pequeño idiota

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Nota: si este es tu primer Kelliver te recomiendo que salgas y busques otro en mi perfil como "The siren's kiss" o "Who are you now?" Éste es de mi primeros fics y es muy malo.
Muchas gracias.

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Kellin Quinn: es un chico norteamericano, cantante de Sleeping with sirens, de delicada piel blanca, cabello largo hasta los hombros negro azabache y grandes ojos turquesa.


( nNarra Kellin)

Estábamos todo Sleeping with sirens dando un recital, terminaríamos nuestro show con: If I'm James Dean you're Audrey Hepburn, esa canción siempre dejaba al público con una sensación de querer más.

Estábamos empezando la canción:
~Stay for tonight... —y se escucha una explosión.

Empezó a salir humo de un amplificador. Todos nos alarmamos y cuando fui a ver ahí estaba Matty Mullins empapado de alcohol, sería vodka o algo por el estilo según el olor porque de verdad se sentía intenso inclusive desde donde yo estaba.

—Lo lamento...—dijo Matty levantándose con cuidado.

Jesse y unos encargados lo ayudaron a levantarse y a lo lejos se veía a Oliver Sykes y a Josh Francescci riéndose. Me apresuré a ayudar a Matty no sin antes darle una mirada de odio a aquellos dos.

El encargado del show le dijo al público que se presentaría Falling in reverse después de que arreglaran el pequeño inconveniente, se escuchaban murmullos del público seguramente preguntándose qué fue lo que ocurrió.

—Genial.—dijo Gabe con sarcasmo.

—¿No terminaremos la canción?—preguntó Justin inocentemente.

Caminé pesadamente hacia donde estaban Oliver y josh y les dije:
—¿Qué demonios creen que hacen? Porque literalmente, Matty pudo haberse electrocutado.

—Woow~—dijo Josh entre risas.

—Tranquilo americano, esa canción melosa ya tiene harto a todo el mundo, te hemos hecho un favor.—dijo Oliver con un tonito prepotente que juro que me desquiciaba.

Lo empujé contra la pared e inmediatamente vinieron mis amigos a separarme porque Oliver me había agarrado de mi camiseta y él era más alto y por lo tanto más imponente que yo.
Josh hizo lo mismo con Oliver, aunque no paraba de sonreír.

Me daban mas ganas de golpearlo. Pero recurrí a la razón y me fui a mi camerino siguiendo a mis amigos.

—Creo que has sido muy efusivo.—me dijo Matty mientras se cambiaba de remera.

—Sí, pero arruinó el show, y a ti te empujó hacia los amplificadores empapado en vodka. ¡Pudiste haber muerto!—dije exagerando mi expresión mientras apartaba la remera empapada de Matty.

Matty reía. Y de repente entra Colson Baker al camerino, o sea Machine Gun Kelly.

—Jóvenes—dijo con tono elegante—, ¿cómo los trata la noche? —yo lo mire serio. Matty medio sonreía— Otra vez Oliver Sucks hizo algo. —dijo Machine y me agarro de las mejillas estirándolas.

—Aghh, me lastimas, Kelly~—dije liberandome de su agarre para después sobar mis mejillas con mis manos.

—Okay, okay... Pero esos kellinojos de fastidio me lo dicen todo.

—Oliver arruinó su show.—dijo Matty.

—¿Otra vez?—dijo Kelly.

No era la primera vez que habíamos tenido esos encuentros con Oliver. Se notaba que era él el de las ideas. Siendo que Josh se comportaba amable cuando él no estaba, y no diría que era falso porque muchas veces nos daba explicaciones o nos pedía disculpas después de una de sus bromas. Pero oliver jamás se disculpaba, él tenía fama de rebelde. Ser músico es un trabajo que conlleva una gran disciplina, trabajamos duro para llegar aquí y él se la pasaba haciendo idioteces. La frase "sexo, drogas y rock and roll" se acabó en los 80, hoy ser músico consistía en trabajo duro y el parecía no entenderlo.

Después de las aclaraciones de Matty a Kelly. Me llevaron a casa. Vivía en un departamento que me alquilaba la discográfica. Así me mantenían controlado y no me molestaba, sabía que mi estilo de vida dependía del compromiso que ponía.



Al día siguiente me levanté, me preparé un café y salí directo a mi lugar de comidas favorito. Antes de empezar a trabajar debía comer y había un lugar que hacían una comida vegetariana excelente.

