Mundo manga 2: Guerrero Espíritu

Una gira más

Se sentó cansado pero satisfecho, cogió el teléfono sin apenas pensarlo. Marcó el número que sabía de memoria y esperó escuchando el tono.

Bunnie tomó el teléfono descolgándolo:

-        ¿Sí?.- contestó, sonrió.- Espera, acaba de llegar.- Dejó el teléfono a un lado.- ¡Joan!,- me llamó.- ¡Seiya al teléfono!

La voz de Bunnie me hizo saltar de la bañera, no podía parar de darle vueltas a la cabeza sobre esa frase dichosa. Y para colmo, estaba dispuesta a comprobar si las víctimas podían haber hecho algo grave en un futuro.

Resoplé, tomé mi albornoz secando antes mi cabello. Abrí la puerta y me dirigí al pasillo.

-        Gracias, Bunnie.- le hablé antes de que se fuera; puse el auricular en mi oreja y sonreí.- Hola cariño, siento haber tardado.

-        Tranquila, - sonrió.- ¿qué ha pasado para tardar en contestar? Normalmente lo tomas enseguida.

Sonreí leve.

-        Estaba tomándome un señor baño, además, es que si me vieras como he llegado, te buscarías otra novia.- Oí las carcajadas.- ¡Eh!, te lo digo muy en serio. Venía cubierta de barro de pies a cabeza. Como odio que llueva, sobre todo cuando estoy de patrulla.- resoplé.

Paró de reír:

-        Estoy seguro de que incluso llena de barro, estás preciosa.- Sentí cómo se me subían los colores.- ¿Tienes libre esta noche? Quiero verte, mañana me iré de gira.

Suspiré fuertemente, ¿otra? Pero si acababa de llegar.

-        Vaya... - dije con reproche.- ¿a dónde esta vez?

-        Por Halakisa y las ciudades del alrededor, bueno... también tenemos que acudir a... bueno, no importa, sólo serán unos días...

-        Eso espero; - él suspiró.- sí, tengo libre. ¿A qué hora quieres quedar?

-        ¿Te parece bien a las nueve? Así podrás descansar un rato.

-        Sí, eso haré cuando termine de la visita a la bañera.- Seiya sonrió tímido, sabía bien que no me había gustado nada la noticia. Volví a suspirar, apreté mis puños para retener mi rabia.

-        Joan, ¿te encuentras bien?- me preguntó preocupado al oír el suspiro.

-        Sí, tranquilo… sólo estoy… cansada.- medio le mentí.

Él vaciló un momento, no era la primera vez que le decía esa frase como excusa, pero sabía que si insistía sería peor y prefirió aguardar.

-        Venga, relájate y descansa.- Me dijo en un tono animoso.- Me pasaré a las nueve. Te quiero.

Sonreí triste.

-        Yo también, hasta luego.- colgué.- (Otra gira...)- pensé mirando el teléfono.

Me abracé unos instantes y traté de pensar en buenos recuerdos que me hicieran olvidar lo que tanto daño me hacía. Seiya, últimamente, estaba demasiado ocupado con lo suyo.

-        ¿Quieres un poco de limonada? He preparado también unos sándwiches. ¿Por qué no comes conmigo y luego descansas? Te sentará bien.- me dijo apareciendo de la cocina con una sonrisa.

Se la devolví con éxito y asentí. No debía pensar en cosas tontas y menos aún con el estomago vacío.