-Sí. -Rodé mis ojos. -Adiós después te llamamos. -Contesté, me giré y vi los sobres, le entregué su sobre a Lio, este cuando lo abrió puso cara de desagrado. Lo abrí y de mi sobre salió la bella morocha.

Me quedé sorprendido, ¿Esa preciosura se acostó con el Blanco? Que desperdicio. Digamos que el Blanco no es feo, pero ¡Dios! ¡Debe tener al menos unos 45 años!

-¿Quién te tocó? -Dijo Lio llamando mi atención.

No, no le tomaré doble sentido.

Tarde.

-Tú primero. -Dije ocultando la foto de la chica para que no la viera. Me mostró su foto.

Una pelirroja de baja estatura se mostabra sonriendo a un lugar que no era la cámara, su cabello azotado por el viento y ella con un suéter mucho más grande que el de su respectiva talla. Tenía una taza humeante entre sus manos. No era fea, para nada.

-Ahora tú. -Dijo tratando de mirar por las orillas.

Le mostré mi foto sonriente, abrió los ojos como platos y bufó.

-Te la cambio -Dijo rápido, trato de sacarme la foto de entre mis dedos pero yo fui mucho más rápido.

-No, tampoco se puede. -Me encongí de hombros recordandole las reglas.

Me miró con cara de "tú nunca cumples las reglas Agus", una mirada que simplemente ignoré.

- ¡Oye! Tampoco es fea esa pelirroja. -Lo ánime, su mirada cayó derrotada.

-No, no está mal. Pero no me atraen las pelirrojas, lo sabes, en cambio las morachas me dan excitación, en particular esta. -Dijo mirando la foto con deseo, escondí la foto de su mirada deprabada.

-Pues te tendrás que aguantar, porque esta hermosura será mía. -Aclaré resaltando la última palabra.

Salimos y me llamó Victor.

-Dime. -Dije de lo más calmado, se sentían murmullos, gritos y agitación de la otra línea.

-¡Tienen que secuestrarlas rápido! -Después de eso corto.

Me quedé atónito, ¿Secuestrarlas? Seria dificil, sobre todo porque aquello era ilegal y usualmente cometemos actos con la aprobación del estado, no había gente pero sí estaban las secretarias y sería mucho trabajo, además.

Miré a Lio que me miraba de manera interrogativa.

-Qué te dijo -Lio me sacó de mis pensamientos.

-¡Rápido hay que secuestrarlas! -Grité en un susurro, sus ojos se abrieron. Sabía qué pensaba. Es ilegal.

-¿¡Qué!? -Susurró el rubio.

-Sí, eso me dijo, tenemos que usar todos nuestros encantos. -Miré por el gran ventanal a la secretaria. -Tú vas a cortar el sistema de luz y la secretaria se desconcentrara y el sistena de seguridad y cámaras se van a desactivar.

Después de decir eso me dirigí a la recepción arreglando mi cabello.

-Preciosa, una hora para la doctora Carolina Kopelioff, tengo un dolor... -Pensé unos segundos. - De espalda insoportable hace días.

-Cla.. Cla.. Ro -Tartamudeó la secretaria, revisó la pantalla con su dedo. - Esta libre puede pasar.

-Gracias lindura. -Le guiñé un ojo y vi como se sonrojaba.

Me dirigí hacía el pasillo y revisé cada puerta hasta que me encontré con una placa que decía *"Doctora Carolina Kopelioff" Toqué, se escuchó un "pasé".

La Misión | Elenco de Soy Luna.حيث تعيش القصص. اكتشف الآن