Noches sin dormir.

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ANTES QUE NADA, ANTES QUE TODO, ANTES QUE EL ONE SHOOT. 

Perdón por la tardanza, y perdón adelantado por si el "capitulo" esta muy feo. De todas formas, gracias por leer.




Sirius se despertó a la mitad de la noche sobresaltado, ¡había olvidado la tarea de Sprout! Lo matarían, sería perro muerto, adolescente asesinado, Gryffindor caído... mientras se lamentaba por su falta de memoria camino hasta el escritorio que había en su habitación, sorprendentemente estaba casi vacía.

Desde que James y Lily habían empezado a salir, allá por principios de diciembre del año anterior, solían dar paseos nocturnos por el castillo y sus jardines, siempre estaban a salvo con la capa de Potter. Peter solía ausentarse por largos ratos, pero a Sirius no le molestaba, era feliz al pensar que su amigo por fin podría divertirse con alguien, si es que lo entienden.

Solo quedaba Remus, que estaba dormido en una esquina de su cama, acurrucado bajo las sabanas y en posición fetal. Sirius sonrió de lado al verlo, le causaba ternura ver a Remus dormir, parecía un niño pequeño que le temía a las pesadillas y que pronto se iba a despertar llorando pidiendo por un abrazo que lo calme. En siete años que llevaban durmiendo en la misma habitación jamás había pasado, lamentablemente. Le gustaba ver que su amigo tenía un sueño tranquilo, pero lo alteraba ver que no reclamaba sus abrazos, porque Sirius lo haría si fuera Remus.

Cuando Sirius se sentó en el escritorio agarro el pergamino y la pluma, le era imposible escribir algo sobre el Lazo del Diablo, solo recordaba que se cortaban con luz ¿solar o artificial? Ni siquiera estaba seguro de ello. Estresado y agotado se froto la cara con las manos, Herbología le gustaba años atrás, pero este último año había sido un verdadero de dolor de cabeza. Se quedó mirando por la ventana que tenía enfrente (que daba al jardín de Hogwarts) esperando algún indicio de James y Lily, así su distracción tenia excusa.

Escucho un pequeño gemido, casi indescriptible, a su lado. Giro la cabeza con rapidez hacía la cama de Remus, el muchacho se había movido y arrugaba el entrecejo con dolor. Sirius volteo a mirar la luna por la ventana, faltaban pocos días para que Remus sufriera su primera transformación como adulto. Ese hecho aterraba a Sirius y James, ya que no sabían si pasaría algo diferente esa luna llena. El día del cumpleaños de Remus todos notaron una diferencia enorme entre el Remus que había despertado y el que se había acostado la noche anterior. Medía unos 10 centímetros más, muchas cicatrices abiertas habían cicatrizado como por arte de magia *chiste malo aquí*, los labios parecían más carnosos y su cuerpo parecía más musculoso que antes. Según Lily era el cambio que realizaba un hombre lobo adolescente al convertirse en adulto, y que debíamos esperar hasta la próxima transformación para ver cómo había afectado eso en el lobo. Cuando Remus hablo, para decirles que todo estaba bien y que no le había pasado nada malo, a Sirius le temblaron las piernas. Su voz era más gruesa y parecía áspera por las horas de sueño. Luego los había saludado a todos, dándoles las gracias por la pequeña sorpresa (un pastel de chocolate adornado con un escudo de Gryffindor, un libro, una tableta de chocolate y una pequeña luna llena, la pieza estaba decorada con cuadros y había varios regalos para él) y abrazo a Sirius, siempre lo abraza, siempre se abrazaban, pero ahora Remus era mucho más alto, y fuerte, haciendo que Sirius se sintiera una gelatina entre sus brazos.

Sin poder concentrarse Sirius guardo el pergamino y la pluma, las ideas no venían a su cabeza y el libro se lo había olvidado en el aula. Se lo robaría a James, solo por un rato, pero James ni siquiera tenía el libro. Pensó en sacárselo a Remus, pero no. El hombre lobo tenía sus pertenecías más preciadas dentro de un baúl con un encantamiento. Sirius soltó un bufido, no había nada que pudiera hacer más que aceptar las consecuencias de sus errores, rió en voz baja al pensar eso, pasar tanto tiempo con Remus lo estaba afectando.

Miro la hora en el viejo reloj que su tío le había regalado varios años atrás, eran las 05:09, faltaba aún más de dos horas para que todos despertaran. Seguramente Potter se las había arreglado para ir a la habitación de Lily a dormir, al igual que Peter. Dejo el reloj en el escrito y, tratando de no hacer ruido, fue al baño a darse una breve ducha y luego ponerse su uniforme. Al volver a la habitación vio que Remus remoloneaba en la cama. Le causo gracia como se estiraba al bostezar. Sin saber si estaba despierto o aún estaba dormido Sirius le dijo, medio en broma y otro tanto en realidad.

-Vamos Remus, tienes como una hora y media aun para dormir.- Sirius sonrió de lado al ver como Remus se rascaba el cuello, estaba despierto pero aún no estaba, como decían los merodeadores, "totalmente cuerdo", estaba despierto pero no despabilado.

-No, quiero que duermas conmigo Sirius.- Remus, aún con los ojos entrecerrados y el pelo desordenado, le estiro los brazos. Como si fuera un bebe pidiendo que los carguen.

Sirius sin salir de su asombro, y sin pensarlo demasiado, se sacó los zapatos y se acostó al lado de Remus. El castaño le sonrió y lo abrazo fuerte por la cintura, poniéndose en posición fetal. Sirius le paso el brazo por los hombros y lo acerco más a su cuerpo, marzo era un mes bastante frio y Remus solo dormía con una vieja camiseta demasiado larga.

Sirius le hacía caricias en el pelo a Remus, tratando de que este volviera a conciliar el sueño, pero parecía imposible. Remus movía la boca diciendo incoherencias en voz baja mientras con su dedo índice dibujaba figuras en el pecho de Sirius. Hasta que elevo la vista y lo miro, con sus ojos castaños bien abiertos y una pequeña sonrisa de lado.

-Te quiero Sirius.- Remus le sonrió completamente.

-Yo también te quiero Remus, te quiero muchísimo. Pero es hora de dormir.- Sirius acomodo unos mechones rebeldes que habían caído a la frente de Remus y poso su mano en la mejilla del castaño.

-No, yo te quiero más.- Y en un acto impensado y casi infantil, Remus elevo su cabeza y le dio un beso corto sobre los labios de Sirius. Para luego apoyar la cabeza sobre el corazón de Sirius y, por fin, dormirse.

Sirius se quedó alegremente sorprendido, Remus lo había besado. Su Remus lo había besado. Y, sin siquiera pensarlo, se durmió. Con Remus sobre su pecho y una sonrisa en su rostro.

Ni siquiera pensó en que pasaría cuando despertaran. Solo se quedó ahí, disfrutando el momento.  

Wolfstar.Where stories live. Discover now