pincha un trozo e intenta llevarlo a la boca.

-Sandra, tienes que comer, por favor... hazlo por ti, no dejes que un hombre te destruya...

Esa frase hizo que mi boca abriera para recibir alimento. Ella lo acerca y mete el trozo en mi boca y seguidamente hasta que tengo la fuerza suficiente para poder comer yo sola. Ella intenta darme tema de conversación, pero yo solo como.

-¿Vamos a cenar al chino?

Mi mente da vueltas por esa idea, hasta que mis labios se abren para decir lo que iba a cambiar mi vida.

-Vamonos a Corea.

Y por primera vez miro a María a los ojos. Esta sorprendida, no se si por mi voz grave o por la idea que le acabo de decir. Su expresión cambia y lo único que llega a decir es...

-Prepara la maleta...

--------------------------------------------------------------------------------------------------------

Hola!!! 

Esta es mi nueva historia, espero que os guste.

Se que el capítulo es corto pero tenía que dejarlo ahí.

Mañana subiré uno o dos ^.^

사랑해요



Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Feb 01, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

My ButterflyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora