Dudas

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Estaba sentada en el avión temblando de miedo, Esme estaba tratando de no mirarme, pero le estaba resultando demasiado difícil, hasta ahora me había seguido sin interponerse en mis planes, me siguió hasta el pequeño centro comercial donde compré la prueba de embarazo que ahora reposaba en mi bolsa de mano sobre mi regazo, comencé a temblar cuando el avión despego, en ese momento Esme tomo mi mano y me miro a los ojos, asentí cuando el avión se estabilizo y camine hacia el baño.

No tenía la más mínima idea de que hacer, el insignificante palo que sostenía entre mis manos me tenía aterrada, no dejaba de darle vueltas entre mis manos. En ese momento tocaron a la puerta y entro Esme.

-Esme estoy aterrada-puse el palo entre mis manos- no sé qué rayos hacer con esta cosa- lo quito de mis manos y me explico que hacer, en ese momento no tenía tiempo para el pudor así que me baje los pantalones enfrente de ella y seguí sus indicaciones, ella tenía experiencia en esto porque una vez estuvo embarazada, pero cuando la mire, me di cuenta que temblaba igual que yo.

-Esme toma- meti el palo de nuevo en su caja y se lo entregue sin mirar el resultado- no quiero que lo veas porque estoy segura de que Edward podría leer tu mente y el resultado.

-No te entiendo- susurro tomando mis manos

-pensé que debía saberlo para enfrentarme a todo, pero no- negué con la cabeza- necesito tener la mente clara, en estos momentos necesito hacer que mis amigos estén a salvo.

-pero... ¿y si estas embarazada? ¿te vas arriesgar?

- ¿Qué puedo hacer?

-lo que puedes hacer es abrir esta caja y si estas embarazada, regresar a casa, debes hacerlo

-no- replique- no voy a regresar a casa, voy a ayudar a mis amigos, por mi culpa están así.

- ¿y si no fuera culpa tuya? ¿y si fuera la culpa de alguien más?

-yo ilusione a Aldo, esto es mi culpa- ¿Quién más podría estar envuelto en esto? Todo tenía la mayor lógica, Luna y Lalo conocían a Aldo y seguramente Jasper siguió a Luna- debemos regresar a los asientos, pero Esme- la tome de la mano y la hice que me mirara a la cara- debes prometerme que Edward no se enterara de nada

-El ni siquiera sabe que estamos aquí

-Prometemelo

-Isabella...

-Esme, necesito que me lo prometas, nadie, absolutamente nadie puede saber que podría estar embarazada

-¡está bien! Te lo prometo

Regresamos a los asientos, cada una concentrada en sus pensamientos. Nunca me había imaginado a mí misma en el papel de madre y jamás lo había querido. No había querido engatusar a Edward que no me preocupaba el no poder tener hijos con él; la verdad es que no me lo había planteado. Los niños, en abstracto, jamás me habían atraído; me parecían criaturas chillonas, siempre chorreando alguna porquería, y además nunca había tenido mucho contacto con ellos. Cuando soñaba con que Renne me trajera un hermanito, siempre me imaginaba un hermano mayor, alguien que me cuidara y no al revés.

Pero pensar en la posibilidad remota de que yo pudiera estar embarazada... estaba loca, ¿de dónde había tomado esa tontería? La opción de que yo estuviera embarazada era una en un millón, no forzosamente yo tenía que estar embarazada, sentía un vacío en el pecho porque quería un hijo de Edward, lo quería como quería aire para respirar. No como una elección sino como una necesidad, pero el negarme a esa idea era lo mejor, yo debía alejarme de Edward, yo debía permitirle que fuera feliz con alguien menos loco que yo.

Nueva VidaWhere stories live. Discover now