¡Mi Novio es un Superhéroe!

¡Un chico con Superpoderes!

Dicen que sólo en los más momentos duros  los hombres muestran su verdadero rostro. Bien, no sé si ese dicho puede aplicarse a lo que me sucedió ese día, pero ciertamente no fui el mismo a partir de ese momento.

Mi hermano y yo, como solíamos hacerlo cada jueves, nos encontrábamos a punto de salir de la tienda de frikis del centro comercial. Comprábamos nuestros comics favoritos, cambiábamos algunos videojuegos y Ryan siempre le preguntaba al encargado de la tienda si sabía de alguna convención o evento cercano. Pues bien, mientras hablábamos y nos dirigíamos a la salida, llegaron tres hombres, en fracciones de segundos se cubrieron los rostros con pasamontañas y sin mediar palabra alguna, sacaron sus armas y comenzaron a disparar contra todos los presentes. Justo quedamos frente a ellos en la línea de fuego, en pocas palabras, seríamos los primeros en recibir los impactos de bala. Mi hermano y yo seríamos sus primeras víctimas. Esto detonó en mi cerebro algo, no sabría decir a ciencia cierta qué o cómo, pero instintivamente extendí mi mano contra las balas que venían hacía nosotros y se detuvieron, de hecho TODO se detuvo, los hombres armados, los aparatos de la tienda, las personas, ¡todo! ¿Era posible que hubiese podido detener el tiempo?

No sabía lo que hacía, sólo me interpuse entre mi hermano y el peligro, entonces sentí que de mi mano fluía poder, así que empujé esa fuerza fuera de mí y esta empujó a las balas y a los hombres hacía atrás de forma muy brutal. En eso el tiempo se puso en marcha de nuevo y los criminales se encontraron derribados en el piso.

—¡Connor! ¿Qué está pasando?

—¡No lo sé! ¡Pero es genial! —Sin siquiera tocarlo, empuje con esa fuerza a Ryan hacía atrás, alejándolo de la entrada— ¡Ponte a salvo! ¡Me encargaré de estos tipos!

—¡¡¡Connor!!!

Supongo que cuando eres el hermano mayor sobreprotector, cuesta un poco acostumbrarse a que ahora tu hermanito tiene superpoderes. Así que dejé muy angustiado a Ryan tras mí. Pero sabía que sólo había aturdido a esos hombres, seguían armados y ahora más furiosos. Sin entender todavía muy bien lo que hacía, sólo me dejé llevar por el poder que sentía y caminé hacía ellos.

Los criminales se levantaron y tomaron de nuevo sus armas, esta vez me apuntaron directamente a mí y dispararon nuevamente, yo retrocedí y moví mi brazo intentando cubrirme y en esos las balas chocaron contra esa fuerza que emanaba y ninguna me tocó. Es como si un escudo invisible me protegiera. Esos hombres literalmente vaciaron sus municiones contra mí, pero no lograron hacerme daño gracias a esa "fuerza invisible que me protegía. Cuando sus armas quedaron totalmente descargadas y notaron que ninguna me había lastimado, se asustaron mucho, no entendían qué había sucedido. Fue entonces cuando sentí que todo ese poder se hacía mayor en mí, extendí mis manos hacía adelante y liberé nuevamente lo que contenía. La onda de fuerza tomó a estos criminales y los lanzó contra la pared, estaba vez quedaron totalmente inconscientes por el fuerte impacto que recibieron.

Antes de que pudiera intentar algo más, sentí que algo me arrastró fuera de ese lugar. Era Ryan que me alejaba a toda prisa de la tienda.

—¡Ryan! ¡Ryan! ¿Qué haces? ¡Tengo todo controlado!

—¡Connor tenemos que salir de aquí! ¡Ahora!

—Pero...

Para el momento que llegamos al estacionamiento, sentí como toda esa fuerza dejaba de fluir dentro de mí, y no sólo eso, quedé completamente agotado, ni siquiera podía sostenerme en pie. Lo único que pude alcanzar hacer antes de desmayarme fue agarrarme de los pantalones de Ryan:

—Ryan...ayú...da...me...

Cuando volví a tener consciencia de mí, desperté en mi cama. Me sentía terriblemente débil... ¡y muy, muy hambriento! Apenas y pude sentarme en la orilla del colchón y mi cabeza me dolía terriblemente. En ese momento Ryan entró a la habitación y al verme despierto se emocionó muchísimo... Quizás demasiado.