Uno

5.5K 422 675
                                    



-Estoy algo nervioso, dattebayo.

-Lo harás bien.

-... Dios ayúdame.

-No va a suceder nada malo.

-¡Es la primera vez que me presento con tanto niño, dattebayo!

::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::

-Sasuke, vamos. Es hora.

-... ¿Ya no te parezco útil, padre?

-Calla esas palabras.

-Hijo... lo hacemos por tu bien.

-Si, por mi bien. Por mi bien. ¿Saben algo? Si existe un infierno, yo me sentaré a la derecha de Satán.

-¡Sasuke Uchiha! ¡Ya basta!

::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::: 

Capítulo Uno.

No es sino un destino lo que te lleva a veces a llorar...

:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.   :.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:. :.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:. :.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:. 

-Bienvenidos a la Asociación de apoyo a jóvenes con adicción, Santo Domingo Savio. –su voz está cansada de repetir lo mismo cada día, la tasa de jóvenes con estos problemas está siendo un número que debe preocupar. No sucede nunca. –Por favor ponga su nombre aquí y llene todos los datos de ingreso. –su dedo apunta con seguridad las líneas. -¿Quién es el...? –nunca ha sabido completar esa frase.

-Ahm... está... -y su madre mira con nerviosismo cómo aparece poco a poco su hijo menor, con sus brazos siendo detenidos por un par de manos, las de su hermano, Itachi y las de un enfermero.

-¡Suéltenme! ¡Ya!

-Oh, Dios.

-No se preocupe, le pondremos un tranquilizante y en seguida uno de nuestros psicólogos lo verá. –trata de apaciguar el dolor que la madre y el padre expresan en su rostro.

-¡¿Es que ya no me quieres?! –lo escuchan gritar mientras es alejado por un pasillo. -¡Mamá! –ese grito rompe el corazón de ambas mujeres. El padre esconde el rostro avergonzado, con sus manos temblorosas apresando las del su esposa y con el inmundo sentimiento de deshonra: han fallado.

Así comienza esta historia.

Es un muchacho de dieciocho años pero confiscado al resguardo de una asociación que se encargue de sus problemas antes de convertirse en un peligro social. Sasuke Uchiha ya ha intentado en vano quitarse la vida, le pesa. Cuando se encuentra con tanta maldad y dolor, sabe que no existe un dios, por eso, aquel temor de perder una dicha futura, se ve opacado por el llanto de la desesperanza.

Solo esas sustancias han sabido alejarle. ¡¿Cómo van a creer que una plática, que un abrazo, que una terapia...?! ¿Cómo eso puede cambiar algo? Esa es una sarta de tonterías que es bien vendida en la televisión a base de programas motivacionales que engañan a la gente.

Es un monstruo, es una criatura que se sabe fue creada por uno mismo. La conoce bien y la ve ahora mismo mientras el punzante dolor de algo pasando por sus venas lo hace relajar los músculos. Aquel demonio disfrazado y nombrado como depresión le mira audaz, retándole a intentar creer que vencerá. Sasuke sabe que no lo hará.

Pero lo que duele saber es... que ahora sí estará solo.

No puede verlos. Ya nunca más.

Y lo último que les dijo fueron estupideces que no reflexionó.

Desde el cielo...Where stories live. Discover now