Capítulo 1: Primer día de clases

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Emma

«When she was just a girl, she expected the world but it flew away from her reach so she ran away in her sleep and dreamed of paradise paradise, paradise, paradise every time she closed her eyes» —sonó la alarma programada con una de mis canciones favoritas de Coldplay.

Es el primer día de clases y comenzaba mi penúltimo año en el instituto, no es que me emocionaba ir a estudiar pero prefería estar allá que en casa.

Me levanté rápidamente para abrir las cortinas, el sol resplandecía fuertemente y al abrir la ventana sentí la brisa sobre mi piel.

Presentía un buen día, así que puse algo de música y fui directa al baño para asearme.

Al salir me puse el uniforme nuevo, era una blusa con insignia, una falda corta que me entallaba perfecto en la cintura y una corbata. Cepillé mi cabello largo y lacio, me vi frente al espejo y sonreí. Cogí mi bolso con mis cuadernos en él y bajé por las escaleras hasta entrar al comedor.

— ¡Buenos días, señorita! — escuché a mi padre que se encontraba desayunando.

— Buenos días, querido padre — contesté en un tono sarcástico.

Él es la única persona que me saca de quicio solo con su presencia, además no podía disimular o fingir respeto por alguien que no se merecía.

—No comiences, Emma, por favor —me sorprendió mi madre desde la cocina.

— Claro — dije fingiendo sonreir.

— Déjala, siempre ha sido así con papá, ya no es novedad— dijo, mi hermana, Cassie detrás de mí.

Puse los ojos en blanco y me senté a desayunar.

— Y ¿Dónde está Stefan? — preguntó mi madre.

— ¡Aun durmiendo! —contestamos en coro, cruzamos miradas y la apartamos al mismo tiempo.

—¡No puede ser! Ya es la hora de salir y aún no se ha levantado...

— ¿Por qué te sorprende? Siempre ha sido así, él no es más que un niño mimado y malcriado.

Nosotras, a su edad, éramos mucho más responsables. ¿Recuerdas? —contesté molesta, al recordar vagos momentos de mi infancia.

Frunció el ceño y se dirigió a su habitación.

— Ya veo — dije apartando la mirada.

Sabía que mi madre no podía responderme, no le gusta admitir sus errores, siempre tiene una excusa para todo; y cuando no sabe que contestar se molesta y huye.

Lo sé porque me parezco mucho a ella, tanto en el carácter como en su físico; heredé su cabello castaño claro, sus ojos color miel, y su piel de tez blanca. Mis tías siempre me comparaban con ella, y lo noté con el tiempo.

— Bueno, yo, ya me voy a trabajar — dijo papá algo desconcertado.

— Que tengas un lindo día papi — contestó Cassie.

— Ve a trabajar, que al parecer es lo único que saben hacer ambos —susurré.

Se detuvo por un instante, parecía querer decir algo, pero continuo su camino.

—¡Realmente te pasas, Emma! —chilló mi hermana menor levantándose bruscamente de la mesa; no me dio importancia e hice lo mismo dirigiéndome hacia la puerta.

— ¡Ya me voy! — grité. Se supone que iba con mis hermanos al instituto, pero prefería caminar; y sola.

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Mi Mejor ErrorWhere stories live. Discover now