Eché la mano hacia atrás y la estrellé en su rostro con tanta fuerza que su mejilla opuesta casi roza los casilleros. La palma comenzó a dolerme y sabía que soltaría lloriqueos por ello después, pero hice todo lo humanamente posible para mostrarme impasible. El sonido de la cachetada había hecho eco en cada esquina del lugar y aún reverberaba en mis oídos. La respiración de Sebastián era irregular, su pecho subía y bajaba con fuerza. Se llevó una mano hacia el costado de su rostro. Podía identificar, desde mi lugar, el contorno rojo de mi mano apenas disminuido por el color de su piel.

Por muchísimo tiempo había querido hacer eso. Me sentía extasiada, como si la sangre corriera con el doble de potencia por todo mi cuerpo y la adrenalina me proveyera una fuerza imposible. Sabía que pagaría mi accionar más tarde, pero en ese momento solo me concentré en fulminar a Sebastián con la mirada más venenosa de todo mi arsenal. Después de dos años debía contenerme porque si me daba barra libre podría acabar matándolo.

—A mí me hablas con respeto. La próxima vez no seré tan indulgente contigo.

Para completar la escena, porque sentía que era necesario, me giré con la dignidad y el orgullo claros en mis movimientos y caminé hacia Traian y Valerie. Mi mejor amiga parecía estar conteniendo sus risas, sus gritos de éxtasis y sus comentarios mordaces; sabía que tan pronto como saliera de su estado de shock armaría un gran escándalo. Y no era para menos, al despertar esta mañana yo tampoco imaginé que estaría haciendo algo como esto.

Al mirar a Traian, encontré que su cuerpo seguía tenso y vigilaba a Sebastián con dureza, pero ya no parecía tan dispuesto a despellejarlo vivo como antes. Mi cachetada y mis palabras lo habían apaciguado.

—Traian —dije con suavidad, capturando su atención. Sus ojos se ablandaron al instante en que me miró, la tormenta comenzó a disiparse. Aquello, por alguna razón, me hinchó el corazón en el pecho—. Valerie y yo te acompañaremos a la salida.

No esperé su respuesta, caminé en medio de ambos con un paso rápido. Sí, estaba orgullosa, y sí, estuvo bien lo que hice, pero sabía que pronto comenzaría a dolerme toda la situación. No me arrepentía de nada pero era realista conmigo misma y sabía que mis sentimientos no desaparecerían de la noche a la mañana. Lo importante era defenderme, no dejarme maltratar nunca más, y ya lidiaría con mis emociones en lo oscuro de mi habitación o, si era necesario, en un llanto silencioso, pero nadie volvería a verme mendigando amor, nunca más.

Cuando nos encontrábamos a punto de doblar la esquina para seguir alejándonos, Sebastián volvió a hablar. Sabía que había dado unos pasos cerca porque su voz se escuchaba fuerte y podía detectar el odio que destilaba cada nota de ella. No me giré, sin embargo, me detuve y le di la espalda mientras habló.

—Eres patética, Ángela. Desde que tu padre murió, buscas cualquier excusa para llamar la atención. No tuviste la mía, ahora aprovechas la de cualquier desconocido. Buscas un cariño que nadie te podrá dar nunca, porque no vales nada y eres incapaz de mantener el interés y el deseo de un hombre.

Sentí el golpe, oh, vaya que lo sentí. Justo en la boca del estómago y sacando el aire de mis pulmones. No pude evitarlo y cerré los párpados con fuerza, deseando poder desaparecer en ese momento y no tener que responder. No quería salir huyendo, porque estaba decidida a hacerme respetar, pero era duro mantenerme lo suficientemente firme como para no mostrarle lo que sus acusaciones, especialmente las que mencionaban a mi difunto padre, me habían hecho.

Entonces, sorprendiéndome, unos dedos rozaron los míos. Miré hacia abajo y observé una mano grande y rasposa envolver la mía y absorberla, entrelazando nuestros dedos de una manera que me robó el aliento. Sin saber qué estaba pasando, subí la mirada a Traian y encontré su semblante sereno y sus ojos calmos. El gris se había expandido; parecía tomar todo de él y mostrármelo. Con su mirada me estaba ofreciendo más de lo que yo estaba dispuesta a aceptar y encontré algo inesperado: apoyo.

Él me estaba brindando su fuerza, con su mano en la mía. Era como si me transmitiera todo lo que necesitaba para no despedazarme en ese momento.  Apenas me conocía, ¿cómo acertó en darme justo lo que necesitaba de la manera correcta? Sentía energía pulsando a través de la unión irrompible de nuestras manos. Su cuerpo era frío, pero un calor comenzó a formarse en la boca de mi estómago y se expandió por cada terminación nerviosa. Traian logró calmar mi corazón y luego volver a reiniciarlo a causa de su mirada.

Por un momento, casi pude olvidar dónde estábamos y qué estábamos haciendo. Pero tenía el apoyo de este hombre asombroso y sus expectativas puestas en mí, me negaba a huir y, por el contrario, quería mostrarle lo fuerte que yo era. Quería impresionarlo con la Ángela luchadora e inquebrantable que él me motivaba a sacar de adentro.

—¿Sabes qué, Sebastián? —Giré hasta mirarlo a mitad del pasillo, con los ojos de todo el mundo puestos sobre nosotros. El timbre debía haber sonado ya, pero a nadie parecía interesarle. Así que lo enfrenté, y nunca olvidaré cómo miró mi unión con Traian lleno de desprecio mientras yo solo sentía calidez por dentro—. En un momento de mi vida, fuiste alguien muy importante para mí. Te idolatraba, giraba alrededor de ti y me hacías feliz. De niña estaba enamorada, pero cambiaste, ya no eres ese chico que alguna vez llegué a amar. Lo que eres ahora no me produce nada más que aborrecimiento y lástima. No te amo, Sebastián Videla. —Reí, sintiendo algo hundirse en mi pecho—. Antes lo hacía, ahora nunca más. Siempre recordaré lo que fuiste, ese niño que amaba los Power Rangers y que por muchos años me hizo feliz. Atesoraré esos recuerdos de mi primer amor, porque para mí... él está muerto.

No le di la oportunidad de responder. Giré sobre mí misma, mantuve entrelazada mi mano con la de Traian, tiré del brazo de Valerie y nos dirigí con prontitud a la salida.

 Giré sobre mí misma, mantuve entrelazada mi mano con la de Traian, tiré del brazo de Valerie y nos dirigí con prontitud a la salida

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

¡Por favor deja un voto y/o comentario si te gustó! 

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

¡Por favor deja un voto y/o comentario si te gustó! 

¡Por favor deja un voto y/o comentario si te gustó! 

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.




Latido del corazón © [Completo] EN PAPELWhere stories live. Discover now