Entré y empecé a elegir mi menú para llevar y en ese momento algo me llamó la atención, había un joven con gorra y una remera de mangas largas con un dibujo extraño eligiendo su comida. ¡Rayos!, era Oliver. Yo salí lo más rápido que pude. Pagué y caminé hacia mi edificio. Cuando estaba llegando veo que Oliver estaba tratando de abrir la puerta de entrada. ¿Cómo había llegado antes que yo?

—Demonios... —dije por lo bajo. Pero no me comportaría como un niño. Me acerqué y lo ayudé a abrir.

Él me miraba perplejo.
—¿Aquí vives, americano?—dijo sonriendo.

—Créeme que estoy tan sorprendido como tú.—dije regalándole una sonrisa falsa.

Entré adelante de él y él empezó a correr y llegó al ascensor. Lo tomó y se fue sin esperarme, era lo menos que podía hacer por ayudarlo a abrir la puerta.

—Dios... Es un niño.—suspiré cansado.

Después de que subí. Empecé a comer. Estaba cómodo escribiendo unos pensamientos para armar una letra de una canción. Y empieza a sonar black metal de fondo y luego la musica empezó a subir haciéndose insoportable.

—¡Maldita sea!—dije y salí corriendo.

Bajé las escaleras. Y traté de tocar el timbre en el departamento correspondiente de dicha música, pero no se escuchaba por el volumen tan alto. Empecé a golpear la puerta como loco a los gritos de:
—¡Baja el volumen, maldición!—odiaba los ruidos molestos cuando estaba tan tranquilo.

De repente me tocan el hombro y era Josh.

—Hola.—dijo sonriente.

—Aquí vive Oliver.—dije comprendiendo la situación. Asumí que el ruido era para molestarme.

Josh abrió la puerta de par en par dejándome ver hacia adentro. Era un departamento moderno con cuadros de cómics, estaba medio desordenado. Y en el suelo sentado sobre un almohadón estaba Oliver con unos... Parecían auriculares gigantes. Josh apagó la música. Oliver escribía y no se dio cuenta.

—Esos auriculares reducen el ruido en un 90%.—dijo Josh sonriendo.

—¡¿Qué diablos!?—dije sorprendido. Dando por hecho que definitivamente lo hacía para molestarme.

Oliver se dio vuelta y prendió un cigarrillo, se levantó y caminó hacia mí, aspiró del cigarrillo y me tiró humo en la cara.
—¿Qué?—dijo en seco. Yo comencé a toser— Ah, eso creía.—finalmente cerró la puerta en mi cara.

—Hijo de...—no alcance a decir nada y subí a las escaleras.

Genial, esto era genial.
Tenía al idiota británico viviendo en el departamento de abajo, daba por hecho que a partir de aquí mi vida se volvería un infierno.






Momentos de soledad.
Siempre son una mierda, porque cuando uno pasa tanto tiempo con uno mismo, termina de conocerse, empieza a traer sus recuerdos y los mios no eran bellos.

Cuando era pequeño mi madre tuvo que darme en adopción porque ella era muy joven para cuidarme. Temía no poder darme lo que necesitaba.
Cuando era niño no comprendía lo que sucedía y solía comportarme muy mal para llamar la atención.
Y por eso pase parte de mi infancia en un orfanato. Mi comportamiento no le caía bien a nadie. A todos les parecía adorable el niño de cabellos negros y ojos azules, pero nadie quería lidiar con la brecha emocional que me habían dejado. Nadie se detuvo a decirme jamás: estoy aquí para ti pase lo que pase. Y está bien con el tiempo te acostumbras a estar solo. Aprendí a ser una buena compañía para mi mismo.
Solía parecer fuerte, siempre seguro de mí mismo, defendiendo a mis amigos pero podían derrumbarme fácilmente, por eso no dejaba que nadie se acercara. Y menos desde aquella novia que tuve.

Cuando cumplí 18 años necesité un lugar para quedarme porque ya no podía seguir en el orfanato. Ella me había ofrecido ayuda pero cuando llegó el momento me abandonó y comenzó a salir con un chico mas grande y con dinero. Yo no podía competir con eso... Y nisiquiera debería competir. Desde entonces no quiero saber nada con nadie, sólo somos mi música y yo.

Comencé a beber una botella de zumo de naranja, de repente sentí que golpeaban mi ventanal.

Kellin's SinsWhere stories live. Discover now