-Nada, estoy bien – trate de salir fuera del auto pero su mano se poso en mi brazo impidiéndolo.

-No te creo nada – no podía engañarla, sabía que no estaba bien pero no quería admitirlo.

Las lagrimas me invadieron una vez más, cada vez que pienso en el es una verdadera tortura, pero simplemente no lo puedo evitar.

-Aun lo amo...- me aferre a sus brazos mientras lloraba cual magdalena.

-Hay cariño, ya lo sabía – me deshice del abrazo mientras la miraba extrañada.

-¿Cómo? ¿A caso era muy obvia? – no puedo creerlo, bueno al menos yo me creí que lo había olvidado y sacado de mi corazón.

-Annie... No se trata de que si eras muy obvia o no, se de primera mano que no puedes olvidar algo que te hace sentir bien contigo misma- sus manos estaban tomando las mías - se que tú misma intentabas olvidarlo, sacarlo de tu vida y corazón pero no puedes y menos ver cada día esa pequeña luz de alegría que tiene algo de los dos – señalo mi vientre, creo que es hora de admitirlo ¿Qué puede pasar?

- Lo sé, pero no puedo olvidar el ¿Por qué? ¿Cómo olvidar que prefirió el que dirán a que sentiré yo? La verdad no sé si me entiendas cuando simplemente eres y has sido perfecta – juzgar era lo que está haciendo precisamente en este momento cuando yo no soy de esa manera.

-Te entiendo, toda mi vida vivo siendo juzgada por la vida o conducta que llevo pero ¿Sabes porque no me afecta? – me pregunto a lo que negué dudosa – Porque entendí que al final de todo quien sufrirá las consecuencias de sus actos seré yo y no la gente – esto es más de lo que esperaba ¿Ella sintiéndose así? Bueno nunca hay que juzgar a un libro por su portada.

-Gracias, por todo por escucharme, por estar aquí para mí – la abrace nuevamente, la familia, siempre será el antídoto secreto para todo mal.

-De nada, nena pero bueno basta de lagrimas –dijo riendo melancólica.

-Creo que mejor vamos dentro, ya sabes cómo es mama – será mejor entrar llevamos más de 10 minutos aquí afuera.

-Vamos – Salimos del auto y bajamos nuestros bolsos.

Estaba excitada por ver de nuevo a mi familia, los extrañaba demasiado y por qué no salir con ella y mis amigos, entramos por esa puerta la cual había dejado hace seis meses.

-¡ANNIE! – la primera en verme fue Victoria quien bajaba por las escaleras con esa mejillas rosadas y esos cabellos dorados cual sol en su punto más alto.

-¡Victoria! Te extrañe demasiado – la abrace tan fuerte como mi vientre me lo permitió.

- ¿Por qué me dejaste sola? – Sus lagrimas bañaban ese rostro tan angelical, sus brazos me aprietan tanto como pude sentir su temblor y mi corazón se oprimió – Te extrañe y simplemente tu no estabas...

-Tuve que hacerlo, mi amor – me agache a su altura y puse un mechón de cabello detrás de su oreja – Pero aquí estoy, jamás te dejaría sola, florecilla –dije tocando su pequeña nariz rojiza por su llanto.

Lo último que supe después de cerrar los ojos antes de que un flash me cegara es que mi mama nos había tomado una fotografía desprevenidamente.

-¡Dios!, mama casi me quedo ciega – me pare del suelo y mire a todos lados, cada uno de mi familia nos miraba con ternura.

-Ya hija, no pude evitarlo se miraban tan hermosas – dijo abrazando a mi papa.

Me acerque a ellos y los abrace, los extrañaba demasiado. Toda mi familia estaba aquí, mis primos los cuales me hicieron bromas sobre "cuando iban a salir los dulces de la piñata" y esas cosas, los cuales salieron golpeados solo un poco de mi parte, también estaba Megan por primera vez en mucho tiempo sentí esa parte de mi corazón aliviarse.

Mi Perdición,Mi Salvación y Mi Locura (Trilogía Curvas Impredecibles #1)Where stories live. Discover now