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Y no pudo evitar mirarla, se fijo instintivamente en sus senos. Juntos y unidos por ese precioso sujetador. Relamio sus labios, los estaba mirando y no podía dejar de hacerlo.

¿Y si ponía uno de ellos en su boca?

Joder, la idea se le hacia muy apetecible. Y esas piernas.....mierda.

Un semáforo de nuevo, detuvo el auto y miro como pudo aquellas deliciosas piernas, pero sin hacer  ningún comentario al respecto.

Al mismo tiempo, Megan logro cruzarlas, subiendo aquella minifalda un poco más, dejando ver sus muy bien muslos.

Sebastian trago saliva, lo están poniendo. Y lo siguiente que haria ella, lo terminaría tensando aun mas.
La vio acomodarse el cabello hacia atras, sus senos se mecieron hacia adelante, algo presiono los pantalones de Sebastian.

Su erección.

Si, lo estaba poniendo y no dudaba en pensar que ella tal vez lo hacia a propósito.

De pronto, Megan abrió un botón de su delicada blusa, joder...
¿Que hacia? ¿Porque lo hacia? Lo estaba desesperando demasiado. Muchísimo. Perdería el control en menos de lo que esperaba si ella seguís con ese estúpido plan.

¿Jugaba con él? Mejor que no supiera de lo que Sebastian era capaz de hacer, sí se lo proponía...si ella se lo pedia.....podría estar abriendo sus piernas ahora mismo.

Megan desabotono el segundo botón. Algo molestaba los interiores de si sujetador, pero no podía alcanzar a ver que era.

La luz del semáforo dio verde de nuevo, Sebastian condujo rápido esta vez, ella pudo sentir la velocidad en la que iba el auto. Se volteo a mirarlo, su pierna derecha apretaba con fuerza el acelerador.

Y todo eso...no hacia mas que excitarla aun más, había estado haciendo muchas cosas para excitar a Sebastian. Quería inquietarlo y no tenia idea del porque. Quizá solo se debia a que era lo suficientemente guapo y había llamado su atención. Pero, ¿no se atrevería a nada mas? Volvió a abotonarse.

Tiro su cabello para atrás esta vez, dejando que Sebastian emanara todo el olor de su cuerpo en tan solo pequeños segundos.

Y el se lo imagino todo....joder. Si, si, si, si le tenia muchas ganas. Aun mas después de haber olfateado el delicioso perfume de su cuerpo.
No dudo ni un segundo en lo que sentía, no veía el momento de llegar a su casa y verla dormir en su cama. Aunque no pudiera follarla, el mismo se haría el favor de satisfacerse.

Megan regreso el cabello una vez más, el tuvo la oportunidad de sentir su delicioso perfume....había sido todo.

--¿Quieres parar de hacer eso?--detuvo el auto, y Megan giro la cabeza.

--¿El que?

--Me estas provocando.--dijo con descaro.

--¿Pero que....que dices?--pregunto fingiendo estar indignada. Sabia perfectamente lo que había estado haciendo.

--Eso nena, me estas provocando y mucho.--le dijo. La miro a los ojos, Megan entre abrió los labios, vaya, había logrado su objetivo.--¿Crees que no me he dado cuenta?

Ella se mordió el labio, una autentica manía que volvía loco hasta el mas santo.

--Yo....yo no queria.--murmuro sin antes  pensar en lo que diría.

--Ya.--Sebastian cerro los ojos, apretó el volante de su auto con fuerza.

El edificio de su departamento estaba justo al frente de el. Sus músculos se tensaron, las fantasías se volvieron mas fuertes.

La había deseado desde que la había visto en aquel banco, la deseaba muchisimo.Toda su mente y cuerpo se lo estaban ordenando.

La quería en su cama, desnuda, mojada y gimiendo. La quería envuelta en llamas mientras la follaba con fuerza brutal. Su erección crecía y sus ganas mucho más.

--No tienes que decir nada.--sus músculos se tensaron, tuvo que hacer un gran esfuerzo para soltar el volante y controlarse así mismo con ella a su costado.--Es solo que..... No lo se.--mojo sus labios.--Me encantas.

Megan trago saliva.

--Acabas de conocerme.

Vaya, ese detalle se había ido de sus manos. Para Megan había sido la primera vez que se veían. Pero no para él.

Las manos de Sebastian tocaron las piernas de Megan, subiendo desde su rodilla hasta el limite de sus muslos.

Tocándola toda.

Ella no hizo nada al respecto para detenerlo, al contrario se dejo hacer por el.

--¿Y que? ¿No puedo decir que me encantas por eso?--murmuro él con una voz ronca que hizo que Megan se diera cuenta en el estado en que el se encontraba.

Una vez más, volvió a tocarla de arriba hacia abajo, sin temor a nada, sin limites.

Pero esta ves sus manos llegaron mas allá. Tocando así primero las caderas y siguiendo por su contorneada cintura. Llego al punto donde tuvo que detenerse.

La miro.

Estaba tocando sus senos, subió más...llegando hasta su cuello... caliente...caliente por el, se lo acaricio y aparto su cabello colocándolo tras su espalda, para esta vez aplastar su nuca con sus manos y traer su rostro hacia él.

Sus bocas estaban a centímetros de distancia, sus alientos ya ponían tocarse.

--No.--murmuro ella. Envuelta en una nube de lujuria.--No Sebastian yo..

--¿Tu?...--la dejo hablar, observando la comisura de sus labios. Deseando comerse tanto esa boquita.

--Es que.....

--¿No quieres?

--Acabamos de conocernos...

--Podemos conocernos mejor.--La beso en la boca, Megan cerro los ojos al sentir su acogedor aliento abrazar el suyo. Los labios de Sebastian se movieron sobre los suyos, lento....lento....muy lento. Un movimiento tan sensual que hasta la misma Megan se calentó aun más.

Estaba jugando con sus ganas.
El labio inferior de el quedo entre los dos labios de ella, mordiendoselo. Sebastian le abrazo la cintura con fuerza, su respiración agitada hizo que Megan se tensara. Era demasiado como para poder sobrellevarlo, demasiado como para poder prohibirselo a si misma.

--Deja me esta noche....por favor.--le rogó el.

Megan asintió casi al mismo tiempo, no podía negarse, no quería, no deseaba negarse. Sebastian era mas que una simple atracción.


Mi Criminal; Nick Bateman, Bárbara Palvin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora