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Hizo una mueca suave y jugo con el sobre entre sus manos, suspiro y vio a su lado donde su abuelo descansaba. Se puso de pie en silencio y suspiro, saliendo de la habitación.

Cerró la puerta tras él y camino a pasó lento a la que había sido su habitación hasta ese momento. Vio a la joven que descansaba sentada en la cama, tejía algo con mucha paciencia y tarareaba algo en voz baja.

—Sarah—le llamo haciendo que alzara la vista.

La mujer dejo de lado las cosas dispuesta a ponerse de pie, Luka llego a su lado para detenerla.

—El doctor dijo que debes descansar lo más que se pueda.

—Como te fue con tu abuelo? —preguntó preocupada y dejando de lado su condición.

—Bueno, dijo que ya puedo volver a casa y papá podrá ir y venir tanto como quiera, también puede traer a mamá.

—Me alegra tanto—sonrió tomando sus manos. —Sabía que tu abuelo entendería tarde o temprano.

—Me gustaría volver con mis padres...aunque sea por un tiempo, quisiera que el bebé nazca allá y te conozcan.

Sarah sonrió y entrelazo los dedos con los suyos.

—Me parece bien, me gustaría que el bebé conviva con tu familia.

—Gracias linda—sonrió besando su mejilla. —El abuelo me dio los boletos de avión, son para la otra semana.

—Haré mis maletas—dijo haciendo amago de ponerse en pie.

—Acaso no me escuchas? Tienes que descansar, me encargaré de eso.

—Bien—rodó los ojos, sonriendo. —Deberías avisarles que iremos, así...están preparado para...recibirme—bajo la cabeza, algo tímida, sabía que los padres de su esposo no estaban muy de acuerdo con el matrimonio por haber sido arreglado.

—Les llamaré mañana—acaricio la mejilla de la omega y sonrío. —Tranquila, les caerás bien.

—No es eso lo que me preocupa—suspiro y jugo con sus dedos. —Bueno si, pero me preocupa lo que...tu hermano opine.

Luka se rasco la cabeza e hizo una mueca.

—Ustedes dos pelearon muy feo la otra vez y no quisiera que por mi culpa las cosas empeoren.

—Nada de eso, el motivo de la pelea no fuiste tú.

La mirada incrédula de Sarah le saco una sonrisa apenada, era malo mintiéndole a ella.

—Bueno, si tienes que ver pero no enteramente, en realidad no entendí porque estaba tan enfadado, no me explico con detalle que pasaba pero creo que fue por algo que hice en la secundaria.

—Te dije que debías hablarle para arreglar eso.

—Prefiero hacerlo de frente ahora que vayamos, no quiero más peleas por teléfono, la última vez todos en la casa se enteraron.

Su esposa le acaricio el cabello y le sonrió.

—Asegúrate de arreglarlo, está bien? No debes pelear con tu hermano y éste enojo ya duró tres años.

—Lo sé...—suspiro y se recostó sobre la cama, dejando la cabeza sobre el vientre levemente abultado de la mujer.

—Ahora...hay otra cosa importante antes de irnos.

—Que cosa?

—Recuerdas que me contaste todo lo que le hiciste a esa muchacha en la secundaria?

Se cubrió el rostro, intentaba olvidarlo pero no podía.

—Bien, también tienes que buscarla y disculparte con ella.

IncompletoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora