2: Dia De Locura

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(Te recomiendo volver a leer la parte anterior, corregí algunos diálogos para darle soltura y compresión al texto).

El sol estaba gigante, como si de una esfera dorada en el cielo se tratara. Una tormenta había terminado y la nevada se avecinaba. La ciudad había recobrado, las calles estaban repletas de familias comprando los regalos de navidad.
Buster estaba listo para irse, dejo un par de dolares y unas monedas de propina, se acomodó los guantes y salió. Al estar afuera rápidamente se percato de algo:

-La mochila del chico -gritó sorprendido, rápido se apresuro a tomarla, se la probo y vio que le quedaba larga-. ¿Que haces Buster? -se preguntó-. Supongo que prefirió la mia -se dijo a si mismo-. ¿Que... Que haces Buster? -dijo de nuevo-. Mañana veré que hago con ella.

Sin tener una ruta fija ni un destino concreto, Buster ajusto la correa de la mochila y empezó a caminar a su teatro, iba lo bastante lento para tardarse en llegar. No le era fácil cargar con dos mochilas a la vez, a medio camino el teléfono empezó a sonar:

-¡Diga! -le grito Buster al celular-.

-¿Señor Moon... es, es usted? -preguntó Johnny, un joven gorila que participo en el primer concurso de canto-.

-Oh, si Johnny, me da gusto escucharte -contestó de manera agagitada-.

-¿Llegará al teatro? Llevamos aquí desde temprano y estamos preocupados -decía apurado-.

-Sí, quédense ahí, tuve un contratiempo. En fin, una larga historia -Buster colgó la llamada y corrió a la estación de metro-.

El camino fue turbulento y borroso, las grandes luces que anunciaban "Subway" en las escaleras lo ubicaron. Dio media vuelta y bajo, ambas mochilas le iban rebotando, tenia tanta prisa que cayó en el ultimo escalón. Todo el lateral de su cara y parte de una de sus orejas terminaron arrastrando contra el suelo. Buster se levanto lleno de rasguños y pequeños cortes en la piel, aún así, rápido continuó corriendo al vagón. Los demás animales que caminaban en la instalación le estorbaban y lo miraban preocupados; no sabia la razón hasta que paso enfrente de unos pilares con reflejo plateado de que se había lastimado. El tiempo parecía pasar más rápido de lo normal, tanto que los demás parecían moverse mas lento; las señales lo confundían, tanto que lo mantuvieron un rato mirando alrededor. Se sentó en medio del suelo, la gente seguía y lo rodeaba como si no existiera o siquiera se encontrara ahí. De un momento a otro había pasado de ser el centro de atención, a una cosa tan insignificante como una partícula de polvo. La cabeza le empezó a dar vueltas, su corazón le palpitaba muy rápido, la piel la tenía roja y los zapatos lo mataban. Se levanto rendido y dio una caminata muy lenta a una de las bancas, se colgó del asiento y con un ultimo esfuerzo impulso para subir. Dejó su mochila a un costado, la otra la colocó atrás, se dejó caer encima; todo se sentía tan cómodo que solo cerro los ojos y descanso.
Horas y horas pasaron, los vagones seguían transportando a miles, Buster aun estaba tumbado, la luz de le llegaba a los ojos y la incandescencia de los focos le dejaban la mente en blanco.

¿Porque estoy tan obsesionado? Solo es un zorro, tal vez. No debería sentirme mal por alguien que no conozco ¿o si? -se preguntó-. Mañana veo que hacer contigo - dijo dando palmadas a la mochila de Josef-.
Bajó de la banca y camino hacia la salida, se detuvo un poco a mirar su ciudad, el cielo de color gris y los ciudadanos caminando. Llamo a un taxi y pidió que lo llevaran al teatro.

Sin embargo, del otro lado en la ciudad, estaba Josef, con el cuerpo cortado y un poco mal, había estado tanto tiempo en el frío que enfermó. No sabia lo que hacia y se limita a caminar por las calles, su vestimenta de saco ya mojado por la nieve que se derritió por el sol llamaba la atención. Tanto que varias veces le entregaron dinero como si de un vagabundo se tratara. Ya tenia unos cuantos dolares al terminar la noche, Josef, no deseaba más que un café caliente para dejar pasar el mal rato. La noche tenia una gran y redonda luna que junto con las lamparas de la calle alumbraban el lugar. Aunque al final de la calle un gran cartel de neón iluminaba la esquina de una manera impresionante. Josef se percate al instante de que el cartel decía: COFFEE
Sintió un gran alivio, tenia dinero y deseaba tomar café, las circunstancias perfectas. Cruzó la calle corriendo, entro con mucha prisa y ordeno al empleado un café americano con crema tamaño jumbo. El mesero lo miró desconcertado, ¿un zorro tan delgado podría terminarse un vaso tan grande?

Glosario
- Rato: Momento o espacio de tiempo corto con una duración indeterminada, expresión generalmente utilizada en México.

Una Historia De SING: El Nuevo CantanteWhere stories live. Discover now