Capítulo 11

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Fui levantada la mañana siguiente con un golpe en la puerta de mi dormitorio. Me di la vuelta, entrecerrando los ojos en la cercana luz del sol de la mañana.

— ¿Quién es? —mis palabras salieron haciendo gárgaras. ¿Qué hora era?

—HyeSun, ¡Levanta! ¡Tienes que venir a ver esto!

Rodé fuera de la cama y me tambaleé hacia la puerta. Puse mis labios en la rendija.

— ¿DaeHyun?

Prácticamente me tiró al suelo cuando entró. Me di cuenta demasiado tarde de que estaba solamente en una camiseta sin mangas y un pantalón corto. Probablemente era demasiada piel para un caballero de la vieja escuela como él para manejar sin vergüenza. Quiero decir, vamos, apenas mostraban sus tobillos en aquella época. Pero él ni siquiera pareció darse cuenta, estaba tan excitado.

— ¡Mira! —agitó un puñado de frescas rosas blancas en mi cara. El olor me hizo cosquillas en la nariz y estornudé.

—Flores. Muy bonitas —me las arreglé.

Estaba demasiado dormida para cavilar el motivo por el que estaba ofreciéndome rosas. Yo solo quería poner mi cabeza de vuelta en mi almohada…

—No, escucha —me agarró por mis hombros mientras yo intentaba volver a la cama, achuchando las rosas contra mi hombro—. ¡Hay rosas frescas!

— ¿Así que…?

— ¡No ha habido rosas frescas en esta casa en cuatro años!

—No es cierto —farfullé— había rosas en la biblioteca el otro día. ¿Puedo volver a dormir?

—No, huesos perezosos, tienes que ver esto primero —me condujo hacia la puerta. Hice un gemido de protesta y señalé hacia la cama.

—Sueño. Yo. Cama. Ahora.

DaeHyun solo me empujó a través de la puerta y entré en un estudio húmedo.

—Esto está, ah… ¿muy oscuro? —en realidad, eso era agradable.

Quizás podría dormir aquí.

—No es esta habitación, vamos —cruzó la alfombra y abrió la puerta de enfrente—. ¡Ajá! Aquí vamos —realizó un amplio movimiento con la mano en una invitación elegante para que fuera primero. Le empujé al pasar con un gruñido. Estaba adormilada.

El ruido murió en mi garganta cuando di un paso dentro del conservatorio y vi lo que era todo el alboroto. Mi mandíbula cayó impresionada.

—Es un barco.

Un barco de vela enorme llenaba la mitad del conservatorio, el mástil extendiéndose hasta la parte superior del techo y el casco descansando sobre las baldosas como si una ola gigante lo hubiera depositado allí.

Montones de rosas blancas rodeaban el barco y colgaban sobre los lados. Escuché un rumor de alas y miré hacia arriba para ver a las palomas revoloteando alto sobre nosotros en la luz del sol, intentando pasar por las ventanas hacia el mundo exterior.

— ¿Qué…? —una sensación de cosquilleo comenzó en mi cerebro. Se suponía que debía recordar algo. Eso era todo de alguna manera muy familiar—. ¿Qué está pasando?

—Es algún tipo de magia —dijo DaeHyun, con una silenciosa reverencia en su voz. Corrió hacia el velero y golpeó con sus nudillos el casco—. ¿Quizás quiere decir que estamos a punto de romper la maldición?

La comprensión se precipitó sobre mí como un jarro de agua fría.

 —Es mi origami —susurré, aturdida.

The Beast (Daehyun FanFic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora