Una vez en la cima de la escalera, se encontraron en un salón circular de piedras como todo el resto del castillo, este cuarto se encontraba casi vacío salvo por un pequeño pedestal.

Las cuatro personas quedaron estáticos al comienzo de la escalera, observando este nuevo cuarto, como evaluando si era bueno para el propósito que traían entre manos.

—Servirá —anunció Rowena y Helga, quien parecía estar esperando esa aprobación, avanzó hacia el pedestal.

La mujer pareció dudar cuando estuvo al lado del pedestal, pero luego de unos segundos sacó de entre los pliegues de su capa una esfera de cristal, de la que emanaba una débil luz azulada. Helga observó el objeto un par de segundos, mientras murmuraba una frase, que ninguno de sus acompañante llegó a entender; acto siguiente sostuvo la varita con su mano derecha, mientras que extendía la mano que sostenía la esfera, la cual quedo sobre la base del pedestal vacío.

Un suspiro profundo salió de Helga, quien una vez que se sintió lista, conjuró un hechizo para dejar la esfera suspendida sobre el pedestal. Al lograrlo, la sala se ilumino con la misma luz de la esfera, dándole a esta un aspecto místico que nadie esperaba.

—Parece que se siente a salvo y en casa —mencionó Helga con una sonrisa animada, que sus compañeros no respondieron.

—¿Aquí estará seguro? —preguntó Rowena en tono dudoso, luego de un rato.

—Si lo dejamos así, lo veo difícil —dijo Godric—. Debemos poner algunas protecciones extras.

—¡Si hacemos eso, la persona que deba encontrarla tendrá problemas! —reclamó Helga con una energía que no había demostrado hasta ese momento.

—Si es la persona que debe encontrarla, no le será difícil sortear nuestros retos —objetó Salazar y Helga no pudo llevarle la contraria.

—Entonces pongamos en ello —dijo Rowena—. Todo esto me tiene cansada.

El resto estuvo de acuerdo y comenzaron a bajar las escaleras para preparar las salvaguardias de la misteriosa esfera. Helga se quedo atrás por unos instantes y se volteó hacia la esfera para observarla una última vez.

—Que los grandes espíritus de la magia nos bendigan— dijo Helga al aire—. Y que ayuden a nuestros protectores ante el desafío al que se enfrentan.

Al decir estas palabras, la esfera pareció iluminarse con mayor intensidad, sorprendiendo a la mujer, pero volvió con rapidez a la normalidad. Helga sonrió con algo de tristeza y fue tras sus compañeros para ayudarles con su labor.

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04 de junio de 1999

La habitación estaba a oscuras, pero lo iluminada solo lo suficiente para que los presentes en la habitación solo pudieran ser vistos como sombras bien definidas.

—¿Así que las cosas no fueron tan tranquilas como pensabamos? —preguntó uno de los presentes, tratando de esconder el tono divertido de su voz.

—Por lo que nos informan, no —dijo otra voz, quien parecía no estar para bromas—. Lo que encuentro más alarmante es que Zack no nos informara nada. Él también estaba presente.

—¿Desconfías de él? —pregunto una tercera voz más fina que las anteriores

—No se que pensar —fue la respuesta—. Es mejor que lo tengamos vigilado.

—¿Que fue lo que sucedió exactamente?— preguntó una cuarta persona, con tono intrigado.

—Petrov trató de pasarse de listo, adelantándose a nosotros —informó la segunda voz, quien parecía ser el líder del grupo—. Se acercó a nuestro objetivo, pero aún no sabemos cual era su intención detrás de esto —informó—. Como fuera, fue detenido y neutralizado para que no generará más problemas.

El resto de los presente se removió algo incomodo, las cosas parecían tomar un cariz preocupante, pero sabiendo como era su líder, este tomaría decisiones tajantes si era necesario y sin que ello le significará culpa alguna, por ello todos le respetaba y temían. El hombre volvió a tomar la palabra.

—He enviado a alguien de mi confianza a Hogwarts, que no se quedará de brazos cruzados, sabiendo que nuestra meta esta tan cerca —siguió hablando—. Y para actuar sobre seguro, se ha acercado a la niña para ganarse su confianza y al parecer este plan va bien.

—¿Pero estamos seguros de que es esta niña? —preguntó la voz que antes parecía tan divertida y que ahora, sonaba preocupada.

—No hay ninguna duda, la profecía no miente —anunció el hombre—. Al fin la hemos encontrado, pero debemos ser los que se ganen su confianza para poder guiarla por el mejor camino. A ella y al mundo mágico —declaró con convicción.

El resto solo asintió esperanzado de que el futuro sería solo como ellos quisieran construirlo.

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Se encontraba tendido en el suelo, con una sonriente Ginny a su lado. Disfrutaban de un hermoso paisaje en lo alto de una colina, de donde podían apreciar la vista de un hermoso lago rodeado por pequeños elevaciones, que no alcanzaban a ser montes, cubiertas de arboles que los teñían de diferentes tonos de verde que te dejaban sin respiración...

Pero el paisaje idílico de pronto comenzó a oscurecer y Ginny poco a poco se fue desvaneciendo, mientras todo parecía fundirse en un lodo negruzco y sin forma. Harry sorprendido, se levantó de un salto y acto siguiente, el paisaje —ahora bizarro— desapareció en una negrura casi instantánea.

Y sintió que su cuerpo se deslizaba en un mar de negrura que recordaba ya haber vivido antes. "Como en un sueño" pensó y su mente se iluminó de forma repentina "Claro, eso es. Esto es un sueño".

El joven mago se sintió más aliviado, aún así trató de encontrar algo que se diferenciara de la oscuridad circundante que lo envolvía, tal como le había sucedido antes. Cosa que no demoró en ocurrir.

—Encuentranos —dijo una voz suave, casi en un murmullo.

El mago buscó la fuente de esa voz, pero no encontró nada que le diera una pista.

—Encuentranos —volvió a repetir la voz y esta vez Harry se percató que parecía provenir de una luz lejana, ya que era muy pequeña.

—Encuentranos —dijo otra voz que venía del lado contrario.

El joven se dio vuelta con brusquedad, sobresaltado y se encontró con otra luz desde la dirección opuesta pero que parecía más grande

—Encuentranos —escuchó una nueva voz, que venía de una dirección distinta a las demás.

Con esto se presentó una nueva esfera luminosa; y esta vez no le pilló por sorpresa al joven, el hecho que esta fuera de mayor tamaño que las anteriores.

—Encuentranos —dijo una cuarta voz más fuerte y más profunda que todas las que había escuchado, dejando ensordecido a Harry.

"Encuentranos, encuentranos" decían una y otra vez las distintas voces, logrando que el joven de los ojos verdes terminara tapándose los oídos con las manos, para tratar de disminuir un poco el ensordecedor sonido. A la vez se dio cuenta que las cuatro esferas de luz parecían acercarse, pues se hacían cada vez más grandes y brillantes.

Llegaron a ser tan brillantes que Harry tuvo que protegerse la vista con el antebrazo para no quedar cegado.

—¡Encuentranos! —gritaban todas las voces con apremio.

***

El joven de la cicatriz se despertó sudoroso y agitado. Poco a poco su respiración volvió a la normalidad y su cuerpo dejo de temblar por efecto del extraño sueño. "¿Que fue todo eso?" se preguntó angustiado, algo no andaba bien, lo presentía "¡Que demonios es lo que tengo que encontrar!" pensó frustrado, mientras se recostaba de nuevo pero con la seguridad que no volvería a dormir en toda la noche.

Harry Potter y las profecías olvidadas.Where stories live. Discover now