Las oscuras calles de Tokio, Japón, estaban siendo iluminadas por el sutil brillo de la luna mientras el suave viento hacia que las hojas de los árboles Bailen a un ritmo lento.
Mientras esto pasaba en uno de los tantos edificios de por allí, había un famoso ladrón observando una hermosa joya color azul Francia valorada en 100.000.000¥, obviamente está no le pertenecía.
El ladrón al oír de repente como golpeaban la puerta de la habitación salió de sus pensamientos y dejo la joya en uno de sus bolsillos para ir a abrir la puerta.
-¿Por qué lo haz hecho?- Pregunto un muchacho alto, esbelto, de pelo marrón y ojos azules como el cielo.
-¿De qué hablas?- Replicó el chico vestido de blanco.
-Fuiste tú el que robo la Joya, eso no lo dudo- Le contestó algo molesto el chico llamado Shinichi.
-Si, fui yo...- Le manifestó él mientras con una mano en su bolsillo sacaba la joya mostrándola. -Pero todavía hay algo más importante que me falta robar- Dijo dándole la espalda mientras una sonrisa picara se formaba en su rostro, pero éste último no se percata de ella.
-Perdona... ¿Puedo pasar?- Le consulta Shinichi ya que siguen hablando en el marco de la puerta.
-Oh, claro, pasa- Dice dándole el paso y cuando ya está dentro, este cierra la puerta y sigilosamente le pone el pestillo.
-Bien, ¿me quieres dar la joya por las buenas?- Decia mientras veía las preciosas vistas que había desde ese lugar.
-¿Por las buenas?, Entonces... Hay unas malas...- Afirma mientras mete su mano en el interior de su chaqueta para buscar algo.
-Si, todavía no llamé a la policía para avisarles que estás aquí... Pero si te resistes tendré que hacerlo- Responde mientras una de sus manos va a su bolsillo trasero para sacar su pistola y apuntarle a la cabeza.
-Ya veo...- Rápidamente Kaito saca su pistola y le apunta igualmente.
-¿Crees que podrás dañarme con una pistola que dispara cartas?- Contesta riéndose el castaño.
-¿Y tu crees que puedes hacerme daño con un revolver que no tiene balas?- En ese momento Kaito Kid saco la mano que todo el tiempo estuvo en su bolsillo y dejo caer 6 balas de revolver calibre 22.
-Tsk... Con mi otro cuerpo nunca pude llevar arma... Creo que me he desacostumbrado- Dijo lanzando su arma sin balas hacia el balcón y luego levanta sus manos.
Cuando este lanzó su arma Kaito Kid se fue acercando lentamente hasta que sus bocas quedaron peligrosamente cerca, mientras era observado por Shinichi.
-¿Recuerdas lo que dije antes?- En ese momento el ladrón se lamió los labios ya que estaban resecos.
-N-no lo recuerdo- El detective respondió algo nervioso y un leve sonrojo se asomó por sus mejillas mientras miraba al suelo sin bajar la cabeza.
-Oh... Es una lástima- En ese momento el Ladrón poso sus suaves labios en los del otro formando un lento y tierno beso.
Shinichi quedó en shock y pensó en empujar a este, pero cuando lo intento, se dio cuenta de que tenía sus manos inmovilizadas por el Ladrón.
Este último se separó de él al escuchar las sirenas de las patrullas que estaban yendo a donde ellos estaban.
-¿Q-qué fue eso?- El primero en hablar fue el detective.
-El único robo que me faltaba- Dijo y en ese momento una sonrisa de victoria se formó.
-¿R-robo?... De q....-Fue interrumpido por la sirena y la voz del inspector Nakamori que venía desde atrás de la puerta.
Kaito giro su cabeza hacia la puerta, miro a Shinichi y le dijo:
-Robe lo más preciado... Tu primer beso- Termino de decir la última palabra y saltó desde el balcón de espaldas para abrir su ala delta e irse de allí volando.
