Zootopia: La Revolución De Nick

Extra: Alex El Profeta De La Vida

Narra Alex
Bueno ¿como debería empezar esto?
Supongo que todo inicio, desde el momento en el que naci.
Un bebé recién nacido en la ciudad más peligrosa del mundo Pur.
Dicen que nadie nace sólo y es verdad pero los animales que lo acompañan en ese momento pueden dejarlo. Ese fue mi caso, un cachorro que fue abandonado y que no tenia a nadie, un cachorro de zorro rojo que nació con el pelaje blanco un gran problema. Bueno me abandonaron a mi suerte y lo único que podía hacer en esos momentos era llorar, así que lloré y lloré hasta que un policía o lo que fuera en esa ciudad me escucho y me tomo llevándome a un orfanato.
No se si seria el peor o mejor orfanato de la ciudad solo se que era horrible en su totalidad.
En mi niñez no tuve muchos amigos ya que la mayoría tenía envidia del color de mi pelo así que cada día tenía al menos una pelea, viendo el lado bueno no había peleas de clases y los collares no servían, bueno ya que la mayor parte de la población era depredador y las presas que eran menoria se encargaban de mandar la ciudad como altos jefes de la mafia.
Así que crecí en un lugar lleno de envidia y odio, hasta que una noche cuando veía como los encargados sacaban a los mayores afuera, vi la verdad.
Los seguí hasta el sótano y vi como uno a uno entraban a una habitación hasta que todos entraron y los únicos que salieron fueron los encargados llenos de sangre, me escondí hasta que todos se fueran y entre a la habitación viendo como todos estaban muertos y apilados. Rápidamente salí de ahí y corrí hacia mi cama aterrado.
Al día siguiente les conté todo a mis dos únicos amigos y juntos ideamos un plan para salir de ahí esa misma noche. Salimos hacia el patio y saltamos un muro hacia la libertad lo más fácil del mundo. Corríamos hacia un nuevo mañana, pero todo cambio cuando escuché el sonido de un disparo y vi caer a uno de mis amigos con una herida en la pierna, ahí ese disparo se volvió en varios y lo único que podía hacer era correr y correr. Cuando deje de escuchar disparos mire a mi alrededor y estaba completamente solo supongo que no existe eso de amigos por siempre, así continúe con mi vida.
Quise pedir ayuda a la justicia, pero me di cuenta que fue ella la que me llevó a ese infierno así que también eso no existe en este mundo, los animales realmente están vacíos. Lo unico que puedo hacer es sobrevivir.
Así pasó el tiempo y me volví un solitario, robaba para sobrevivir que más podía hacer estaba totalmente sólo sin nadie que me ayude.
Un día fue lo que se necesito para que todo cambiase. Intente robar al animal equivocado y cuando le quite la billetera me tiro en el piso y empezó a asfixiarme rápidamente intente encontrar algo con que defenderme tomando un palo roto lo inserte en su cuello salvando mi vida.
Recuerdo que estaba bañado en sangre y lo único que podía hacer era correr y esconderme a esperar mi castigo. Pero nunca llegó, realmente en este mundo no existe la justicia. Continúe con mi vida sabiendo que no me esperaba ningún castigo ya que no hay justicia en este mundo. A la larga aprendí de armas y a defenderme pero aun así aunque tuviera todo para vivir me faltaba algo me sentía sólo. Es cierto lo que dicen nadie puede aguantar la soledad.
Un día mientras caminaba escuchaba rumores pandillas desarmadas, negocios arruinados, líderes muertos. Alguien en este mundo hacia justicia así que busque a los animales que lo hacían, ahí es donde conocí a un zorro rojo que vio lo mismo que yo vi, en este mundo no existe la justicia, así que hay que crearla.
Me uní a su pandilla la legión carmesí por primera vez le di ganas a algo y me convertí en líder de escuadron, conociendo así a ese zorro llamado Nicholas Wilde. Era realmente asombroso sus estrategias, sus jugadas, sabía donde y que golpear. El traía paz a un infierno, pero tal y como llego desapareció. El grupo se separo la ciudad volvía a ser un infierno y yo otra vez estaba solo. Así me di cuenta de una cosa, en este mundo el ganador decide la justicia y por eso estaré del lado ganador para cambiar a este mundo de porquería.