Atrapada entre mundos (1/2)

Cap. 18.- Las palabras del shinigami

-Oye.

Alex levantó la mirada. Los trillizos Sakamaki la observaban con fijeza, examinandola, lo que la hizo ponerse a la defensiva.

-¿Qué?- soltó.

-No le hables tan altaneramente a Su Majestad- dijo Ayato.

-¿O qué, volverás a lanzarme del techo?

Ayato iba a replicar, pero Kanato se adelantó:

-Has estado muy callada, Alex- dijo-. ¿Es qué algo te preocupa?

-Bitch-chan ha estado muy pensativa- dijo Raito-. ¿Piensas como sorprendernos?

Alex bufó. ¿Qué había hecho para merecer esto?

-El mundo no gira alrededor de ustedes, salames.

Y salió del salón rumbo a la clase de preparación de alimentos. El camino de vuelta a casa fue silencioso y Alex fue directo a su habitación antes de que a alguno se le ocurriera morderla. Entró... y vio a un chico castaño de pie frente a ella. El chico de su primer sueño.

-¿Qué...? ¿Quién eres? ¿Como entraste aquí?

-Son muchas preguntas- dijo el chico con tono burlón-. ¿Cuál deseas que te responda primero?

Alex frunció el ceño y cerró la puerta tras de sí. Luego selló la estancia.

-Ah, un ser inmortal- dijo el chico-. Siempre me pregunté que pasaría si un ser inmortal obtenía una Death Note.

-¿Como sabes de la Death Note?- quisó saber Alex.

-Resulta que la Death Note que guardas tan celosamente en ese bolso es mía- respondio el chico-. Soy el shinigami Light.

La chica se quedó en silencio y dejó el bolso sobre la cama.

-Así que un shinigami- dijo, pensativa-. Sabía que debía haber algún truco con esa libreta. ¿Ahora qué? ¿Vas a matarme o algo así?

Light arqueó una ceja y se echó a reír.

-No voy a hacerte nada- aclaró-. Además, con solo tres nombres anotados ni siquiera valdría la pena el esfuerzo. No, yo solo vine como espectador.

-¿Como entraste aquí?- preguntó Alex-. Si los Sakamaki te ven intentarán matarte.

-Soy un shinigami, puedo hacer lo que quiera- respondió el castaño-. En cuanto a ellos, no te preocupes, no podrán verme.

-¿Por qué eres un shinigami y haces lo que quieres?

-Por que ellos no tienen la libreta.

Alex se quedó sorprendida y Light explicó:

-La Death Note se vuelve parte del mundo humano en cuanto toca el suelo, y se vuelve propiedad del primero que la toque. O sea que desde que la tocaste, esa libreta es tuya y es el nexo entre nosotros, por lo que solo tú puedes verme y oírme. Pero deberás ser cuidadosa por que cualquiera que toque la Death Note también podrá verme.

-¿Y por qué me la diste a mí?

Light observó a Alex con fingido desconcierto.

-Yo no te la dí- dijo.

-No, solo me cayó en la cabeza- replicó Alex con sarcasmo-. ¿Cuantas veces al día pasa eso?

-Ninguna- admitió Light, y sonrió-. Como te dije, sentía curiosidad de saber que pasaba si un ser inmortal se hacía con una Death Note. Además, le hice una promesa al antiguo propietario de esa libreta.

-¿Antiguo propietario?

Tocaron a la puerta. Alex dio un respingo y escuchó la voz de Ayato del otro lado.

-Hey, Chichinashi- dijo-. Reiji te esta buscando.

-¿Y por qué no vino él a buscarme?- preguntó Alex.

-Que voy a saber yo. Eso no es importante para Su Majestad.

Y se alejó en un santiamén. Light rodó los ojos con una sonrisa burlona.

-Que tipo tan arrogante- dijo refiriéndose a Ayato.

-Olvidate de él- replicó Alex, retomando la conversación interrumpida-. ¿A qué te refieres con eso de antiguo propietario?

-La libreta que tienes pertenecía a un shinigami llamado Kalami- dijo Light-. Él la usó para salvar la vida de un humano y como consecuencia de ello murió, con lo que su libreta pasó a ser mía. Antes de morir, Kalami me hizo prometerle que le daría su Death Note a alguien que tuviera una buena razón para usarla, y tú la tienes.

Alex estaba impresionada. Había estado tan absorta dándole vueltas al asunto de la Death Note que se había olvidado de su objetivo. Ni siquiera se le pasó por la mente que tenía la posibilidad de matar a quienes se llevaron a su hermana sin que sospecharan de ella.

-Es cierto- dijo.

Y se echó a reír saliendo del cuarto. Ahora tenía un arma poderosa consigo para llevar a cabo su venganza sin levantar sospechas.