(22)- Noche de pasión: 1ª parte +18

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Holiis! La verdad es que tenía muchas ganas de actualizar :D y por eso lo estoy haciendo tan rápidamente (teniendo en cuenta que estoy de  vacaciones me facilita la tarea), bueno no os entretengo más y .... ¡poned la música!


- Lo siento mucho Taylor- me disculpé.

Me apoyé en el volante mientras le observaba. Él estaba sentado en el asiento del copiloto sujetándose el estómago con una mano. Me sentía tan mal por lo que había pasado que no tenía ni idea de cómo comenzar. Jamás se me habría ocurrido que Celestine y Melissa pudieran traer a Roger a casa ¡y encima le había agredido!

- Judith, no tienes que pedirme perdón.

- ¿Cómo que no?- repliqué- Él te ha ...- me interrumpió con un beso.

Fue algo suave, como si me estuviera repitiendo otra vez que todo estaba bien, que no le importaba lo que había ocurrido hacía unos minutos.

- ¿Era un pretendiente no correspondido?- preguntó con una sonrisa.

- Algo así- respondí en voz baja.

- En verdad le comprendo- reflexionó acostándose en el asiento- Yo también habría actuado del mismo modo.

- ¿De verdad?- pregunté extrañada.

- Eso y mucho más- afirmó mirándome fijamente.

Sus penetrantes ojos me hicieron sentir protegida, una sensación que ya había olvidado. Súbitamente me acordé del día en el que nos besamos en la cocina; desde entonces había intentado por todos los medios no fijarme en él, rechazar mis sentimientos... pero fue imposible. Era como si toda la pasión que había acumulado durante tantos años ahora aflorara con fuerza, llevándome así a un abismo de placer y lujuria prohibida.

- ¿No sabes lo que siento por ti?- se levantó del asiento y me sujetó la barbilla con los dedos.

No lo sabía, esa era la respuesta. ¿Pero, y si me decepcionaba la verdad?¿Y si sólo era algo pasajero para él?

Sentí ganas de revolverle el pelo; ese cabello azabache que tenía y que parecía tan suave. No me resistí y dejé mi mano reposar sobre su mejilla, acaricié su barba; dulce y pulcramente cuidada. Subí hasta su fina nariz mientras notaba sus ojos grises clavados en mí. Y acabé con mis dedos en sus labios.

- Me estás torturando- susurró.

Levanté mi mirada hacia él y le vi los ojos dilatados, ¿mi pasión se reflejaba en los suyos? Ahora sí lo sabía con certeza.

-Vamos a mi casa- pidió.


- Bueno, yo ya me voy- me despedí dejándolo en la puerta,

- ¿Te importaría acompañarme hasta adentro?- preguntó suavemente. Sus ojos brillaban a la luz de la luna.

- Claro- asentí sin poderlo evitar.

Lo sujeté del brazo y lo acompañé hasta su habitación. Estaba tan absorta en su contacto que no reparé cuando se paró enfrente de la cama.

- Gracias Judith- me dijo con una sonrisa.

Me mostró su blanca dentadura al completo al ver cómo yo sonreía también. Aunque él me atraía físicamente- era imposible evitarlo-después de casi dos meses viéndolo a diario lo que más me enamoraba era su personalidad; su constante alegría, su simpatía y ganas de vivir cada día al máximo. Todo el mundo tiene problemas, pero él los enfrentaba siempre con una sonrisa; esa sonrisa que yo veía hasta en sueños.

Vi cómo miraba su pijama; doblado encima de un arcón.

- Yo te lo traigo- lo cogí y se lo dejé encima del regazo.

- Ya sé que te pareceré un pesado...- empezó- Pero por favor ayúdame a ponérmelo- me miró con ojos suplicantes- me duele el estómago.

¿Qué podía hacer salvo ayudarle? Estaba en ese estado por mi culpa, así que era mi deber.

- Claro- le sonreí- Ponte de pie.

Él hizo lo que le dije y se situó justo delante mía. Yo bajé la mirada y le saqué lentamente la camisa del pantalón; me temblaban las manos. Se la deslicé por encima de la cabeza y no pude evitar mirarle a los ojos.

- Judith...

Ese fue el comienzo de mi perdición; colocó su mano en mi nuca y me besó con fervor. Acaricié ese cuerpo que tantas veces había deseado desnudar. Su espalda fuerte y ancha me hizo abrazarlo con más fuerza. El sentir mis pechos contra sus pectorales despertó en mí un instinto salvaje. Le mordí suavemente el labio inferior.

- ¿Estás segura?- preguntó separándose de mí.

- Sí- susurré contra sus labios- Pero tengo que confesarte algo- sentí sus manos en mis mejillas.

- No me importa lo que sea.

- ¿Te acuerdas de esas veces en las que me preguntabas en qué trabajaba y yo nunca contestaba?- sentí cómo asentía- Soy bailarina- era la primera vez que me daba vergüenza decir cuál era mi profesión.

Pero la diferencia era que él me importaba.

- Entonces...- me preparé para lo peor- ¿Querrías bailar para mí?

Jijijijijiji, estáis deseando que actualice ¿verdad? ¡Pues yo también! XD Una cosa... ¿os gustaría que el próximo capítulo fuera desde el punto de vista de Taylor?

Fearless |Sin miedo|Where stories live. Discover now