—Jamás pensé ver a Boris actuar de esta manera, tú eres su hija ¿Cómo es que ella puede querer eso para ti?

—Mi madre nunca fue muy maternal conmigo, ni con los gemelos —expliqué— así que no se me hace extraña su decisión. Además de que sospecho que esa no es la única cosa que perdería si incumple el contrato.

—¿Hay algún problema con los Soileidis?

—Gavril me acosaba desde hacía algunos años, a decir verdad mis amigas y yo hemos llegado a pensar que tiene algún tipo extraño de obsesión conmigo, de ser honesta, le tengo miedo.

—¿A Boris o a Gavril?

—A ambos —respondí— no sé si usted esté al tanto de lo que mi madre es capaz de hacer por lograr sus objetivos.

—Sé de primera mano lo fría que puede ser tu madre, y lo que es capaz de lastimar para cumplir sus metas.

—Sé que no debo preguntar, pero ¿Qué fue lo que le hizo? —pregunté, pues por el tono en la respuesta de Daniel, parecía que realmente él sabía todo lo que era capaz de hacer mi madre.

—Olvido que también tienes la perspicacia de Drys —dijo con una sonrisa pequeña— Drystano era mi amigo querida, pero eso no se ajustaba a los intereses de Boris, causó una pelea entre nosotros y yo terminé alejándome de ellos, era lo más sano para todos, pero extraño la amistad con tu padre.

—Tal vez aún hay esperanza, mis padres van a divorciarse, cuando eso pase, tal vez sea buena idea que hablasen —dije con una sonrisa pequeña.

—Puede que tengas razón, tenemos una buena razón para limar asperezas —dijo mirándome con una curiosa intensidad que no identifiqué— hagamos algo Cathalinna, sé que oficialmente no puedes ejercer aún como arquitecto, hasta que tus papeles estén en orden, pero supongo que nadie puede impedirte hacer de secretaria ejecutiva, así que, ¿Qué dices si de momento firmas un contrato conmigo a un año? Y posteriormente podemos dejar preparado un contrato para un trabajo en México que mi esposa me ha estado insistiendo, ¿Te gustaría ser la arquitecta de un proyecto en la Capital de México?

—Suena como un proyecto muy grande —dije asombrada.

—Y puedes apoyarte de quien quieras —dijo Daniel— sería una forma de atarte a América, una oportunidad que ni siquiera tu madre sería tan tonta como para abandonar. Sería solo alternativo, en caso de que el asunto se vuelva insistente.

—No estaría de más, aunque por ahora, supongo que está bien el contrato por un año —confesé— después de todo, aún queda el asunto de mis abuelos.

—Hablaré con mi abogado y revisaremos el contrato más tarde antes de la cena si así lo deseas.

—Gracias Daniel —dije sincera.

—Pequeña, no tienes nada que agradecer. La familia está para ayudarse, y aunque sé que no compartimos sangre, tu y Gemma se han vuelto parte de la familia.

Ese día más tarde, Gemma y yo estábamos en la casa Rickford ayudando con la cena, al igual que Athala. Elara y Daphne seguían sin decidirse acerca de a quién le tocaba la cena de navidad. Raymond había estado extraño pero decidí que sería mejor preguntarle luego, sabía lo cerrado que podía llegar a ser.

Cuando estuvimos todos reunidos, incluidos Mitchell, Jessica y Tomás (quien acompañaba a Roxana como novio oficial ¡Por fin!) las mujeres de la familia nos dieron bandera verde para pasar al comedor, aún estaba la disputa de en dónde sería la cena de navidad cuando sentí a Gemma moverse incómoda a mi lado.

—¿Estás bien?

—Me está mirando Cath, y no quiero que me mire —dijo con ojos de cachorro— se supone que tiene novia, ¿Por qué no simplemente mira a su novia?

La Ilusión de una Verdad |ECAP 1|Where stories live. Discover now