Capítulo 5: Conociendo a la nueva alumna

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Sorprendida la vampira se quedó mirando la puerta que se cerró a sus espaldas ¿Dumbledore la estaba ayudando? Se encogió de hombros pensando que todo paso positivo era un inicio para poder acercarse a él. Con una rapidez inhumana se dirigió al bosque donde la oscuridad se la tragó.

***

Tom Riddle caminó tranquilamente hacia la sala común. Había avistado que la nueva alumna siguió a un grupo de alumnos que abandonaron antes el comedor, por lo que decidió llegar después y darle la bienvenida a slytherin. Al ingresar, las chimeneas iluminaron la oscura estancia donde pocos alumnos se encontraban sentados en los sillones o repartidos en diferentes rincones. Se percató que Walburga y Malfoy entraron en silencio unos segundos después que él y tomaron asiento cerca de la chimenea.

Riddle caminó hacia el centro de la sala común y varios de los estudiantes, al notar su presencia, comenzaron a retirarse en silencio quedando solo sus seguidores, Black y Malfoy sentados en silencio.

— ¿Dónde está la chica nueva? — preguntó súbitamente Riddle con el rostro serio.

Nadie le respondió.

Dio unos cuantos pasos hacia la chimenea y miró seriamente a Walburga —  ¿Acaso debo preguntar de nuevo? 

Un escalofrío recorrió a la bruja, pese a que intentó ocultarlo y negó con la cabeza — No señor, debe estar en su habitación... Ella mencionó que estaba cansada.

—  No me interesa, solo tráela — le ordenó.

— Pero señor... — quiso replicar Walburga.

— Ahora.

La bruja simplemente asintió y caminó con pasos apresurados hacia su habitación ante la feroz mirada de Riddle, quien tras unos segundos tomó asiento en su sillón favorito, aquel que solo él tenía permitido usar, cruzó sus manos y observó el fuego de la chimenea sin prestarle atención al resto, aunque tampoco ninguno de los presentes se atrevió a decir algo.

Pasados unos pocos minutos los rápidos pasos de Walburga fueron escuchados. — No está.

Tom Riddle frunció el ceño, molesto — ¿Cómo que no está? 

—  Sus pertenencias están en la habitación, sin embargo no está ni en el baño ni en la pieza... No debe haber llegado a la sala común todavía —  respondió Walburga con un leve nerviosismo.

Tom Riddle se puso de pie furioso. ¿A dónde demonios se había ido aquella bruja en su primera noche? ¿Se estaba escondiendo? Apretó los puños, furioso. Ya había llegado a sus odios su tono burlesco sobre la ideología de la supremacía de sangre, si bien lo que la nueva alumna hiciera no le podía importar menos, el era el mago supremo y heredero de slytherin por lo que no dejaría que nadie cuestionara sus ideologías.

Sin decir nada, Riddle se dirigió a su habitación con el ceño fruncido, después de todo la bruja no podía esconderse por siempre... Ya mañana en la mañana la vería cara a cara y sabría cual eran las reglas de la casa de slytherin.

***

A la mañana siguiente Valerie se levantó apenas los primeros rayos de luz iluminaron la habitación. Había logrado entrar a la sala común y llegar a su cama sin que nadie la viera o escuchara, y se acostó mirando el techo mientras esperaba que pasaran las horas debido a su incapacidad de poder dormir. Apenas la luz del sol apareció se dio una larga ducha, se colocó aquel incómodo y ridículo uniforme para luego dirigirse a la sala común.

Observó la estancia, percatándose que nadie más se había levantado, parecía que nadie era tan madrugador, por lo que decidió dar un paseo por el castillo.

Corrompiendo tu alma negraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora