Veinticinco

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#Disfrutenlo

En la Foto: Vanessa Grandara

Ethan

Eran las tres de la mañana y aun no terminabamos, ya mi cerebro estaba empezando a fallar y aún faltaban cosas por hacer. Lily se encargó del ensayo mientras yo hacía los argumentos para derecho penal; ambos tuvimos muy buenas calificaciones en el último examen, pero no podíamos confiarnos, mucho menos ahora que estábamos a punto de terminar la carrera.

Sentía que solo hacía falta un empujón para terminar y eso me ayudaba bastante, durante la semana el profesor de derecho penal dijo que había quedado impresionado con mi argumentación y por ende mandará mi currículum a su firma... podría ser seleccionado para trabajar con la mismísima Catherine Carter ¡Sería una locura!

Trabajar con es mujer seria lo mejor me podría pasar una vez terminara la carrera, entonces no quería defraudar a mis maestros ni a mi, mi promedio debía ser perfecto para lograr mi objetivo y Lily tenía las mismas esperanzas que yo, por eso decidimos luchar por esas notas. Tal vez en los últimos días no tendría mucho tiempo para familia y amigos pero una vez que me graduara haría lo que quisiera con mi vida.

Solo un último esfuerzo, solo eso.

Estábamos en mi sala los muebles arrinconado en una parte de la estancia, con los computadores conectados a los cargadores, muchos papeles en el piso y varios libros abiertos, en conclusión era un desorden casi absurdo. Uno creería que después del primer año ya no veria mas sobre historia de la política o derecho romano, pero parece que me equivoque. Y la búsqueda siempre era exhaustiva, pue sno podíamos fiarnos de cualquier información, por eso casi no usábamos internet, creo que éramos los únicos en sacar libros de la biblioteca para esos trabajos... igualmente nuestras notas eran las mejor, yo suponía que era por ello.

Agotados de tanto pensar y escribir decidimos hacer una pausa para refrescar nuestros pensamientos, aun nos hacía falta ciertas cosas pero ya estábamos terminando, luego de eso Lily me daría sus argumentos y yo los míos.

-¿Qué hay de comer? -pregunto cuando nos acostamos en mi cama.

-¿Preparado? nada... creo que podemos hacer una pasta... o haces...

-ah, claro como soy mujer debo saber cocinar....

-bueno entonces no comeremos, porque yo no sé hacerlo.

La mire con una sonrisa triunfante y ella apretando la mandíbula y se levantó, supongo que pasta será la cena. Algo sencillo. No somos exigentes igual ninguno es que cocine muy seguido, aunque yo ya me estaba acostumbrando a las deliciosas comidas que hacía Daniela, esa mujer hace cosas increíbles para el paladar, aún no he probado nada que no me guste.

Terminamos de cocinar y retiramos todos los papeles que estaban en el comedor, para comer tranquilos y sin ensuciar nada de valor.

-¿como sigue Daniela? -me pregunto en lo que llevaba un poco de pasta a su boca.

-está mejor, se ha recuperado muy rápido... esperemos que en una semana ya pueda hacer las cosas por sí misma -me sonrió de una forma extraña -¿que?

-bueno, hace mucho no te veía tan preocupado por alguien, desde Vanessa solo piensas en ti mismo

-no digas eso, suena muy egoísta... yo me preocupo por ti, mi familia...

-no me refiero a eso específicamente, hace mucho no te veia actuar así, prácticamente ya no pasas tiempo con tus amigos.

-mis amigos son tu y Dylan... si él te mandó como ave mensajera no me interesa -alzó los brazos en señal de rendición.

Entre Tú y Yo Where stories live. Discover now