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Después de aquel día Tyler había tenido extraños sueños con el mayor, sueños que nunca había tenido y antes y le daba miedo, ya que había sido una noche, donde se había levantado entre sudores y un fuerte calor, dándose cuenta que había mojado la cama y le había dado vergüenza que su madre se hubiese dado cuenta al día siguiente.

Después de aquel inconveniente tuvo mucho más, algo diferentes, como el día que había despertado con mejillas rosadas y algo asustado cuando miro que su cosita estaba en la posición incorrecta y ahora estaba levantada y le daba asco tocarla, no sabiendo más que hacer terminaba por tomar una de sus almohadas y apretarla contra su entrepierna.

Algo avergonzado y sin saber que hacer Tyler terminaba llorando, ¿Qué rayos le pasaba en el cuerpo?

La semana se estaba acabando y como todos los viernes Ruby iba a visitar al castaño, su cabello era tan largo que Tyler no se molestaba en hacerle lindas coletas o algunas trencitas, el cabello de aquella niña era tan suave y perfecto que había veces que Tyler quería tenerlo así.

Ese día Tyler le había contado lo que había pasado, sus mejillas se encendían y le contaba sobre aquellos sueños extraños donde estaba él con Josh besándose y al final de la noche, por las mañanas despertaba con su pipi comportándose de manera extraña.

La castaña rio suavemente, −Comenzamos a ver eso en clase de ciencias, al parecer es algo normal Ty. Se llaman erecciones. −Dijo con un cierto tono de disgusto. −Son extrañas y algo asquerosas, pero es algo que pasa en el cuerpo.

− ¿Có-como puedo hacer que se vayan? −Dijo algo asustado el menor, aun para seguir teniendo doce su inocencia aún no se iba, Ruby tomó su mentón y fingió pensar por un corto momento.

−El profesor Smith dijo que se podían quitar con un baño bien helado, o hacer algo llamado masturbación. −Movió sus dedos como si película de miedo se tratara, −Algo así como tocarte allá bajo y se iba.

Tyler hizo un mohín disfrutado, él nunca se tocaría ahí de ninguna manera, ahí era algo malo y asqueroso que ni siquiera se tocaba cuando iba al baño, yendo como toda mujercita, sentándose en la taza y hacer sus necesidades, pero si con las duchas frías se iba aquel problema lo haría, sin importar que momento del año fuera.

Pero el castaño no siguió lo acordado, él odiaba el agua fría y prefería entrar en una ducha donde el vapor llenara el baño y podía hacer lindo dibujos en el espejo para después meterse y sentir como el agua caliente mojaba su cabello y pasaba por su espalda, terminando por darle tanto sueño que al final de vestirse se iba a dar una buena siesta y despertaba horas después.

Pero aun con aquellas duchas el problema de Tyler persistía, le daba vergüenza preguntarle a su madre sobre lo que le pasaba, también le daba vergüenza preguntarle a Franky, ella no podía entender ella aún era una bebé de diez años y esto sería algo nuevo, como con Tyler.

Aquellos sueños y aquellas erecciones como las solía llamar Ruby se habían acabado de un día para otro, Tyler se sentía feliz y parecía como si algo divino del cielo hubiera visto como el menor sufría o tal vez esto había acabado, cuando Tyler había visto por su ventana la calle, donde Josh estaba y aquella chica rubia que había visto ya hace semanas también.

Ambos se estaban besando como Tyler había soñado que Josh lo hacía con él, Tyler no tardó en cerrarlas persianas y tirarse en la cama a llorar, porque se había dado cuenta que Josh nunca le iba a querer como Jordan lo hacía con Franky.

mama saidDonde viven las historias. Descúbrelo ahora